¿Qué edad tiene la Tierra? | El Mundo de Mañana

¿Qué edad tiene la Tierra?

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En nuestro mundo, la ciencia y la Biblia parecen contradecirse constantemente, y por cierto que hay preguntas pendientes por resolver. Sin embargo, muchos de esos "conflictos" son ilusorios, surgidos ya sea por incomprensión de los datos científicos o incomprensión de lo que realmente dice la Palabra divina.
 

Un ejemplo es la edad de la Tierra. ¿Deben los cristianos ponerse en contra de las teorías de geólogos reputados a fin de aceptar lo que dice la Biblia? ¿Qué edad tiene, en realidad, la Tierra?

En las Sagradas Escrituras vemos claramente que la creación de las plantas, los animales y la humanidad misma, Adán y Eva, tuvo lugar hace unos 6.000 años. La Biblia da información suficiente acerca de las edades de los patriarcas y sus descendientes para que sea difícil refutar esta conclusión. En lo que respecta a los orígenes de la humanidad en el huerto de Edén, hace casi seis mil años, la Palabra de Dios es clara.

Con igual claridad, casi todos los geólogos respetados, analizando las pruebas de la edad de nuestro planeta, ¡llegan a la conclusión de que la Tierra existe desde hace mucho tiempo! "Preguntemos a cualquier geólogo qué edad tiene la Tierra", escribe el geólogo estadounidense G. Brent Dalrymple, "y lo más probable es que dará una respuesta muy cercana a los 4.540 millones de años".

Aunque es posible que tal conclusión quede suplantada por descubrimientos futuros, 4.500 millones de años concuerda muy bien con otros indicios de la edad terrestre, como son los provenientes de meteoritos y de material de la Luna.

¡Seis mil años de edad es muy diferente de 4.540.000.000!

Aun así, las personas que han puesto la Biblia a prueba en su vida personal han aprendido a confiar en ella como la Palabra de Dios. Entonces, ¿qué dice la Biblia realmente acerca de la edad de la Tierra? Para sorpresa de algunos, ¡esta dice mucho más y a la vez mucho menos de lo que han creído entender!

Seis días: ¿pero cuándo?

Es literalmente cierto que "en seis días hizo el Eterno los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó" (Éxodo 31:17), y literalmente cierto que aquella "semana de la creación" ocurrió hace casi 6.000 años, tal como lo indican las Escrituras. Ahora bien, lo que muchos no captan es que el planeta Tierra y los cielos que lo rodean ¡ya existían cuando empezó aquella semana!

En el primer versículo de la Biblia, antes de los hechos de aquella semana, leemos: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). Como veremos, aquel "principio" de los cielos y la tierra, antes de Adán y Eva y antes de los animales y plantas que conocemos, ¡pudo haber ocurrido hace mucho, muchísimo tiempo!

Ahora leamos atentamente el segundo versículo del Génesis, que muchos ven a la ligera sin captar sus implicaciones claras, a causa del modo como está traducido: "Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas" (v. 2). Una afirmación sencilla, ¡pero contiene mucho más de lo que parece! Las palabras "desordenada y vacía" se han traducido de las palabras hebreas tohu y bohu. Estas dos, que se emplean juntas en las Escrituras solamente tres veces, indican un yermo inhabitable, un estado de asolamiento o destrucción. Es importante señalar que los otros dos pasajes donde se usan juntos tohu y bohu (Isaías 34:11 y Jeremías 4:23) indican que tales estados de ruina y asolamiento fueron consecuencia del pecado.

Además, los eruditos señalan que la palabra hebrea hayah, traducida como "estaba" en Génesis 1:2, también puede transmitir la idea de "se volvió". Más adelante en Génesis, en el pasaje que describe la destrucción de Sodoma y Gomorra, leemos que la esposa de Lot "se volvió [hayah] estatua de sal" (Génesis 19:26). Como Lot no pudo casarse con una estatua de sal, ¡es obvio que ella no siempre fue así! De igual modo, Génesis 1:2 puede traducirse literalmente "la tierra se volvió" desordenada y vacía. ¡La expresión hebrea no implica que se hubiese creado en tal estado!

Creada no en caos, sino en hermosura

Juntando estos datos, comprendemos que Dios seguramente había creado los cielos y la tierra como algo ordenado y hermoso, pero que alguna circunstancia pecaminosa los llevó a un estado de desorden y vacío, de ruina inhabitable, necesitados de renovación (ver Salmos 104:30) ¡antes de la creación del hombre! Efectivamente, Génesis 1:1-2 se puede traducir correctamente así: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Pero la tierra se había tornado en una ruina desolada y caótica, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo".

En vista de lo anterior, habría que preguntar si antes de la creación de Adán, la Biblia describe algún pecado o rebelión contra Dios capaz de ocasionar semejante destrucción y caos. ¡La respuesta es que sí! Las Escrituras narran lo que Satanás había hecho antes de su encuentro con Eva en el huerto de Edén y antes de inducirla a pecar contra Dios (Génesis 3:1-5). La Palabra de Dios aclara que antes de la existencia de la Tierra había ángeles y que estos exclamaron de alegría cuando vieron cómo Dios echaba sus fundamentos (Job 38:6-7). Lucero, quien más tarde se convirtió en Satanás el diablo, ya existía en ese momento. Las Escrituras hablan de este ser corrupto y pecaminoso y de cómo, movido por su orgullo, encabezó una rebelión de los ángeles (Ezequiel 28:12-16; Isaías 14:12-14). Fue una rebelión que, según indicios bíblicos, abarcó a la tercera parte de los ángeles (Apocalipsis 12:4). Isaías 14:12-14 describe el anhelo de este ser orgulloso de subir "sobre las alturas de las nubes" y apropiarse del trono de Dios. Esto implica que las responsabilidades asignadas a él eran debajo de las nubes, y por tanto en la Tierra. Lucero tenía libertad para obedecer o desobedecer a Dios, y al negarse a cumplir la voluntad divina se convirtió en Satanás, adversario del Creador.

Como ocurre siempre con el pecado, la rebeldía satánica trajo destrucción y ruina. En este caso asoló la Tierra que él estaba encargado de preparar para los propósitos de Dios. Es en medio de los estragos caóticos, este tohu y bohu, que se reflejan las palabras de Génesis 1:2; ¡y es en la milagrosa restauración del planeta en seis días a un estado de belleza y maravilla apta para la creación de la humanidad, que vemos el resto del capítulo 1 del Génesis!

Como vemos, las palabras de las Escrituras dejan amplio espacio para reconocer la gran edad del planeta Tierra. La descripción clara de la creación del hombre hace unos 6.000 años no choca con la descripción de actividades angélicas ocurridas mucho antes de los sucesos de Génesis 1:2. Fueron actividades en un pasado remoto, cuando la Tierra se había puesto en manos de Lucero y sus ángeles para que ellos cumplieran los propósitos de Dios antes de la creación del hombre.

¿Hace cuánto ocurrió todo aquello? ¿Cuánto tiempo duró la rebelión de Satanás? ¿Ya existían los dinosaurios? ¿Fue hace miles de millones de años, algo así como los 4.500 millones de años que estiman los científicos? ¿O fue antes? ¿O después? En cuanto a estos detalles, la Biblia guarda silencio. Pero no hay conflicto ninguno entre las palabras de las Escrituras y la observación científica general de un planeta Tierra muy antiguo.

Realmente, la ciencia revela muchos misterios que aún están por resolverse. Pero no permitamos que los hallazgos cambiantes de la ciencia, que a veces quedan suplantados por el siguiente descubrimiento, nos lleven a dudar lo que Dios dice en su Palabra. Las pruebas de la historia y de la ciencia, correctamente entendidas, siempre estarán de acuerdo con la Palabra de Dios. Como bien declara Jesucristo: "Tu palabra es verdad" (Juan 17:17).

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