El Rey de Canadá inaugura el Parlamento

Díganos lo que piensa de este artículo

“Honorables senadores, miembros de la Cámara de los Comunes, con profundo orgullo y placer nos reunimos hoy con ustedes, al presenciar la unión de los canadienses con un renovado sentimiento de orgullo nacional, unidad y esperanza” (Su Majestad el rey Carlos III pronuncia el discurso del trono, pm.gc.ca, 27 de mayo del 2025). Esta fue la introducción del discurso que inauguró la primera sesión del 45avo Parlamento de Canadá, y marcó el final de cinco meses de vertiginosos cambios políticos en el país.

Ante una importante caída en los índices de aprobación, Justin Trudeau renunció oficialmente a su cargo como líder del Partido Liberal y primer ministro de Canadá el 6 de enero. Mark Carney, quien anteriormente se había desempeñado como gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, ganó la carrera por el liderazgo del Partido Liberal el 9 de marzo, y el 14 de marzo fue juramentado como el 24avo primer ministro de Canadá.

Según el sondeo de CBC, la fecha de la renuncia de Trudeau marcó una disparidad sin precedentes en las encuestas: el 44,2 % de los canadienses apoyaba al Partido Conservador, el 20,1 % al Partido Liberal y el 19,3 % al nuevo Partido Demócrata. En ese momento, muchos se preguntaban qué amplia mayoría obtendrían Pierre Poilievre y el Partido Conservador, para formar un nuevo gobierno.

Sin embargo, durante los siguientes tres meses y medio, esa ventaja del 24 % de los conservadores se evaporaría por completo, con el Partido Liberal obteniendo el 43,8 % del voto popular, y manteniendo una sólida minoría en la Cámara de los Comunes, recibiendo 169 escaños, a solo tres de formar un gobierno mayoritario; Mark Carney no solo ganó en su propia circunscripción, sino que también evitó convertirse en el primer ministro con el mandato más corto en la historia de Canadá.

Una de las primeras acciones de Carney fue invitar al rey Carlos III a pronunciar el discurso del Trono en la apertura del parlamento. Si bien casi todos conocen el papel de Carlos como rey de Inglaterra, pocos saben que la monarquía de cada nación de la Mancomunidad Británica es independiente y legalmente distinta. Este discurso no fue pronunciado por un líder extranjero, sino por el rey Carlos III en su calidad de Rey de Canadá.

Momento crucial en la historia

El discurso del Rey abordó los tiempos difíciles que vivimos: “Debemos estar lúcidos: el mundo se ha convertido en el lugar más peligroso e incierto que en cualquier otro momento desde la Segunda Guerra Mundial. Canadá se enfrenta a desafíos sin precedentes en nuestras vidas”. Dichos desafíos, dijo el Rey, incluyen la vivienda asequible, el aumento del déficit, la seguridad nacional, y la unidad nacional. La oportunidad de construir una economía más sólida fue un tema recurrente en todo el discurso.

El discurso del rey Carlos llega cuando, por primera vez en la vida de muchos, la cuestión de la soberanía canadiense cobra protagonismo. Poco después de ganar las elecciones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a hacer comentarios sobre la posibilidad de que Canadá se convirtiera en el Estado 51. Si bien algunos han restado importancia a las declaraciones, considerándolas bromas, estas han aumentado la tensión entre Canadá y Estados Unidos, y los aranceles (algunos ya implementados, otros simplemente amenazados), también han debilitado las relaciones entre las dos naciones, que comparten la frontera sin defensas más larga del mundo. Cuando el primer ministro Carney visitó al presidente Trump en el despacho Oval en mayo pasado y ofrecieron una conferencia de prensa conjunta, se produjeron varios momentos incómodos y claras diferencias de opinión.

La reina Isabel II es la única otra monarca que ha inaugurado el Parlamento canadiense con un discurso desde el trono, en 1957 y en 1977. El discurso del rey Carlos puso énfasis en el valor de la soberanía canadiense, y recibió un sonoro aplauso al afirmar: “Como nos recuerda el himno: ¡El verdadero Norte es verdaderamente fuerte y libre!”. Su presencia en Ottawa y las palabras de su discurso pretendían, sin duda, afirmar la identidad nacional canadiense. Como declaró Carney a Sky News sobre el viaje del rey Carlos III a Canadá: “El Presidente ha acentuado todos los temas relacionados con la soberanía de Canadá. Así que no, no es casualidad, sino que también es un momento de reafirmación para los canadienses” (Los canadienses no están impresionados por la invitación del Reino Unido a Trump, Mark Carney declara a Sky News, 14 de mayo del 2025).

Hermanos divididos

Si bien Canadá y los Estados Unidos han tenido desacuerdos a lo largo de los años, es difícil encontrar dos naciones con una relación más respetuosa, fructífera y estable. Los lectores habituales de El Mundo de Mañana comprenden, que un factor clave de este estrecho vínculo, es una historia compartida que se remonta mucho más allá de lo que el público en general cree. A quienes no estén familiarizados con esta relación, les recomendamos leer nuestro esclarecedor folleto: Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía. Pueden descargarlo desde nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org, o solicitar un ejemplar impreso gratuito. Esta guía de estudio destaca la sorprendente historia de los pueblos británicos, así como la ascendencia británica de Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y muchos otros.

Estas grandes naciones tienen su origen histórico casi 2000 años antes de Cristo, cuando el patriarca José llevó a su padre, sus hermanos y sus familias a Egipto, para escapar de una hambruna devastadora (Génesis 46). José llevó a sus dos hijos pequeños, Manasés y Efraín, a su propio padre, Israel, para que fueran bendecidos por su abuelo. Al colocar las manos sobre la cabeza de sus nietos, Israel predijo que los descendientes de Efraín se convertirían en una multitud de naciones, y que los descendientes de Manasés se convertirían en un pueblo, y que también sería engrandecido (Génesis 48:19). Si bien muchos creen que las diez tribus de Israel llevadas al cautiverio por los asirios finalmente se desvanecieron en el olvido, importantes pasajes bíblicos y evidencia histórica muestran que sobrevivieron, migraron y prosperaron; convirtiéndose en una multitud de naciones (las Islas Británicas, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y otras), y una gran nación (Estados Unidos).

Canadá y Estados Unidos comparten un vínculo común. Si bien esa relación puede ser inestable en este momento, las Escrituras hablan de un tiempo futuro, en el que todas las naciones descendientes de Israel enfrentarán una conmoción mucho mayor que la que estamos viendo: “¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7). Este tiempo de angustia para Jacob (Israel), se describe como un tiempo de devastación sin precedentes. De manera similar, así se advierte en la profecía del monte de los Olivos: “Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo” (Mateo 24:21-22).

Con todo, ambos pasajes ofrecen la esperanza de que el tiempo de angustia que se avecina no será el final de la historia: Leemos que “por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:22), y habrá “tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado” (Jeremías 30:7). El libro de Ezequiel habla de un tiempo futuro, en el cual los pueblos de estas naciones volverán a mirar hacia el Creador, que antes habían rechazado: “Pondré mi gloria entre las naciones... Y de aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy el Eterno su Dios” (Ezequiel 39:21-22).

Aunque vivimos en una era de discursos conmovedores, banderas ondeantes y emociones impulsadas por los medios de difusión; la humanidad es incapaz de resolver los problemas que afrontan nuestras naciones. Pero los desafíos del mundo se superarán, y las naciones serán bendecidas con una prosperidad, paz y unidad inimaginables, cuando los pueblos de toda la Tierra conozcan al Eterno su Dios. [MM]

MÁS ARTÍCULOS DE ESTA EDICIÓN

Mostrar todos