¿Nos habremos sentido alguna vez atrapados por la expansión urbana? ¿Preferiríamos vivir en la pacífica tranquilidad de un paisaje panorámico de belleza natural, sin el estruendo, el rugido y el ruido del tráfico? Imaginamos, tal vez, en un lago alimentado por glaciares, al pie de montañas cubiertas de nieve, y en un aire fresco y puro que nos llena los pulmones.