Yousuf Karsh, un armenio canadiense, fue uno de los retratistas más destacados del siglo 20. En 1951, tuvo la oportunidad de fotografiar a una bella joven princesa, heredera del trono británico. El retrato oficial de la princesa Isabel se llevó a cabo seis meses antes de que la muerte de su padre, el rey Jorge VI, la catapultara al trono de Inglaterra y, por ende, de Canadá. Karsh no imaginaba que, al asumir esta sencilla pero prestigiosa tarea, se vería envuelto en una ola de especulaciones y controversias.