"Nada es digno de respeto. Nada es sagrado. No hay absolutos. La humanidad debe abrirse camino”.

Esta ampliamente aceptada creencia o punto de vista es un enfoque ateo y materialista de la vida. Si uno tiene esta opinión, entonces no hay restricciones reales en el comportamiento. Después de todo, ¿a quién le importa? y ¿qué diferencia hace? Según esta creencia, no hay responsabilidad.

Una investigación moderna respalda una actividad que Dios nos ha exhortado a realizar durante mucho tiempo y explica sus beneficios: Cantar en un grupo beneficia a los involucrados a establecer vínculos y sentirse parte del grupo y a mejorar la salud física y mental (The Conversation, 28 de octubre de 2015).

Reuters informa que una reciente encuesta en Italia está causando cierta preocupación: “Casi la mitad de los italianos están a favor de tener un ‘hombre fuerte’ en el poder que no tenga que preocuparse demasiado por rendir cuentas al Parlamento... poniendo en entredicho la fortaleza de la democracia en esta gran nación europea” (6 de diciembre de 2019).