Cómo ser un excelente conversador | El Mundo de Mañana

Cómo ser un excelente conversador

Díganos lo que piensa de este artículo

¿Te ha sucedido alguna vez que, después de una conversación con alguien que acabas de conocer, sientes que has conocido a esa persona toda la vida?

Quizá te sorprenda saber que esa conversación no fue accidental. Para que saliera tan bien tuviste que estar aplicando, aun sin darte cuenta, algunas claves para ser un excelente conversador.

La verdad es que casi cualquiera, de cualquier edad, puede aprender esas claves. Con ellas tú también puedes disfrutar más tus conversaciones y puedes interactuar con gusto con muchas personas distintas. À continuación explicamos algunas de las claves más importantes.

Dónde empieza

La clave más importante para ser un gran conversador no es tanto una técnica, sino una actitud: Quien desea tener conversaciones provechosas con los demás, tiene que interesarse sinceramente por ellos. Todos hemos vivido la experiencia de hablar con alguien que da a entender claramente por su lenguaje corporal y su actitud que en realidad no le importamos nosotros ni lo que tenemos que decir. Estas conversaciones no solamente nos dejan frustrados, sino que nos hacen huir en el futuro de las pláticas con esas personas.

En cambio, es natural que nos guste hablar con personas que muestran claramente su interés por nosotros y por lo que decimos. Departir con gente a quien sí le importan nuestras ideas y pensamientos nos hace sentir valorados. Nos anima a sentir que nuestras palabras tienen alguna importancia. Esto produce sentimientos de respeto mutuo, los cuales estimulan la conversación, haciéndola fluir con facilidad.

Dale Carnegie, famoso escritor y conferencista de la primera mitad del siglo 20, dijo que "es mucho más fácil interesarse por los demás que convencerlos de que se interesen por nosotros". Si los demás no parecen interesarse en ti, una manera de despertar su interés es interesarte auténticamente por ellos. Interesarse de verdad es algo que exige humildad y respeto por nuestras diferencias personales. Exige que salgamos de nuestro "cascarón" y nuestro mundillo privado para que realmente deseemos comprender al otro y por qué "es como es". Como nuestra naturaleza humana es egocéntrica en general, también es necesario de nuestra parte que tomemos la decisión consciente de tender un puente hacia los demás. Si estás resuelto a hacer esto, pronto verás cómo el resultado enriquece tu vida.

Anímalos a hablar

Toda conversación tiene que empezar con algo. Hay ciertos comentarios y preguntas que sirven para "romper el hielo" y estimular a la otra persona a que hable. De esta manera hacen que la conversación empiece "con buen pie".

Muchas veces las circunstancias que nos rodean nos ayudan a encontrar temas de interés común. Por ejemplo, imagínate que le preguntas a alguien en la clase de química: "¿Alguna vez te ha explotado algún experimento?" El humor también es un recurso excelente para iniciar una conversación, siempre y cuando tu intento de humor no resulte ofensivo ni negativo. Otra posibilidad es preguntarle a alguien su opinión sobre tal o cual tema que ha salido en las noticias.

Las preguntas no sirven únicamente para empezar una conversación. Podemos hacer preguntas en cualquier momento para mantener el intercambio. No debes ser tímido para pedir aclaraciones si no entiendes la respuesta de alguien. Cuando la otra persona ve que te interesas de verdad por ella, seguramente tendrá mucho gusto en aclarar cualquier punto.

Si continúas haciendo preguntas, esto mantendrá la conversación y animará a la otra persona al ver que sí te interesa lo que dice. No pierdas de vista un hecho importante: que no solamente estás dándole al otro la oportunidad de sentir que lo valoras, sino que también ganas al conocer mejor a esa persona. Cuando comprendemos mejor a la gente, cuando nos enteramos de lo que piensa, lo que es importante para ellos, estamos en el fondo aprendiendo quiénes son. Las preguntas son más que una simple técnica para conversar; deben ser algo importantes para nuestro propio proceso de conocer y apreciar a nuestro prójimo más que antes.

Escucha con atención

À todos nos gusta hablar con gente que presta atención a lo que decimos. Nos hacen sentir que nuestras ideas valen algo. Tú puedes destacarte como alguien que sabe escuchar y que de esta manera cae bien a los demás. Enseguida ofrecemos tres estrategias para aprender a escuchar mejor:

  • Mantener el contacto visual.Un viejo refrán dice que "los ojos son la ventana del alma". Puedes descubrir mucho acerca de la actitud de una persona y su estado emocional mirándole a los ojos. Los ojos te dicen la historia que hay detrás de las palabras. En algunas culturas la gente no se mira a los ojos, pero en el Occidente los demás esperan que hagamos contacto visual durante una conversación, y quizá se sientan molestos o incluso irrespetados si miramos a otro lado mientras nos hablan.
  • Concentrarse.No siempre es fácil escuchar. Las distracciones tratan de captar nuestra atención. Haz un esfuerzo por concentrarte en lo que estás oyendo. Aunque pienses que no te interesa el tema personalmente, este siempre será más interesante si te concentras en lo que te están diciendo.
  • Tener paciencia.Un error que cometen muchos es sofocar las conversaciones interrumpiendo al otro sin dejarlo terminar. No solamente es una falta de cortesía, sino que podemos sacar una conclusión errada si no hemos oído todo lo que la otra persona quería decir. El rey Salomón de la antigua Israel observó: "Al que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio" (Proverbios 18:13). Deja que el otro termine lo que está diciendo, y entonces puedes agregar tus comentarios.

Para ser un gran conversador es muy importante escuchar. Sin embargo, muchos desatienden esto. Si las partes no están escuchándose entre sí, la conversación queda incompleta. Una buena conversación es una calle de doble vía.

Ponlo en práctica

Quizá te consideres demasiado tímido y no crees que puedas llegar a ser un gran conversador. Tal vez ni siquiera lo has intentado sino que te has estado retrayendo. En cualquier caso, te estás perdiendo una de las mejores maneras de conocer mejor a la gente y de formar amistades.

Si te sientes inseguro, ensaya estas ideas primero con alguien que ya conozcas bastante bien, quizás un abuelo u otro pariente a quien te gustaría conocer mejor. Si eres tímido, puedes escribir tus primeras preguntas y practicarlas hasta que las puedas decir con confianza. Luego, inténtalo. Haz un buen esfuerzo. Cuando ya te sientas cómodo empezando conversaciones con personas conocidas, puedes ensayar con tus compañeros de escuela o de trabajo.

Una palabra de cautela: Cuídate de empezar conversaciones con extraños, especialmente en lugares que pueden ser peligrosos o cuando estás solo con otra persona. Es mejor comenzar una conversación cuando hay más personas alrededor, por ejemplo, en un restaurante o en algún encuentro deportivo. Aplica estas técnicas pero hazlo con inteligencia.

Después de comenzar algunas conversaciones con éxito, encontrarás que es más fácil mantener otras. También te parecerá más agradable e interesante conocer a otras personas y probablemente harás algunas amistades. Con un poquito de esfuerzo, tú sí puedes ser un gran conversador.

 

MÁS ARTÍCULOS DE ESTA EDICIÓN

Mostrar todos