Una crisis ambiental de proporciones mundiales amenaza poner fin a toda vida en la Tierra. El problema no se va a resolver con nuevas leyes, más tecnologías ni tratados internacionales. Mientras los gobiernos vacilan, a la humanidad se le agota el tiempo para hacer los cambios necesarios. Los peritos calculan que si persisten las tendencias actuales, ¡en tan sólo 30 o 50 años importantes extensiones de la Tierra quedarán inhabitables!