Preguntas y respuestas - ¿Enseña realmente la Biblia que el aborto no es pecado? | El Mundo de Mañana

Preguntas y respuestas - ¿Enseña realmente la Biblia que el aborto no es pecado?

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Pregunta: Hace poco leí en un artículo periodístico, según el cual la Biblia muestra en Éxodo 21:22 que matar a un niño dentro del vientre no se considera tan grave como matar a un adulto; y en consecuencia, el aborto no debe considerarse pecado. ¿Es esto lo que la Biblia dice?

Respuesta: Esta aseveración errada no es nueva, y hace poco apareció en un artículo del diario Washington Post: “Una antigua traducción errada contribuye a amenazar los derechos de aborto” (12 de octubre del 2021). Se basa en una interpretación errada del pasaje bíblico en cuestión. Este es el pasaje en la versión Reina Valera de 1960:

“Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y esta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida” (Éxodo 21:22-23).

Hay quienes dicen que “abortar” significa que el niño nace muerto, y “sin haber muerte” se aplica únicamente a la madre. En tal caso, “vida por vida” se aplicaría solamente en caso de muerte de la mujer; de lo contrario, el agresor pagaría una multa aunque el niño muriera.

Lamentablemente, algunas traducciones al inglés implican lo que proponen los escritores del Washington Post. Así, la Nueva Versión Internacional y la Versión Estándar Inglesa, siguen la NKJV en la traducción “da a luz prematuramente”. Incluso la NASB, revisada en 1995, ahora dice “da a luz prematuramente”, destacando un parto prematuro y no un aborto espontáneo en absoluto.

En español, leemos en la Biblia de Jerusalén: “Si unos hombres, en el curso de una riña, dan un golpe a una mujer encinta, y provocan el parto sin más daño, el culpable será multado conforme a lo que imponga el marido de la mujer y mediante arbitrio. Pero si resultare daño, darás vida por vida”. Aquí “daño” implica únicamente la muerte del niño.

Para aclarar este punto, hay que analizar la palabra hebrea traducida como “aborto”. Hay varios pasajes donde se emplea el vocablo naphal para referirse a un caso en que el niño nace muerto, por ejemplo Salmos 58:8: “Pasen ellos como el caracol que se deslíe; Como el que nace muerto [naphal] no vean el Sol”. La misma palabra aparece en Job 3:16 y Eclesiastés 6:3.

La palabra naphal no aparece en Éxodo 21. En su lugar encontramos la palabra hebrea yatsa, que puede traducirse como “producir” (Génesis 1:12), en el sentido de “crear”; o “salir” (Génesis 17:6), en el sentido de “parir”. Yatsa también aparece en otro versículo de Éxodo 21: “Si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá de gracia, sin dinero” (Éxodo 21:11), salir en el sentido de dejar el hogar.

Es significativo que el patriarca Job dice yatsa para describir su propio nacimiento: “Desnudo salí [yatsa] del vientre de mi madre” (Job 1:21).

Lo anterior demuestra claramente que Éxodo 21:22 se refiere a una mujer que da a luz prematuramente como consecuencia de una agresión, pero sin la muerte del niño. Y la NKJV transmite este entendimiento correcto, al igual que la mayoría de las otras traducciones de la Biblia. De hecho, la Biblia Amplificada da la misma traducción, agregando palabras entre paréntesis para aclarar el punto: “Si los hombres pelean entre sí y hieren a una mujer embarazada para que dé a luz prematuramente” [dar a luz no es abortar, y el bebé nace con vida].

La enseñanza es clara: Si el niño nació prematuramente pero no sufrió daño, el culpable pagaba una multa. Pero si el prematuro sufría algún daño, el individuo pagaba un precio proporcional, hasta “vida por vida” si el niño moría. Si esto se refiriera al nacimiento de un niño muerto, y no de un prematuro, el idioma hebreo tenía una palabra para indicarlo. Sin embargo, Éxodo 21:22-23 emplea una palabra que se asocia más claramente con un nacimiento.

La enseñanza bíblica contra el aborto descansa sobre mucho más que eso, por ejemplo, sobre el hecho de que la vida humana es sagrada, que lleva la imagen de Dios (Génesis 1:27; 9:6), y que el Eterno la forma dentro del vientre (Salmos 139:13). La clara enseñanza en Éxodo 21:22-23 respecto del valor de la vida en el vientre no constituye una excepción. [MM]