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La búsqueda de la paz es una preocupación fundamental en el mundo actual. La gente ora por la paz. Encienden velas por la paz. Marchan por las calles y realizan manifestaciones para promover la paz y prevenir la guerra. Sin embargo, los conflictos, la violencia y la guerra continúan. ¿Hay alguna razón? ¿Por qué los esfuerzos concertados de seres humanos inteligentes durante más de un siglo no han logrado encontrar una paz duradera entre las naciones y los pueblos?
A finales del siglo XIX y principios del XX, representantes de las principales naciones del mundo celebraron una serie de conferencias de paz en La Haya, en Holanda, para encontrar maneras de eliminar las hostilidades entre las naciones. Sin embargo, estas conferencias no lograron evitar el estallido de la Primera Guerra Mundial, la guerra que se suponía que pondría fin a todas las guerras.
Líderes idealistas formaron la Liga de Naciones en un esfuerzo por prevenir las guerras. Sin embargo, la Liga no pudo evitar la devastación de la Segunda Guerra Mundial.
Más recientemente, las Naciones Unidas se han mostrado incapaces de prevenir la guerra en Irak.
¿Por qué los esfuerzos humanos por prevenir la guerra y establecer una paz duradera han fracasado una y otra vez? ¿Hay claves vitales que se han pasado por alto? Aunque pueda resultar sorprendente en nuestro mundo secular moderno, la Biblia revela por qué los seres humanos inteligentes no han podido encontrar el camino a la paz. Las Escrituras también explican el camino a la paz y muestran cómo la guerra finalmente será eliminada de esta tierra.
Hace más de 2500 años, el profeta Isaías proclamó: «No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz».
La Biblia simplemente afirma que los seres humanos no conocen el camino a la paz. Las fuerzas armadas, las conferencias de paz y las negociaciones internacionales no han resuelto ni resolverán el problema. La clave de la paz la revela el rey David en los Salmos cuando dijo: «Mucha paz tienen los que aman tu ley». Las leyes y los mandamientos de Dios, «No matarás» y «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», señalan el camino hacia la verdadera paz.
Ahora bien, esto podría sonar ingenuo e irreal para nuestro oído moderno. Uno de los líderes más importantes de la historia moderna señaló la misma solución. El general Douglas McArthur declaró al final de la Segunda Guerra Mundial que la verdadera solución al problema de la guerra tendría una dimensión espiritual. La Biblia revela que Dios, no las Naciones Unidas ni ninguna conferencia internacional, establecerá la paz en este mundo atribulado.
El libro del Apocalipsis afirma que Jesucristo regresará a esta tierra como "Rey de reyes y Señor de señores" para establecer el Reino de Dios y reinar sobre esta tierra.
Isaías se refiere al regreso de Jesucristo como el Príncipe de Paz, quien establecerá un gobierno mundial y afirma que “lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite”. Ese gobierno se establecerá en Jerusalén y proclamará las leyes de Dios al mundo. A medida que los pueblos de este mundo aprendan a vivir según las leyes de Dios, eventualmente "volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra". Lea más en el folleto gratuito Armagedón y después.
Así es como la paz llegará a esta Tierra, y de esto se trata el Evangelio del Reino de Dios.