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Leamos lo que realmente dice

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¿Leemos lo que la Biblia dice, o lo que creemos que dice?

Mucha gente frecuentemente lee mal. Las instrucciones dicen: “Haga esto”, y la persona lee: “Haga aquello”. Quizá porque esté distraída, tenga la mente en otra cosa, o simplemente lee lo que cree que dice, y no lo que dice en realidad.

En cierta ocasión un amigo mío pensó que se había ganado un premio de miles de dólares en un sorteo. Había recibido una carta que lo emocionó mucho, pero yo expresé mi escepticismo: había visto cartas parecidas, que nos hacen creer que hemos ganado un sorteo, cuando no es así. Mi amigo me pidió que fuera a su casa y leyera con mis propios ojos. Revisé la carta, luego la leí en voz alta a mi amigo, haciéndole énfasis en las frases claves. Entonces mi amigo entendió que había leído mal. Pero debo defenderlo porque la carta estaba mal escrita, quizá deliberadamente para engañar al lector.

Mucha gente también lee mal la Biblia. Las convicciones que tenemos desde hace años nos obnubilan, reduciendo nuestra capacidad para leer un pasaje y entender lo que realmente dice. Hay muchos conceptos preconcebidos que nos pueden nublar la mente. Nos hacen introducir nuestras propias ideas dentro de la Palabra de Dios, pero no debe ser así: las Escrituras exigen una lectura objetiva y atenta para saber lo que Dios realmente está diciendo.

Por ejemplo, la Biblia dice claramente que los muertos resucitarán (ver Lucas 20:35). Pocos discutirían respecto de la resurrección de los justos en sí, pero algunos sí discutirían sobre cuándo ocurre. La mayor parte de quienes se declaran cristianos piensan que al morir vamos directamente al Cielo o al infierno. Sin embargo, la Biblia deja muy claro que no se produce ninguna resurrección antes del regreso de Jesucristo.

El apóstol Pablo lo muestra claramente en su primera carta a los Tesalonicenses: “Os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del Cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4:15-16).

Jesús dijo: “Esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:39-40). “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (v. 54).

En Juan 11 leemos que cuando murió Lázaro, Jesús vino a devolverle la vida física. “Jesús le dijo a Marta: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero” (vs. 23-24). Marta sabía cuándo tendrá lugar la resurrección.

Cristo también dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). ¿Cuándo? ¡Cuando Jesucristo regrese! “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:51-52).

Dispuestos a aprender algo nuevo

Leer la Palabra de Dios a través del lente de nuestras ideas preconcebidas supone un gran obstáculo a quien desea descubrir sus propios errores. Al fin y al cabo, ¡es difícil aprender algo nuevo cuando estamos plenamente convencidos de que ya sabemos la respuesta!

Si podemos hacer a un lado lo que creemos saber, quedaremos muy sorprendidos ante las verdades que tenemos en frente, ocultas, aunque estaban a la vista.

Es asombroso lo que podemos aprender cuando leemos la Biblia tal como es. Para aprender más sobre lo que realmente dice sobre este tema, puede leer el artículo del señor Richard F. Ames: ¡Sorbida es la muerte en victoria! Página 13 en El Mundo de Mañana, mayo y junio del 2016. Puede descargarlo desde nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org [MM]*