Lección profética de Nepal

El profeta Isaías advirtió sobre el fin de esta era: “Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos” (Isaías 3:12). Aunque estas palabras estaban dirigidas a las naciones de descendencia israelita al final de esta era, cabe preguntarse cómo será el mundo cuando esta profecía se cumpla. Para comprenderlo mejor, tenemos que observar a una pequeña nación situada en las montañas entre China e India: Nepal.

Según The Guardian, la corrupción e inestabilidad del gobierno de Nepal, sumadas a la prohibición de las redes sociales, llevaron a los jóvenes de la generación Z del país, personas entre 13 a 28 años, a salir a las calles (15 de septiembre de 2025). Durante las protestas, el parlamento nacional y la residencia del primer ministro fueron incendiados y más de 20 personas perdieron la vida (BBC, 9 de septiembre de 2025). En medio de esta violencia, se levantó la prohibición de las redes sociales y el primer ministro dimitió. La primera ministra interina fue juramentada, la primera mujer en ocupar este cargo en Nepal, hasta la celebración de elecciones oficiales en marzo. Según informes, los jóvenes de Nepal se inspiraron en los recientes disturbios en Sri Lanka y Bangladesh, donde los levantamientos juveniles también derrocaron a los gobiernos.

Aunque el levantamiento de los jóvenes en Nepal puede haber sido provocado en parte por la corrupción del gobierno, sus acciones también muestran cómo los esfuerzos poderosos y bien motivados de los jóvenes, pueden transformar totalmente un país, y hasta qué punto pueden llegar a ser violentos para lograr ese cambio. El ejemplo de Nepal es algo que debemos tener presente al observar los cambios radicales que están ocurriendo en las naciones occidentales, incluidas muchas naciones de descendencia israelita. Es preocupante ver hacia dónde llevarán estos cambios, muchos liderados por jóvenes activistas. Para aprender más sobre los efectos del cambio de valores culturales, lean “Una generación insensata”.