Jerusalén: Lo que depara el futuro | El Mundo de Mañana

Jerusalén: Lo que depara el futuro

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En el 75 aniversario de Israel como nación, muchos temen por su futuro.

Pero la profecía revela que le esperan dificultades aún mayores.

En abril del 2023, Israel celebró su 75 aniversario como nación moderna e independiente. En su quincuagésimo aniversario, en 1998, fue aclamada por Paul Johnson, fallecido comentarista y escritor británico, como la más trascendente de las 100 naciones formadas en el siglo 20; puesto que la formación de Israel como nación había sido un milagro y no así las otras. Poniéndola en perspectiva, Israel ha sobrevivido 75 años, pero la Unión Soviética se derrumbó a los 74.

El 75 aniversario no tuvo el recibimiento exuberante que tuvo el 50. A partir de enero se han presentado manifestaciones en varias ciudades israelíes en favor o en contra del rumbo que lleva el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, con mayor cobertura dada por la prensa a las que son contrarias. Al final de septiembre, las manifestaciones de lado y lado ya llevaban nueve meses. Es de señalar que no se han presentado en ellas notorios actos de violencia ni daños a la propiedad, lo que sí se ha visto es profusión de banderas israelíes agitadas por los manifestantes de ambos bandos. La razón de las manifestaciones tiene que ver con el lugar que ocupará Israel dentro de los próximos 75 años.

La causa de las protestas es una reforma legal buscada por el gobierno de coalición de Netanyahu. Desde 1994 y el nombramiento de Aharon Barak como presidente del Tribunal Supremo, la Corte Suprema de Israel se ha vuelto activista hasta el punto de declarar ilegal la legislación de la Knéset. Netanyahu ha buscado reformas judiciales que darían a la Knéset facultad para vetar decisiones de la Corte Suprema, y restringirían la influencia que tienen jueces y abogados no elegidos sobre el nombramiento de nuevos jueces en ese tribunal.

Si el sistema ha funcionado desde hace decenios, ¿por qué la presión para cambiarlo ahora? Muchas naciones han querido emular el papel de la Corte Suprema, pero en Israel el sector religioso siente que ese cuerpo, y la élite laica, los han tratado mal. Las reformas de Netanyahu pretenden reafirmar la autoridad de la Knéset de prevalecer sobre las decisiones de la Corte Suprema, y de ejercer más influencia en el nombramiento de sus jueces.

Crisis de identidad política y religiosa

Para apreciar el deseo de cambio manifestado por Netanyahu, debemos remontarnos al comienzo del Estado de Israel en 1948. Israel se estableció como nación conforme a conceptos europeos modernos de lo que es una nación. No había de ser un estado religioso, sino uno laico gobernado por la Knéset. La religión estaría sujeta al gobierno, como el gobierno en el Reino Unido supervisa a la Iglesia de Inglaterra; donde los altos nombramientos en la Iglesia requieren la aprobación del primer ministro del Reino Unido, y luego pasan a ratificación por el Monarca como cabeza de la Iglesia de Inglaterra.

David Ben-Gurión, el primero que ocupó el cargo de primer ministro de Israel, deseaba que los ciudadanos israelíes siguieran el ejemplo de los sabras, esos rudos israelíes nativos que labraban la tierra y contribuían a su industria, y no el de los judíos religiosos dedicados al estudio, como tantos que habían muerto en el holocausto en Europa. Sin embargo, la religión era permitida y, por disposición legal, la inmigración y los matrimonios estaban bajo la supervisión de los rabinos.

Aunque esto sería aceptable para la mayoría en los primeros años del Estado, se han venido produciendo cambios que han afectado profundamente a la nación. Muchos israelíes han abandonado el partido laboral de izquierda fundado por Ben-Gurión, pasándose a la derecha de la gama política. Si en este momento hubiera elecciones en Israel, algunos postulan que el partido laboral no ganaría escaños. Benjamín Netanyahu, de la corriente conservadora Likud, es el primer ministro que más ha durado, como que ocupó el cargo tres veces desde el primer gobierno formado en 1977 por el partido Likud bajo Menájem Beguin. Pero conservadores o izquierdistas, todos los primeros ministros de Israel, desde David Ben-Gurión hasta Benjamín Netanyahu, han sido de corte laico.

Si bien el cambio hacia la derecha en la política israelí es atribuible en parte a las políticas del Likud, hay un fenómeno mayor que está transformando la demografía de la nación, con el aumento de los judíos mizrají. Gran parte de estos son religiosos, y tienen sus raíces, no en Europa, sino en los países musulmanes vecinos. Los mizrajíes están llegando a ser una fuerza importante en las elecciones, junto con los falasha, o judíos de Etiopía, y los jaredíes (ortodoxos).

Debemos señalar también que la palabra laico no equivale a irreligioso. Aunque la vida del laico se rige por la política y la filosofía, muchos israelíes laicos guardan las fiestas religiosas como la Pascua o Yom Kippur, si bien lo hacen más como conmemoración que como un modo de vida. Esto se ve en la manera como la ciudad de Tel Aviv ha acogido la política de la identidad sexual. El conocido escritor y académico Yossi Klein Halevi resumió así la postura laica:

“Mi vida judía es religiosa; mi vida israelí es laica. Celebro el Estado laico que nos dio un hogar y nos enseñó a protegernos, que nos ayudó a sanar como pueblo después del holocausto y recuperó a las comunidades judías de un Oriente Medio cada vez más peligroso y disfuncional” (La psiquis judía herida y el alma israelí dividida, Times of Israel, 28 de julio del 2023).

En cambio, para los mizrajíes y toda la comunidad jaredí en Israel, la vida está regida por la religión de una manera profunda. Las filosofías laicas del momento son una moda pasajera que carece de importancia para ellos.

En los últimos años, los pequeños partidos políticos religiosos que se inclinan hacia la derecha, han ejercido una influencia decisiva en la formación de los gobiernos israelíes. Netanyahu, como otros primeros ministros recientes, los necesita para lograr una mayoría en la Knéset. Es así como Netanyahu, aunque de tendencia laica, encabeza lo que algunos consideran el primer Parlamento ortodoxo de Israel.

Dado lo anterior, las reformas judiciales, entre ellas la primera aprobada el 24 de julio, vienen a ser para muchos, un criterio decisivo para saber qué rumbo seguirá Israel en lo político: ¿Debe ser una nación laica o religiosa? Esta batalla se está peleando en las calles de Tel-Aviv y Jerusalén, pero no tardará en llegar a la Corte Suprema, que el 28 de julio acordó oír una disputa legal sobre si es razonable o no la legislación recientemente aprobada por la Knéset.

Esta situación prepara el camino para una crisis constitucional en Israel. ¿Serán las acciones en las calles y en la Corte Suprema el factor que desgarra a la nación y la hace caer? La crisis es grave y la retórica contra el cambio es acalorada, al punto que algunos reservistas en las Fuerzas de Defensa de Israel han declarado públicamente que no se presentarán al entrenamiento militar.

¿Señalará esto el fin de Israel? Como estudiosos de la profecía, comprendemos lo que fue el establecimiento del Estado moderno de Israel en 1948, gracias a lo que leemos en las páginas de un libro antiguo: la Biblia. Allí se indica claramente que el Estado judío será una importante fuerza beligerante por la época del regreso de Jesucristo (Zacarías 12:1-14), y que Jerusalén será un foco de tensión en nuestro futuro no lejano.

El Monte del Templo

Cuando se estableció el actual Estado laico de Israel, el Monte del Templo estaba en manos de los jordanos, y carecía de interés inmediato. La preocupación judía por el Monte del Templo tenía que ver con la ubicación del Lugar Santísimo, y el afán de impedir que se pisara el suelo sagrado donde estuvo, profanándolo de esta manera. Ben-Gurión estaba satisfecho, como primer ministro, porque sabía que se hallaba bajo el control del gobierno jordano. Israel ya tenía bastantes problemas relacionados con su supervivencia.

Pasemos adelante a junio de 1967 y la guerra de los Seis Días, cuando las fuerzas judías capturaron Jerusalén y el Monte del Templo. El general Moshé Dayán, jefe de las fuerzas israelíes y figura formidable en la sociedad israelí, vio una bandera israelí ondeando sobre el Domo de la Roca, cuando sus fuerzas habían tomado el Monte del Templo y la hizo bajar, comentando: “¿Para qué necesito este Vaticano?” Sus comentarios fueron reflejo de su mentalidad laica, especialmente la escasa importancia que daba a toda forma de ritual religioso, con poca consideración por la importancia del Monte del Templo para las oraciones de los judíos piadosos de todo el mundo. Al respecto, cierto observador dijo:

“Dayán pensaba en ese entonces, y años después dejó sus ideas en forma escrita, que siendo el Monte una mezquita de oración musulmana, y para los judíos poco más que un punto histórico de conmemoración del pasado… no se debe impedir que los árabes se comporten allí como lo hacen ahora, y se debe reconocer su derecho como musulmanes a controlar el lugar” (El trágico error de Moshé Dayán, Commentary, febrero del 2023).

Las palabras de Dayán reforzaban el concepto palestino de negar que los judíos hayan vivido en Israel, y que haya existido allí un templo. Con su decisión, Dayán también dio legitimidad a un status quo en los lugares santos que se remontaba al reinado de los mamelucos en el siglo 13. El Monte del Templo continúa bajo control del Waqf jordano. Ahora los judíos ortodoxos están cuestionando la idea de un acceso israelí restringido al Monte del Templo y, ante todo, de la restricción de la oración en ese lugar, ya que actualmente solo se permite orar en el muro de los Lamentos. (La historia del status quo en el Monte del Templo, que prohíbe a los judíos orar en su lugar más sagrado, Mosaic, 11 de agosto del 2022).

El Monte del Templo está patrullado por policías israelíes armados con grabadoras, para captar a los judíos que oren, y facultados para juzgar al instante a cualquier judío que encuentren haciéndolo. No obstante, están aumentando quienes, haciendo caso omiso de las restricciones, se dirigen al Monte para orar. El día de Jerusalén, conmemoración anual de la captura de Jerusalén y el Monte del Templo en 1967, atrae al lugar a millares de judíos. El deseo de orar lo más cerca posible del lugar del templo es motivación poderosa para los judíos religiosos. Hay acuerdo general entre los arqueólogos sobre el lugar que ocupaba el templo en los 150.000 metros cuadrados del Monte del Templo. Muchas personas menosprecian las normas de pureza invocadas por los rabinos cuando se formó el Estado. Incluso, en las redes sociales aparece el ofrecimiento de muchos de añadir a sus propias oraciones, las peticiones de orar por otros en el Monte del Templo. Este es un reflejo de la creciente espiritualidad judía observada en los últimos años.

Llamado a la oración… ¿o a la guerra?

¿Qué depara el futuro si los judíos llegaran a orar abiertamente en el Monte del Templo, aun con la perspectiva de una multa impuesta al instante? En una visita al Monte para conmemorar el ayuno de Tischa B’Va, y la destrucción del primero y segundo templos, el ministro israelí de seguridad nacional, Itamar Ben-Gvir, declaró que su nación necesita “demostrar su gobernanza” del lugar (Países musulmanes condenan la ‘toma del Monte del Templo’ por Ben-Gvir, Jewish News, 27 de julio del 2023). Bajo un titular que resaltaba la oposición musulmana a su visita, había una cita de Ben-Gvir en el sentido que el sitio del templo es “el lugar más importante para el pueblo de Israel. Y es necesario que regresemos y demostremos nuestra gobernanza”.

¿Por qué esto es importante en relación con la profecía? Porque la Biblia indica que, no necesariamente hoy, ni la semana entrante, ni el año entrante; pero al final los partidos religiosos ganarán la batalla.

¿Cómo podemos estar tan seguros de su victoria? Porque los dirigentes laicos jamás permitirán la presentación de sacrificios en el Monte del Templo, y la Biblia dice que los sacrificios diarios se reanudarán en Israel por corto tiempo, antes del final de la era.

Si alguno duda de este parecer del mundo laico, piense en la sensibilidad demostrada en Europa por los métodos kosher y halal de matar animales. A menudo, los gobiernos laicos buscan prohibir esas prácticas. En algunos países europeos las autoridades locales ya tienen derecho de prohibirlas. Una vez ganada esa batalla, la próxima probablemente será la circuncisión de varones. Islandia ya quiso prohibir la práctica en el 2018. Los símbolos religiosos, sean la matanza ceremonial kosher, la circuncisión o, ante todo, los sacrificios; son inaceptables en una sociedad laica. En Israel una serie de gobiernos han permitido la circuncisión, así como el procedimiento kosher para matar animales, como parte esencial de la identidad judía, pero se han opuesto constantemente a la reintroducción de los sacrificios.

No obstante, la Biblia es explícita en cuanto a la reintroducción de los sacrificios. Incluso, cita su suspensión como señal dentro de la cronología del regreso de Jesucristo al monte de los Olivos, que queda al oriente de Jerusalén frente al Monte del Templo (Daniel 8:8-14; 12:11). El libro de Daniel describe la reintroducción de los sacrificios y señala que los suspenderá el Rey del Norte, figura importante en el tiempo del fin, que irá a la guerra contra el Rey del Sur, situado cerca de Israel (Daniel 11:29-40).

Daniel nos dice que será un tiempo de angustia. La agitación en Israel es apenas una sombra de lo que viene. Luego de esos hechos, Jesucristo regresará a establecer su gobierno sobre todas las naciones del mundo.

Piedra de tropiezo para todas las naciones

Un gobierno israelí que autorice la celebración de sacrificios en el Monte del Templo, no será uno controlado por fuerzas laicas, sino un gobierno profundamente religioso. Israel está en proceso de decidir qué tipo de nación quiere ser. El hecho de que médicos y otros profesionales estén hablando abiertamente de abandonar el Estado de Israel, es muestra de que entienden la profundidad de los cambios que están ocurriendo en su país.

Hay grupos en Israel que se preparan para la reintroducción de los sacrificios. Tienen los materiales necesarios para erigir un altar, así como la vestimenta y los utensilios para que los sacerdotes cumplan el ritual del sacrificio. Y esperan anhelantes el momento cuando se sacrifique una vaquilla roja (alazana), para la purificación del sacerdocio y de los encargados de realizar el sacrificio (Números 19).

Israel presenta claros contrastes en las formas de vida de sus habitantes. Su batalla actual es, en el fondo, una batalla para decidir qué tipo de nación será: laica o religiosa, conducta bíblica piadosa o vida posmodernista sin restricciones sexuales. Ningún bando acepta al otro, y el conflicto es inevitable. Sugerimos continuar leyendo esta revista o ingresando a nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org, para enterarse de lo que ocurrirá, según las advertencias bíblicas, en las naciones de Oriente Medio, en Israel en particular y de Jerusalén.