¿Cómo restaurar un mundo roto? | El Mundo de Mañana

¿Cómo restaurar un mundo roto?

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Como dice el viejo refrán: “si no está roto, no lo arregles”. Algunas personas sienten la necesidad de cambiar las cosas por solo cambiarlas. Su forma de pensar les dicta que, si algo es viejo, debe estar mal, y es su trabajo crear algo nuevo. Por alguna razón creen que, si algo es nuevo, debe ser mejor, y por supuesto no siempre es así. El progreso no siempre es tan simple como eso.

Pero ¿y si algo realmente está roto? ¿Qué hay que hacer?

Por supuesto, hay muchos especialistas en reparación, y la restauración es un gran negocio. Uno solo tiene que ver la cantidad de programas de televisión basados ​​en el negocio de la restauración de automóviles, casas e incluso juguetes viejos para darse cuenta de cuánta nostalgia y añoranza hay por la forma en que algunas cosas solían ser.

Muchos de los autos y productos fabricados en los años 50 y 60 fueron hechos para durar y debido a que no tienen cientos de dispositivos electrónicos y computadoras que puedan estropearse, son relativamente fáciles de restaurar. Por otro lado, con la reducción de los precios de los productos fabricados en China y otros países, solo aquellos con mucho dinero pueden permitirse el lujo de restaurar algunos artículos.

Pero echemos un vistazo al mayor programa sobre la "restauración". ¿Sabe usted cual es? La Biblia, en el Nuevo Testamento se refiere a éste “problema” en el Libro de los Hechos capítulo 3 y versículos 19 al 21:

“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y Él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo”.

Dios ha prometido un tiempo cuando el mundo entero, cuando toda la creación, será restaurada a su estado puro y perfecto. Así como era el mundo al final del sexto día de la creación, así será de nuevo. El equilibrio ecológico funcionará armónicamente para que los diferentes ciclos que mantienen el equilibrio de la Tierra vuelvan a operar.

Los peces, las aves y los animales terrestres ya no sufrirán por la contaminación. Los humanos vivirán con ellos en perfecto equilibrio, esforzándose por garantizar que sus propias fuentes de alimentos sean las mejores posibles.

En El Mundo de Mañana nos esforzamos por llevar el mensaje de que se acerca un nuevo mundo. Sabemos que Jesucristo va a regresar a la Tierra con el propósito expreso de asegurar esta esperanza por el poder que sólo Él posee. Nadie más es capaz de hacerlo. Innumerables agencias como las Naciones Unidas han hecho pequeños ajustes que no generan cambios verdaderos. Y así como “arreglan” una cosa, surge otro problema en otro lugar.

¿Qué puede hacer usted para ayudar? La respuesta a esa pregunta se encuentra en el versículo 19. Leámoslo de nuevo: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”. Sorprendentemente, usted puede marcar la diferencia. Al “arreglar” lo que está roto en usted, Dios está formando un equipo para trabajar con Jesucristo en la reconstrucción del mundo. Esto implicará un cambio radical en la forma en que se hace todo.

La codicia y la corrupción serán reemplazadas por un enfoque generoso y honesto hacia los negocios y el gobierno. El soborno, la corrupción y la avaricia ya no motivarán tratos y transacciones. Los niños y las mujeres jóvenes estarán seguros en las calles, los falsificadores serán castigados y la mirada orgullosa y enojada se cambiará por una sonrisa amable y amorosa.

Toda la creación se regocijará en el Señor. Escuche las palabras de Isaías:

“Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la Tierra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:8).

¡Sí, el mundo está "roto" y Dios lo va a restaurar!

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