Carta a los suscriptores - 3 de noviembre de 2021 | El Mundo de Mañana

Carta a los suscriptores - 3 de noviembre de 2021

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Apreciados suscriptores de El Mundo de Mañana:

¡Desde Charlotte, Carolina del Norte, reciban un cordial saludo!

      Qué mundo extraño el que estamos habitando; donde la moral bíblica y decir la verdad, son vistas por mucha gente como más peligrosas que la pornografía y la matanza de bebés en el útero. Cualquier comentario o expresión que no se ajusten a la visión actualmente aceptada, se censura o se prohíbe por completo. La cultura de la cancelación está viva, y devora incluso a quienes dentro de sus mismas filas se desvían de la posición oficial.

      Pocas personas y organizaciones están dispuestas a enfrentarse a las hordas, con el temor de sufrir el exilio o descensos en su trabajo. Aquí, en El Mundo de Mañana, nos contamos entre los pocos que no se dejan intimidar. ¡Tenemos que estar firmes! Estamos dedicados a la verdad, no importan las consecuencias. Como dijo el apóstol Pablo: “Si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1:10). La oposición a la verdad no es nada nuevo. Los cristianos en el primer siglo de nuestra era también tuvieron que escoger entre complacer a los hombres o complacer a Dios: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29).

      A veces recibimos comentarios de nuestro público televidente, que desea ver programas de El Mundo de Mañana que condenen aun más fuertemente los pecados de este mundo. Lo que no saben es que cada programa pasa por un proceso de aprobación por parte de la estación antes de transmitirlo. La mayoría de las estaciones son bastante flexibles en cuanto a lo que se puede decir, pero algunas han cancelado los programas de El Mundo de Mañana.

      Nos molesta cuando censuran alguno de nuestros programas. Sin embargo, si bien las razones que dan algunos censores son bastante cómicas, y manifiestan una buena dosis de ignorancia; al final lo que pasa es que no concuerdan con la visión actual de la sociedad. Un buen ejemplo es el programa del señor Rod McNair titulado: El milagro de Dunkerque. Ruego que me tengan paciencia mientras doy algunos antecedentes de ese programa y de la historia.

      A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, una fuerza expedicionaria británica se veía ante la perspectiva de ser aniquilada por las fuerzas alemanas, pero la mayor parte de los soldados pudieron evacuarse milagrosamente desde las playas de Dunkerque. Algunos han visto la película Dunkerque, del año 2017. Esa película dejó por fuera algo muy importante. La mayor parte del público ignora lo que inspiró al director Christopher Nolan a contar la extraordinaria historia. Nolan había oído hablar del rescate desde su juventud, pero lo que le dio una mayor impresión fue un viaje que hizo con un grupo y su esposa a Dunkerque, pasando los 34 kilómetros del canal. Lo que iba a ser una travesía tranquila de varias horas, se convirtió en un calvario de 24 horas a causa del mar tormentoso. Solo entonces comprendió Nolan plenamente la valentía de sus compatriotas, y las dificultades que habían afrontado decenios atrás.

      Las aguas del canal de la Mancha suelen ser turbulentas en esa época del año, como vio Nolan, pero entre el 26 de mayo y el 4 de junio de 1940, el estado del tiempo no fue normal, lo que permitió que 20 buques de la Marina Británica, y 850 barcos pequeños de propiedad particular, transportaran a un tercio de millón de hombres de regreso a Inglaterra, para pelear en otra ocasión. “El milagro del mar en calma”, como se le llamó en ese momento, ha sido ignorado por las mayorías, tal como ocurrió con la película de Nolan; sin embargo, todavía se puede leer sobre el milagro en algunas fuentes serias, como la BBC:

            “Las aguas del canal son muy traicioneras, lo que pudo plantear dificultades para los barcos más pequeños, pero gracias a un período de tiempo tranquilo, el mar estuvo inusitadamente calmo, con algo más que una ligera brisa.

            Leves vientos del oriente arrastraron niebla sobre las playas, protegiendo a los soldados mientras esperaban ser evacuados.

            Entre el 28 y el 30 de mayo las nubes sobre las playas y el canal impidieron que la Luftwaffe alemana bombardeara a las fuerzas aliadas, y a quienes venían a rescatarlos en su travesía. Sobre las nubes, la Real Fuerza Aérea pudo entablar combate con la Luftwaffe en el aire” (Cómo favoreció el estado del tiempo la evacuación de Dunkerque, BBC.com, 26 de mayo del 2020).

      El señor McNair relató este milagro en su programa, pero fue censurado en Australia porque no incluyó en su programa ¡el calentamiento global! Recordemos que el milagro fue en 1940, casi 80 años antes de la presentación del programa, cuando el calentamiento global no estaba en la mente de nadie.

      Otro ejemplo de censura basada en lo que no se dice, es que Australia también ha bloqueado programas de El Mundo de Mañana sobre el tema del matrimonio si no incluimos comentarios positivos sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¡Algo que jamás haremos! Aunque el programa no diga nada negativo sobre este abominable derecho inventado por hombres pervertidos, puede sufrir censura por no promover una conducta que es abominación a los ojos de Dios.

      La mayor parte de nuestros programas se transmiten tal como se grabaron. En muy pocos casos, nos rechazan alguno por causa de alguna imagen que consideren ofensiva. ¡Es bien extraño, porque a menudo vemos la basura moral y el lenguaje soez que sí se transmiten por esas estaciones! También es interesante que en ocasiones se transmite un programa, pero sufre rechazo cuando intentamos transmitirlo por segunda vez. Las normas son cambiantes, y la tendencia es hacia una menor aceptación de lo moral, pero una mayor preferencia por la aceptación de la inmoralidad.

      En estas cartas semestrales a los suscriptores de El Mundo de Mañana, los cuales pasan de 500.000 entre quienes reciben la publicación gratuita diez veces al año, les ofrecemos algo nuevo. Esta vez estamos ofreciendo un DVD gratuito titulado: Estemos firmes: Tres programas censurados de El Mundo de Mañana.

      Si usted no ha visto el programa del señor McNair: El milagro de Dunkerque, puede verlo ahora desde su casa. Basta devolver la tarjeta adjunta. No hay costo y se lo enviaremos a vuelta de correo. El DVD trae otros dos programas censurados, además del mencionado por el señor McNair: Descenso al caos, por el señor Wallace Smith, y mi programa titulado: ¿Olvidará Dios a nuestros hijos? Los tres programas fueron rechazados porque no les gustaron a los censores. Como vimos con el programa sobre Dunkerque del señor McNair, algunas estaciones encuentran casi cualquier motivo para censurar un programa que no concuerda con las corrientes actuales.

      En última instancia, esta oposición a la verdad va dirigida contra Dios y su Palabra, la Biblia: “Porque la ira de Dios se revela desde el Cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:18-22).

      Más adelante, el apóstol Pablo explicó el meollo del problema. “Por cuanto los designios de la carne [de los seres humanos] son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden” (Romanos 8:7). El hombre es hostil a Dios. Como seres humanos, no gusta que Él diga qué hacer. La hostilidad puede ser pasiva, cuando se desoyen sus instrucciones, o se justifica la desobediencia con razonamientos; pero hay mucha gente que hace gala de desobediencia, oponiéndose a los valores morales que el Creador nos dio para nuestro bien (Romanos 1:28-32).

      Felizmente, sabemos cómo terminará todo esto. A Dios no le afecta la guerra que libran los seres humanos contra Él, como vemos en este Salmo: “¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la Tierra, y príncipes consultarán unidos contra el Eterno y contra su Ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras y echemos de nosotros sus cuerdas [las restricciones que Dios impone a nuestra conducta]. El que mora en los Cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos” (Salmos 2:1-4). La batalla a veces puede ser feroz, pero el desenlace es seguro. Aquí, en El Mundo de Mañana podemos decir, como el rey David: “En Dios he confiado; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Salmos 56:11). ¡Qué bueno ser parte del equipo ganador!

                                                                                                Con toda sinceridad, en el servicio a Cristo,

                                                                                                                      Gerald E. Weston