Siete señales que anuncian el regreso de Jesucristo | El Mundo de Mañana

Siete señales que anuncian el regreso de Jesucristo

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¡Jesucristo va a regresar! Muchos aseguran que no podemos saber cuándo llegará, pero la Biblia da señales claras que indicarán cuando se acerque el momento.

El fin del mundo es un tema que fascina a millones. Varias películas de moda, como la del año pasado titulada: Vengadores, juego final, presentan el mundo al borde de la destrucción y otras, como Capitana Marvel, lo pintan sumido en un conflicto entre las fuerzas del bien y del mal. Otras películas populares, como Geotormenta, película de suspenso que salió en el 2019; muestran catástrofes naturales de enorme escala que encierran la posibilidad de aniquilar todo el planeta.

¿Habrá alguna de estas películas que muestre el verdadero futuro?

Lamentablemente, las catástrofes son una realidad que nos rodea, nos demos cuenta o no.

¿Cuántas personas en el mundo se enteraron de las terribles inundaciones del otoño pasado en África Central? Se perdieron cantidades de vidas y miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus viviendas, muchas de las cuales fueron arrasadas. El huracán Dorian, anteriormente, había causado daños a lo largo de la costa Este de los Estados Unidos, fue el peor desastre natural que se recuerde en la historia de las Bahamas: dejó a 70.000 personas sin hogar, y centenares que se presumen muertas. Las estimaciones indican que Dorian produjo daños a la propiedad por valor de $7.000 millones de dólares solo en las Bahamas.

En muchos lugares los incendios causaron terrible destrucción. En los primeros nueve meses del 2019, más de 40.000 incendios forestales en los Estados unidos arrasaron con 17.800 kilómetros cuadrados. California fue uno de los estados más golpeados. Un informe observó:

“Si parece que en la actualidad los incendios forestales son casi constantes, ya que no hay una temporada definida de incendios en California, hay razón. De los 20 incendios más destructores en la historia del Estado, 14 ocurrieron desde el 2007. California sufre 78 días de incendio más que hace 50 años. Cuando el 2018 se convirtió en el peor año de incendios de que se tuviera noticia, reconocimos una nueva realidad. Cada año que viene podría superar el anterior; estableciendo marcas por tamaño, destrucción, costo y pérdida de vidas?” (LAist.com, octubre 28 del 2019).

En muchos aspectos, tanto en California como en otras partes parece que las cosas están empeorando. Muchos dicen que siempre ha habido calamidades, y que ahora los desastres naturales simplemente nos afectan más debido al aumento demográfico. Otros reconocen los crecientes peligros, pero los descartan como resultado del azar, o de algún fenómeno como el cambio climático global.

Pero, ¿y si el aparente aumento de catástrofes naturales y perturbaciones en el mundo encerrara alguna dimensión enteramente distinta? ¿Y si las cosas no mejoran? Muchos se sorprenden enormemente cuando se enteran de que la Biblia predijo un notorio aumento de algunos fenómenos, así como calamidades y sufrimientos antes inimaginables. Sin embargo, sabemos que el Hijo de Dios va a regresar, que pondrá fin a tanta perturbación y sufrimiento… y podremos hallar consuelo y ánimo si buscamos las señales de su segunda venida.

¿Sobrevivirá la humanidad?

Vivimos dentro del gran experimento de la humanidad, que pretende gobernarse a sí misma sin Dios. ¿Podrán los 193 estados miembros de las Naciones Unidas encontrar algún día el camino de la paz mundial? ¡La historia universal nos da una respuesta clara! Con el siglo 20 vinieron dos guerras mundiales, y con ellas, decenas de millones de muertes; y violentas tiranías que cobraron otros millones de vidas de civiles inocentes. La humanidad llegó al borde de la autoaniquilación nuclear, y después, una serie de peligros biológicos, químicos, nucleares y otros más, han mantenido a nuestro planeta al borde de la catástrofe y la destrucción.

¿Sobrevivirá el planeta Tierra? ¿Existe alguna esperanza de paz mundial? Pocos saben que la Biblia predice una serie de acontecimientos que culminarán con el fin de esta era. En las Escrituras leemos: “Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21-22).

¿Quién acortará “aquellos” días para salvarnos? La Biblia revela que Jesucristo regresará a la Tierra para impedir una destrucción total. Se avecinan días peligrosos, pero las Escrituras también revelan la extraordinaria noticia de un futuro gobierno mundial, que se establecerá bajo el Rey de reyes. ¿Qué debemos hacer mientras esperamos su venida? Muchos intentan vivir para el presente, y disfrutar todo lo que puedan; evadiendo la grave realidad de lo que vendrá.

Jesucristo desea que nosotros seamos diferentes, y nos amonesta: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la Tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:34-36).

Este artículo mostrará varias tendencias o señales a las que debemos estar atentos. Mientras velamos, sabremos que nos acercamos al maravilloso día cuando sonará la séptima trompeta y vendrá Jesucristo: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el Cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15). ¿Estaremos listos para reunirnos con Jesucristo cuando venga? ¡Lo estaremos!, si al prepararnos cumplimos sus mandamientos. Por lo tanto, ¡busquemos estas siete señales!

1. Peligro creciente de guerra nuclear

A pesar de los muchos tratados destinados a controlar la proliferación de armas nucleares, los expertos están preocupados. Una entidad informa que, desde el año 2016, “ha habido un retroceso significativo en las normas relacionadas con el control de armas y la reducción de riesgos” (Arms Control Associación, julio del 2019, pág. v). Aparte de las naciones conocidas con armamento nuclear: Rusia, Estados Unidos, Francia, China, el Reino Unido, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte; el informe incluyó a Irán y Siria, que están investigando sobre armas biológicas y otras armas letales; y encontraron “señales de que Irán, Corea del Norte y Siria participan en el tráfico ilegal de materiales y tecnologías de uso dual [para armas y para otros fines]” (pág. vi).

¿Detonará Rusia en una guerra futura alguna de las 6.850 armas nucleares que posee, según calculan los expertos? ¿Detonará Estados Unidos alguna de sus 6.550 armas? Recordemos que el patrón de conducta de la humanidad es no dejar ninguna tecnología sin usar. En enero pasado, el Boletín de los científicos atómicos nos recordó este peligro: “La situación actual, en la que convergen las amenazas de guerra nuclear, climática e informativa, y se dejan pasar sin mayor reconocimiento ni discusión, o que se niegan o ignoran del todo, resulta insostenible. Cuanto más tiempo continúen los líderes y ciudadanos del mundo viviendo esta nueva y anormal realidad, mayor será la probabilidad de que el mundo viva una catástrofe de proporciones históricas”. El Boletín señaló nuestra situación actual como “la nueva anormalidad” (Nueva anormalidad: Siguen faltando 2 minutos para la medianoche, Boletín de los científicos atómicos del 2019).

La Biblia confirma que, lamentablemente, la humanidad no ha terminado con las guerras. Las Escrituras prevén una Tercera Guerra Mundial en la que un ejército de enormes proporciones se desplazará hacia el oeste cruzando el río Éufrates.

“El número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca” (Apocalipsis 9:16-18).

¡Es impresionante pensar que la tercera parte de los seres humanos de la Tierra morirán en una futura guerra mundial! Debemos estar atentos al desarrollo de la capacidad nuclear en el escenario mundial.

2. Terremotos y otros desastres naturales

Como ya hemos visto, el planeta sigue padeciendo el azote de inundaciones e incendios, que parecen ir en aumento. Pensemos en los siguientes comentarios del director de esta revista, el evangelista Gerald E. Weston, en su informativo folleto titulado: Acts of God: Why Natural Disasters?:

“Hawái, lo mismo que las islas del Pacífico Sur, son destinos turísticos que atraen a mucha gente. Estas hermosas islas volcánicas han servido de inspiración a muchas canciones y obras de teatro. Sin embargo, bien sabemos que los volcanes pueden ser muy peligrosos para quien viva demasiado cerca. En Pompeya y su región circundante perecieron millones cuando estalló el monte Vesubio en el año 79 AC. La erupción del monte Santa Helena el 19 de mayo de 1980 cobró 57 vidas… En este último caso, como en el primero, se habían notado señales de una catástrofe inminente. El costado norte del Santa Helena presentó una protuberancia de 90 metros, y diariamente aumentaba de tamaño entre metro y medio y dos metros. Se dio aviso de la necesidad de evacuar la zona, pero como suele ocurrir en estas situaciones, le gente no hace caso de las advertencias: ‘El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y llevan el daño’ (Proverbios 27:12)”.

Como vimos antes, los desastres naturales causan estragos tanto humanos como económicos. La Administración Nacional Oceánica Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, informó hacia finales del 2019 que, contando desde 1980, el país había sufrido pérdidas económicas superiores a $1,7 billones (trillones en USA) de dólares como resultado de 254 fenómenos meteorológicos graves, cada uno de los cuales representó pérdidas de más de mil millones. El año pasado fue el quinto año consecutivo en que Estados Unidos sufrió diez o más de estos fenómenos (NCDC.NOAA.gov, 8 de octubre del 2019). En el 2018 el costo total por concepto de desastres naturales en Estados Unidos fue, en términos conservadores: $91.000 millones según la NOAA, si bien varias aseguradoras, entre ellas Múnich Re, presentan estimaciones aún más altas.

Las cifras anteriores corresponden únicamente a las pérdidas en Estados Unidos. Pero un solo suceso en el 2011, el terremoto y sunami del 11 de marzo que dañó la planta nuclear japonesa en Fukushima, está ligado a más de 20.000 muertes y $360.000 millones en daños económicos. Comparado muy de cerca con los $250.000 millones en daños ocasionados por el huracán Katrina en el 2005.

Podríamos seguir enumerando interminablemente este tipo de sucesos y lamentando el sufrimiento que causan. Sin embargo, la Biblia revela que las peores calamidades del presente, no son nada en comparación con lo que ha de ocurrir al final de esta era antes del regreso de Jesucristo. El libro del Apocalipsis afirma: “Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la Tierra” (16:18).

Las Sagradas Escrituras revelan que se avecinan tiempos espantosos antes del retorno de Jesucristo: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:7-8).

Es prudente, desde luego, prepararse para una eventual emergencia o desastre natural. No obstante, acaparar montañas de alimentos, agua y recursos como preparación para el “día del juicio” no es prudente: ¡la única preparación que realmente nos protegerá de lo que viene sobre todo el mundo, es permanecer cerca de nuestro Salvador y hacer lo que Él nos instruye!

3. Una Europa unida busca la preeminencia mundial

La Unión Europea ha vivido las dificultades del brexit: La controversia en torno a la decisión de los votantes de abandonar la UE, y las consecuencias de ese voto. La UE también está lidiando con problemas causados por el caudal de refugiados y otros inmigrantes, algunos de los cuales traen costumbres muy diferentes de las que imperan en su nuevo país. Las naciones más pequeñas y débiles de la UE se irritan al ver cómo Alemania ejerce un papel de liderazgo proporcional a su poderío económico. Y todas están incómodas ante la inestabilidad del compromiso estadounidense a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Muchos perciben que solo una potencia fuerte y carismática podrá solidificar a la Unión Europea. La Biblia profetiza que, en efecto, se avecina un líder fuerte, simbolizado por una bestia con siete cabezas y diez cuernos. Dios revela el significado de este símbolo: “Los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia” (Apocalipsis 17:12-13).

Diez reyes o reinos darán su apoyo a este caudillo, y el resultado será una fuerza poderosa y unificada. Actualmente, la Unión Europea no se ve tan unificada, pero estemos atentos a los sucesos internacionales, porque veremos movimientos de naciones europeas destinados a hacer realidad una última restauración del Imperio Romano Germánico; el cual dominará al mundo militar y políticamente. La siguiente es una descripción de este fenómeno: “Se maravilló toda la Tierra en pos de la bestia… y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Apocalipsis 13:3-4). La estructura del poder en el mundo se alterará dramáticamente en los próximos años. Observemos los sucesos en Europa, cuando la Unión Europea en ascenso buscará y finalmente logrará la preeminencia mundial.

4. Un líder poderoso une a miles de millones en un resurgimiento religioso

Hemos visto la profecía sobre una gran superpotencia que aparecerá en el escenario mundial. Veamos ahora otra figura que también se describe como una bestia. Esta bestia simbólica tiene dos cuernos como de cordero:

“Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la Tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del Cielo a la Tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la Tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la Tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió” (Apocalipsis 13:11-14).

Jesucristo es llamado el Cordero de Dios. En contraste, ese impostor religioso parecerá ser cristiano pero hablará como dragón. Debemos estar atentos a alguna figura respetada internacionalmente que influirá en una superpotencia político militar europea. No nos dejemos engañar por él, aunque sus milagros engañosos ganarán miles de millones de seguidores para su religión falsa: “Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (2 Tesalonicenses 2:9). Uno de los prodigios engañosos del falso profeta será hacer bajar fuego del cielo, como vimos en Apocalipsis 13:13.

El apóstol Pablo afirmó que este falso profeta no será siervo de Dios sino de Satanás, y que será juzgado a la venida del Rey de reyes, Jesucristo: “Entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tesalonicenses 2:8). Observe las tendencias religiosas en Europa, donde un gran reavivamiento religioso arrastrará a miles de millones en pos de una religión falsa.

5. La abominación desoladora

Jesús nos dio una señal de advertencia esencial: “Cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes” (Mateo 24:15-16). Si usted ha leído los libros de Daniel y Mateo en la Biblia, quizá se haya quedado perplejo leyendo sobre la misteriosa “abominación desoladora”. ¿Qué es y qué significa dentro de las profecías para el tiempo del fin?

La importancia de esta señal es evidente. Indica cuándo debe huir el pueblo de Dios para escapar de la secuencia final de tres años y medio de calamidades profetizadas.

Históricamente, el gobernante griego Antíoco Epífanes dictó en el año 167 AC un decreto en el cual se prohibía que los judíos ofrecieran sacrificios en el templo: “Se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora” (Daniel 11:31). Antíoco no solo suspendió los sacrificios cotidianos, sino que levantó una estatua de Júpiter Olimpo en el templo y mandó que todos la adoraran.

Este suceso, que también se describe en Daniel 8, prefiguraba un momento clave en el tiempo del fin: “Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días” (Daniel 12:11, Biblia de Jerusalén).

Así es: 1.290 días antes del regreso de Jesucristo, ¡se suspenderá nuevamente el sacrificio de animales! ¡Jesús advierte a los cristianos que estén atentos a una abominación desoladora en esos momentos! Así como Antíoco Epífanes profanó el templo y suspendió los sacrificios en el año 167 AC, en el futuro ¡una autoridad profana suspenderá los sacrificios judíos! Debemos observar los sucesos en Israel tendientes a la restauración de los sacrificios de animales por los judíos religiosos.

6. Predicación del evangelio del Reino de Dios a todas las naciones

Jesús dio estas señales que indicarían el final de los intentos humanos fallidos por alcanzar la paz mundial: “Será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). Usted ha estado leyendo el evangelio en esta revista que proclama el mundo venidero y el Reino de Dios en la Tierra. Así es: el Reino de Dios traerá paz y prosperidad a todas las naciones de la Tierra. Su gobernante será el Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo; y este fue precisamente el evangelio o buena noticia que Jesús predicó: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del Reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:14-15).

El profeta Isaías revela una promesa inspiradora del Reino de paz mundial del Mesías: “Un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su Imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su Reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo del Eterno de los ejércitos hará esto” (Isaías 9:6-7).

Nuestro estado actual de conflictos, opresión y guerras será reemplazado por el Reino de Dios, el gobierno de Dios: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el Cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15).

7. Señales celestiales y el día del Eterno

Muchos observadores de las noticias mundiales y estudiosos de la profecía bíblica saben que habrá turbación en los cielos, la cual estremecerá a todos los habitantes de la Tierra. Algunas versiones de la Biblia encabezan Apocalipsis 6:12 con un título que destaca la turbación, como: Sexto sello: disturbios cósmicos. ¿A qué se refiere esto? ¿Será a los eclipses recientes llamados “Luna de sangre”, que han captado tanto la atención? Leamos lo siguiente:

“Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el Sol se puso negro como tela de cilicio, y la Luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la Tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la Tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de Aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?” (Apocalipsis 6:12-17).

Los eclipses, con la llamada “Luna de sangre” sin duda nos traen a la mente este suceso profetizado, pero el hecho real será muchísimo más impresionante, incluso aterrador, y no tendrán su explicación en las posiciones de la Tierra, el Sol y la Luna. Estas alteraciones cósmicas profetizadas anunciarán el día del Eterno, el “gran día de su ira [de Jesucristo]”. En las Sagradas Escrituras Dios nos advierte por anticipado del juicio futuro. La Luna será del color de la sangre y el Sol se oscurecerá. Millares de meteoros alumbrarán el cielo nocturno.

Vendrá un juicio sobre todas las naciones del planeta Tierra. ¿Qué podemos hacer para escapar de la gran tribulación y el día del Eterno? Nuestro Salvador nos amonesta así: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la Tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” (Lucas 21:34-36).

Conclusión

Algunos predicadores enseñan, erróneamente, que no es posible comprender la profecía y que Jesucristo puede regresar en cualquier momento. La realidad es todo lo contrario. Como hemos visto en la Biblia, y como usted puede enterarse en otras publicaciones de El Mundo de Mañana, hay un marco profético específico que es fidedigno. Ahora bien, cada uno de nosotros puede morir en cualquier momento, y despertar en la resurrección de los santos o en una resurrección a juicio. ¡No podemos darnos el lujo de aplazar nuestra respuesta a nuestro Salvador!

Anhelamos el regreso del Mesías Jesucristo para gobernar a todas las naciones, y establecer el Reino de Dios en la Tierra durante mil años. ¿Cuál es la máxima meta? La Biblia nos fija la meta más importante y vital que se pueda tener: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Estemos atentos a las siete señales del regreso de Jesucristo y roguemos a Dios: “Venga tu Reino” (Mateo 6:10).

Para ampliar este tema, le invitamos a solicitar nuestro folleto gratuito titulado: Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo. [MM]