Un periódico de Londres informó: "Bruselas ha quebrantado nuestro poder de gobernar".
El autor Christopher Booker señala que el canciller de Inglaterra ha otorgado a la UE los derechos para "supervisar" los presupuestos nacionales, una función controlada durante siglos por el Parlamento Británico. Además, un nuevo impuesto a las transacciones financieras propuesto por la UE afectaría especialmente a Londres como centro financiero mundial (Telegraph, 11 de septiembre).