Preguntas y respuestas: ¿Dios nos llama o lo elegimos nosotros? | El Mundo de Mañana

Preguntas y respuestas: ¿Dios nos llama o lo elegimos nosotros?

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Pregunta: Leo en Juan 6:44 que Dios el Padre es quien nos llama a su verdad, y que nosotros no podemos elegirlo a menos que Él nos llame. Pensé que éramos seres con libre albedrío, capaces de elegir por nosotros mismos, pero este versículo parece decir que no tenemos opción. ¿La tenemos?

Respuesta: Primero, entendamos que es voluntad de Dios que todo ser humano tenga la oportunidad de vida eterna (Juan 3:16-17; 2 Pedro 3:9). Dios no niega su oferta de salvación a nadie que vive o haya vivido, pero sí llama a cada persona a su debido tiempo y cuando lo considere (Romanos 9:15; 1 Timoteo 2:3-5).

La mayoría ignora que Dios no está llamando a todo ser humano en este momento. Si Dios estuviera tratando de salvar a toda la humanidad en este tiempo, tendríamos que calificar su esfuerzo como un fracaso rotundo. Porque si el propósito de Dios fuera salvar a todo el mundo ahora, ¡tiene todo el poder para hacerlo! Pero, ¿cómo iba a disponer la salvación de los incontables millones de seres que ya murieron sin haber escuchado el nombre de Jesucristo? ¡Para ellos tiene reservada una oportunidad! Así es como las Escrituras hablan de un futuro en el cual toda persona que haya vivido escuchará el verdadero evangelio, y recibirá el llamado de Dios (Ezequiel 37:1-14; Romanos 11:26; Apocalipsis 20:5, 11-13). Pero también leemos que Dios llama a unos como “primicias” o “primeros frutos” (Santiago 1:18), dándoles la oportunidad de responder al evangelio aun en este siglo o tiempo malo.

Nuestra responsabilidad

Desde el momento en que Adán y Eva decidieron seguir a Satanás en vez de obedecer las instrucciones de su Creador (Génesis 3), Dios dejó que la humanidad experimentara con innumerables soluciones de su propia invención para resolver los problemas del mundo. La Biblia, así como la historia secular, demuestran ampliamente el lamentable fracaso de la humanidad en su empeño por gobernarse a sí misma, y manejar su medio ambiente. Dios permite que aprendamos, con intentos y fracasos, que hacer las cosas a nuestra manera no nos traerá felicidad, éxito ni una duradera realización propia que todos anhelamos. Aun así, en medio de este mundo enfermo de pecado, Dios llama a algunos para ponerlos ahora a su servicio. Pero en el futuro todos serán llamados a ser miembros de su Familia (Hebreos 2:9-11). Y a quienes Dios llama ahora, los trae al arrepentimiento (2 Timoteo 2:25-26) y los coloca en el cuerpo de Cristo, que es su Iglesia, (1 Corintios 1:2; 12:13).

Quienes son llamados ahora al arrepentimiento y reciben el Espíritu de Dios, tienen una mayor responsabilidad de vencer el pecado mediante el poder del Espíritu Santo (Colosenses 3:5-10). Una vez llamados y puestos en la Iglesia que Cristo edificó (Mateo 16:18), por el poder del Espíritu Santo de Dios, mantienen el libre albedrío. Con libertad para desobedecer la voluntad divina… pero la pena por mantenerse transgrediendo la ley de Dios traerá finalmente un castigo fuerte y seguro (Romanos 6:23; Hebreos 9:27-28; Hebreos 10:26-27).

Una oportunidad increíble

Dios ha llamado a algunos en todas las épocas para que sean testigos de los males y pecados de este mundo (Deuteronomio 8:19-20). Isaías 59 testifica con elocuencia sobre la actitud de Dios respecto de las conductas rebeldes de la humanidad. Aun hoy, Dios llama a algunos para que formen parte en su advertencia final a este mundo desobediente y moribundo. Usted ha entrado en contacto con la obra que Dios está haciendo por medio de su Iglesia. Por lo tanto, si desea sinceramente buscar la verdad y aprender más sobre su plan para la humanidad, siga estudiando la Biblia, y continúe leyendo el material que ofrece la Iglesia del Dios Viviente en nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org.

Pídale a Dios en oración que le muestre lo que debe hacer y qué parte desea que usted cumpla. Si Él lo está llamando ahora, lo está bendiciendo con la oportunidad de ser parte de la primera resurrección (Apocalipsis 20:5-6), y de servir reinando bajo Jesucristo en el milenio venidero. ¡Es un llamado impresionante! [MM]

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