| El Mundo de Mañana

¿Qué significa nacer de nuevo?



Una suave brisa otoñal entraba por las ventanas abiertas de la pequeña iglesia rural donde me sentaba de niño. Conforme a la costumbre de innumerables iglesias protestantes grandes y pequeñas, la nuestra había organizado una campaña evangelística. El pastor invitado pronunció un sermón impactante, como es tradicional en tales ocasiones; y recalcó que debíamos entregar el corazón al Señor para poder volver a nacer. “¡Hay que nacer de nuevo!” Repitió una y otra vez durante aquella semana que duró la cruzada.

Si lo piensa bien... ¡No lo comería!



Las leyes dietéticas en el libro del Levítico, para mucha gente, están entre las instrucciones más desconcertantes de la Biblia. Quienes las cumplen desde hace milenios en cierta forma se han separado del resto del mundo, y al hacerlo ha sido motivo de controversias. ¿Por qué prohibió Dios el consumo de ciertas carnes? ¿Deben seguirse esas instrucciones en la actualidad?

La familia de hoy... y del mañana - Un legado de armonía



La mayoría de los padres y madres desean dejar un legado a sus hijos. Es importante asegurarles el futuro a los suyos. Desean que los hijos alcancen el éxito y la felicidad, y la mayor parte de los padres se esfuerzan y trabajan duro para que ese deseo se haga realidad. Los hay que hacen sacrificios heroicos para dar una educación a sus hijos. Muchos sacrifican sus propias necesidades para ahorrar y dejarles algunos bienes. ¿En su caso? ¿Ha pensado en el legado que dejará a sus hijos?

¿Por qué la navidad?



El mundo en que vivimos está profundamente dividido y esas divisiones parecen empeorar cada día. Sin embargo, hay algo por cierto sorprendente, que al parecer sí une a muchos. Pese a la amplia divergencia de opiniones sobre prácticamente todo, por lo menos la inmensa mayoría entre los miles de millones del llamado cristianismo celebra la navidad.

Si usted está entre quienes observan la navidad, ¿por qué lo hace?

¿Estaremos listos para el próximo salto gigante?



“Un pequeño paso para el hombre, y un salto gigante para la humanidad”. El 20 de julio de 1969 a las 9:56 de la noche, el astronauta Neil Armstrong del Apolo 11 pronunció aquella famosa y muy citada frase al tocar con su bota el suelo lunar. Tras un descenso espeluznante en el módulo lunar con el tanque de combustible casi vacío, y el peligro de una colisión, Armstrong se convirtió en el primer ser humano que pusiera su pie en la Luna. Su compañero de viaje, el astronauta Edwin Aldrin, se le unió 20 minutos más tarde frente a esa nave espacial.

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