¿Demasiado grande para zozobrar? | El Mundo de Mañana

¿Demasiado grande para zozobrar?

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Hace cien años el famoso transatlántico Titanic chocó contra un iceberg y se hundió en el fondo del océano. ¿Qué lecciones aprendemos de esto?

Cuando se construyó el RMS Titanic fue un prodigio de la ingeniería. Se decía, durante la construcción, que su enorme casco era la estructura móvil más grande jamás construida por el hombre. Por su tecnología avanzada, la revista especializada Shipbuilder lo elogió como "prácticamente imposible de hundir". Sin embargo, a solo cinco días de zarpar, el 15 de abril de 1912 el poderoso Titanic chocó contra un iceberg y se hundió a más de tres kilómetros hasta el fondo del océano Atlántico. Murieron más de 1.500 pasajeros. En vez de cosechar elogios eternos por su dominio de las olas, el nombre Titanic se convirtió en sinónimo de desastre total.

Cien años más tarde, los Estados Unidos, Gran Bretaña y otras naciones occidentales se encuentran en un punto peligroso en su viaje colectivo. Unos observadores han comparado los crecientes males económicos y sociales con el tajo que se le produjo al Titanic aquella noche espantosa de 1912. ¿Es válida la comparación? ¿Podrán los Estados Unidos recuperar su prosperidad y su prestigio internacional? ¿Encontrarán empleo los millones de desempleados estadounidenses y británicos pese a la baja en sus economías? Ô bien, ¿será que la enorme presión de sus pecados nacionales va a terminar por atropellarlos y hundir a esas naciones? La magnitud de un desplome de las economías de estos países, afectaría a toda la población de la Tierra y daría un vuelco al mapa geopolítico y económico del mundo.

¿Y usted? ¿Cómo está preparando a su familia para los tiempos difíciles que se avecinan? Cuando el Titanic zarpó de Southampton, Inglaterra, rumbo a Nueva York hace cien años, se consideraba el crucero más grande y lujoso del mundo.Parecía fuerte y seguro. Sin embargo, y pese a que cumplía plenamente las normas marítimas de la época, tenía problemas serios. Por ejemplo, el Titanic no tenía a bordo suficientes botes salvavidas para llevar a todos los pasajeros simultáneamente. Sus 16 botes y cuatro "plegables" tenían cabida para solamente 1.178 personas, aunque en el barco cabían más de 3.300. Y sus tripulantes no habían recibido instrucción apropiada para tomar en serio el nuevo radio inalámbrico Marconi instalado a bordo. Aunque la tripulación del Titanic recibió advertencias de otros barcos en la oscuridad de aquella noche de abril, no tomaron en serio lo que oían. Cuando por fin vieron el iceberg y trataron de evadirlo, era demasiado tarde.

¿Y nosotros? ¿Estamos tomando en serio las advertencias que nos llegan? ¿Qué advertencias debemos atender? ¿Hasta qué punto está usted dispuesto a arriesgar su futuro por confiar en las palabras de los supuestos "expertos" en economía y finanzas? ¿Hasta qué punto podemos confiar en que nuestro empleo o nuestro empleador estén allí cuando los tiempos se pongan difíciles? ¿Y el gobierno de su nación? ¿Puede usted confiar en que velará por sus necesidades, como una red de seguridad, cuando las naciones también lleguen a la bancarrota? ¿A quién podemos acudir cuando los tiempos se pongan difíciles?

Un barco zozobrante

Los problemas que afrontan las naciones son muchos, y se aceleran todos los días. Nuestros sistemas políticos son disfuncionales y están llenos de hipocresía. Los Estados Unidos exportan entretenimiento inmoral todos los días, cosa que avergüenza a quienes declaran creer en Dios. El matrimonio y la familia tradicionales se están derrumbando. Millones padecen problemas morales degradantes. La pornografía ha alcanzado proporciones epidémicas. Nuestras ciudades son peligrosas. Muchos niños crecen sin orientación ni guía, y se sienten desesperanzados y sin recursos. Ciertas prácticas que antes se prohibían por ley como perversiones, ahora están protegidas y aun son fomentadas por la ley. Nuestra sociedad acepta y aun elogia la codicia desenfrenada y el culto del yo. Los compromisos militares en el mundo consumen las fuerzas nacionales. ¿Cuándo terminará todo eso? ¿Hacia adónde se dirige este barco?

Para muchos, resulta chocante oír a los expertos predecir el colapso de lo que fue el poderoso país de Estados Unidos. Advirtiendo sobre el peligro de una recesión doble, el economista estadounidense de origen canadiense Mortimer Zuckerman escribió: "El pronóstico para los Estados Unidos es particularmente desalentador. Hemos confiado demasiado en el superávit en ahorros extranjeros, además de acumular enormes déficits de cuenta corriente. Hasta hace poco caíamos en déficits de esas proporciones solamente cuando nos hallábamos envueltos en una guerra enorme… Pero ahora nuestros déficits anuales son de $1,4 billones (trillones en los EUA), o sea aproximadamente el 10 por ciento de la economía total… El excepcionalismo estadounidense perdura, pero debemos hacer algo con nuestro gobierno disfuncional y despilfarrador. Los Estados Unidos se fundaron sobre el principio de forjar una vida mejor para nuestros hijos y nietos. Podemos hacerlo. Pero no lo estamos haciendo". Las advertencias son graves y el peligro es real. Pero, ¿alguien escucha? ¿Hay alguien evadiendo el iceberg?

Niall Ferguson, profesor de historia en la Universidad de Harvard, advirtió recientemente que una baja económica puede volverse catastrófica una vez que socava la fe en el sistema financiero. "Las cifras… no pueden erosionar por sí solas la fuerza de los Estados Unidos, pero contribuyen a debilitar la fe, basada por mucho tiempo en la capacidad del país de superar cualquier crisis. Por ahora el mundo sigue previendo que el país sobrevivirá… Pero un día saldrá en los titulares alguna mala noticia, aparentemente al azar… De pronto, no será solamente un puñado de expertos en políticas públicas, sino el público en general quien se preocupará por la política fiscal estadounidense, para no mencionar a los inversionistas extranjeros. Lo crucial es este cambio: un sistema complejo y adaptativo se halla en grandes apuros cuando sus componentes pierden fe en su viabilidad".

Lo que están diciendo estos expertos es que, si bien el transatlántico de lujo Estados Unidos parecenavegar equilibrado y firme, en realidad está zozobrando. Y puede irse a pique repentinamente, como sin advertencia. Hablando de la nación de Israel, el profeta Isaías previno: "Os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente" (Isaías 30:13). La calma relativa puede engañar ante el verdadero peligro, el cual puede aparecer de repente. Este no es el momento de descuidarse al timón.

En el año 2000, Igor Panarin, exanalista de la KGB y decano de la academia para diplomáticos del ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, predijo que los EUA se derrumbarían en un plazo de diez años. Durante la mayor parte de la última década, fue objeto de burlas y desprecio. Pero cuando se presentó el caos financiero del 2008, el público comenzó a darse cuenta. Panarin sugirió que hacia junio del 2010, la inmigración masiva, el deterioro económico y la degradación moral desencadenarían una guerra civil y el colapso del dólar. Predijo que los Estados Unidos se desbaratarían en seis pedazos.

Obviamente, los Estados Unidos siguen unidos. Panarin se equivocó, al menos en el factor tiempo. ¿Significa esto que se equivocaba en su predicción de un deterioro? ¿O será que el momento es otro pero que las condiciones siguen apuntando a un colapso como el que predijo?

El sabio rey Salomón dijo: "El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño" (Proverbios 22:3). ¡Dios quiere que estemos avisados y atentos a los icebergs que nos esperan y que nos preparemos para protegernos de la calamidad! Jesucristo reiteró esto al decir: "Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida y venga de repente sobre vosotros aquel día" (Lucas 21:34). Nuestro Salvador nos aconseja que no nos involucremos en pecados, hábitos destructivos y actividades sin valor. Nos dice que estemos preparados para los grandes acontecimientos que se ciernen en el horizonte. Enseguida explica: "Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la Tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lucas 21:35-36).

¿A punto de hundirse?

Pocas personas saben que la Biblia explica el auge meteórico de los Estados Unidos y Gran Bretaña en los últimos 200 años, y que predice una caída calamitosa si no hay arrepentimiento nacional. La clave para entenderlo así es el conocimiento de que los Estados Unidos, Gran Bretaña y las naciones que la han conformado son descendientes actuales de la antigua tribu de José, hijo de Jacob o Israel.

¿Qué predijo Dios para la progenie de José en los últimos días? "Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro" (Génesis 49:22). Gran Bretaña y los Estados Unidos fueron bendecidos con una enorme prosperidad económica, la cual sería tan abundante que sus bendiciones se derramarían sobre otras naciones del mundo.

Y eso fue exactamente lo que ocurrió, siendo Dios la Fuente de esas bendiciones: "Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones del abismo que está abajo, con bendiciones de los pechos y del vientre. Las bendiciones de tu padre fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; hasta el término de los collados eternos serán sobre la cabeza de José, y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos" (vs. 25-26). Además, estas naciones tendrían superioridad militar (Génesis 49:23-24) y poseerían las puertas de sus enemigos (Génesis 24:60).

Ahora bien, ¿se predijo que esas bendiciones durarían para siempre? ¡No! Ese gran "transatlántico de lujo", la riqueza y prosperidad, se encaminan al desastre. À causa de los pecados nacionales, los actuales descendientes de José serán los que más padecerán en el tiempo de tribulación profetizado: "Acontecerá, si no oyeres la voz de el Eterno tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán. Maldito serás tú en la ciudad y maldito el campo. Maldita tu canasta y tu artesa de amasar" (Deuteronomio 28:15-17).

Dios profetizó que los descendientes de la antigua Israel afrontarán problemas insolubles en todos los rincones: En la ciudad, en el campo, ¡en todas partes! Las cosechas se perderán. Las lluvias serán erráticas. Las enfermedades serán cada vez más rampantes. À las sequías y los incendios seguirán lluvias excesivas e inundaciones (v. 22).

Climatólogos en los Estados Unidos informaron que el 2011 fue el año de peor clima de que se tenga noticia, con una docena de sucesos "climáticos" que costaron por lo menos mil millones de dólares cada uno, solamente en los Estados Unidos. "¿Será el 2012 peor que el 2011 en desastres del clima?" (Reuters, 27 de diciembre del 2011). ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar antes de que los estadounidenses y los británicos reconozcan que Dios está tratando de llamarles la atención? Aun con los fenómenos climáticos extremos, siguen siendo los pueblos más bendecidos de la Tierra. Hoy miden sus calamidades en dólares y en daños a la propiedad, no en términos de decenas de miles de personas muertas como ha ocurrido en otros países golpeados por desastres. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que Dios los deje zozobrar por la acumulación de pecados nacionales y personales?

Despreocupados

Ahora, cuando el barco empieza a "llenarse de agua", ¿qué hace la mayoría de las personas? Millones de estadounidenses, británicos, australianos, canadienses, neozelandeses y sudafricanos están empeñados en vicios egocéntricos; como la pornografía. Los Estados Unidos producen, con mucho, la mayor parte de la pornografía en la internet (las estimaciones dicen que hasta el 89 por ciento). ¡Semejante estadística es una vergüenza para un país que se dice "cristiano"! ¿Cuánto tiempo pasará hasta que el Dios Todopoderoso ponga fin a la podredumbre, dejando que la nave se hunda?

¿Cuántos descendientes de Israel, en medio de las dificultades económicas, se encuentran en una carrera precipitada hacia el consumismo? Mientras el agua entra a raudales, figurativamente, en ese barco económicamente zozobrante, ¿se está desperdiciando el tiempo y la vida obsesionados con las posesiones y tratando de obtenerlas? ¿Se está perdiendo más y más tiempo absortos en adquirir el último "juguete" electrónico? Cristo nos advirtió contra esa mentalidad cuando dijo: "Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee" (Lucas 12:15). El más acaudalado de los pasajeros del Titanic, entre muchas personas ricas e influyentes, era Juan Jacob Astor IV. Pero él, junto con otras figuras destacadas y adineradas, pereció a bordo del barco desdichado. Sus riquezas no los salvaron. ¡Y nuestras posesiones no nos salvarán a nosotros!

Dios advierte que estas maldiciones "serán en ti por señal y por maravilla y en tu descendencia para siempre. Por cuanto no serviste al Eterno tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas" (Deuteronomio 28:46-47). ¡Es hora de despertarse! ¡El barco está zozobrando! Y ese barco se está hundiendo porque, pese a tantas bendiciones, la gente se ha negado a darle a Dios el mérito por la vida, aliento y éxito material.

Las cosas van a empeorar antes de mejorar. Dios dijo, por medio de Moisés, que como su pueblo no estaba dispuesto a servirle con alegría y felicidad, en la abundancia y las bendiciones, "servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare el Eterno contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte" (v. 48). ¡Es seria la amonestación!

¡A los botes salvavidas!

Por inconcebible que parezca, se acerca un tiempo de grandes calamidades, derrocamiento y derrota total de las naciones israelitas en la actualidad. Dios lo predice. Pero al mismo tiempo, ofrece esperanza y consuelo en medio de las advertencias. Predice que, cuando las actuales naciones de Israel caigan en la esclavitud, "si desde allí buscares al Eterno tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. Cuando estuvieres en angustia y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres al Eterno tu Dios y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es el Eterno tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres" (Deuteronomio 4:29-31). En los últimos días, ¡Dios escuchará a los que claman con verdadero arrepentimiento!

¿Para qué esperar? ¿Por qué no buscarlo ya? Para bien nuestro y de nuestras familias, ¿por qué no empezar a orarle realmente a Dios y a enterarnos de lo que estamos haciendo mal? (Apocalipsis 21:8) ¿Por qué no humillarnos y arrepentirnos de nuestros pecados ya?

Jesucristo previó guerras, hambrunas, engaño, persecución y tribulación en el tiempo del fin. Pero también dijo estas enfáticas palabras: "Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:13-14).

Las Escrituras nos dan noticias alentadoras: Que sí vendrá pronto un mundo mejor. Cumplidos los tiempos oscuros que están en el horizonte, sí amanecerá un día de claridad, en el cual Cristo vendrá personalmente a gobernar el planeta Tierra. Él pondrá fin a toda rebelión y desobediencia y reinará con equidad y justicia (Isaías 2:4) para bien de toda la humanidad.

Muchos a bordo del Titanic se burlaron y rieron cuando la tripulación emitió la primera orden de sacar los botes salvavidas. El barco parecía seguir en condiciones de navegar aun después de recibir un golpe mortal: Una cortadura de 90 metros por debajo de la línea de flotación. De hecho, el Titanic no se hundió hasta unas horas más tarde. Al principio, meterse en un bote salvavidas pequeñito y descender a la oscuridad del mar parecía mala alternativa cuando se podía permanecer en la seguridad relativa del barco. Pero al final, resultaría en una decisión mucho más segura.

No se deje engañar por la calma ilusoria: El mensaje de que todo seguirá como siempre (2 Pedro 3:3-4). ¡La verdad es que vendrá el día de rendir cuentas! (Mateo 24:21-22). Si los actuales descendientes de Israel, y de hecho todas las naciones, no se vuelven con hondo arrepentimiento al Dios que los creó, ese barco seguirá su rumbo hacia la fatalidad.

¡Ustedno tiene que estar desapercibido! Obedezca los mandamientos de Dios. Forje una relación con Él, ore a Él y camine con Él diariamente. Manténgase cerca de Dios y tome sus palabras como guía para su vida diaria: "Fíate del Eterno de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas" (Proverbios 3:5-6). Deje que Jesucristo sea el "autor" de su salvación (Hebreos 2:10) y el amo de su vida. Y recuerde: Ningún barco hay que no pueda zozobrar; ¡ninguna nación es demasiado grande para irse a pique!

 

 

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