Un nuevo sistema educativo | El Mundo de Mañana

Un nuevo sistema educativo

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Cuando leemos los pasajes bíblicos, y son decenas, que hablan del gobierno venidero de Jesucristo, resulta obvio que pronto se establecerá en todo el mundo un sistema educativo enteramente diferente. ¡El fundamento de ese sistema educativo será el conocimiento de Dios y de su camino de vida! Los intelectuales de este mundo quizá desprecien la idea, pero en el mundo de mañana las escuelas van a impartir conocimientos verdaderos; los cuales traerán paz y felicidad. Claro está que los alumnos aprenderán las disciplinas fundamentales, como son lectura, escritura y matemáticas. También aprenderán ciencias, pero sin errores. Debemos señalar que gran parte de la ciencia moderna es muy acertada y sumamente útil. Pero los estudiantes también llegarán a comprender que detrás de esta creación magnífica y extremadamente compleja se encuentra la mente suprema de Dios, que es el Creador del Cielo y la Tierra; y que nos creó con un propósito. No solamente aprenderán las leyes físicas que regulan el mundo material, sino también las leyes espirituales que generan felicidad y bienestar en los seres humanos.

A menudo resulta más difícil desaprender las ideas falsas y los conceptos errados, que aprender la pura verdad desde el principio. Por lo tanto, podrán transcurrir una o dos generaciones hasta que la gente realmente comprenda los caminos asombrosos y maravillosos de Dios, que influyen en cada faceta de la vida. Como parte de ese camino, o forma de vida, la gente disfrutará de música, arte y literatura apropiados. No habrá más escenas viles ni pornográficas en los medios de entretenimiento.

Dios creó hombres y mujeres. Su primer mandato a Adán y Eva fue: “Fructificad y multiplicaos; llenad la Tierra, y sojuzgadla” (Génesis 1:28). Esto demuestra que Dios no se opone a la sexualidad, sino que Él mismo la creó como algo extraordinario y hermoso, que atrae a dos seres de sexo opuesto para que se unan en matrimonio, y luego ayude a afirmar su relación conyugal y también, por supuesto, para procrear hijos. Dios es una Familia y desea que en el seno de la familia humana aprendamos a dar, compartir y servir; de modo que más tarde seamos capaces de servir en su Familia por toda la eternidad. Por lo tanto, en el mundo de mañana no habrá ningún énfasis en la sexualidad como algo mecánico, separado del amor y la búsqueda del bienestar recíproco entre esposo y esposa.

Quizás quienes nos leen estarán pensando: “¡Pero, qué anticuados son!” Posiblemente lo seamos, vistas las circunstancias que nos rodean en el mundo actual. Pero el hecho es que la educación pura, las diversiones puras y un camino de vida puro; que se extenderán por toda la sociedad humana traerán como resultado familias felices, hijos felices, una paz profunda e inclusive prosperidad económica; todo ello sin paralelo en la historia de la humanidad.

En todos los medios de nuestra sociedad, vemos el constante y lamentable espectáculo de políticos, empresarios y otros líderes corruptos. Pero en el mundo de mañana, no se conocerán escándalos. El pueblo no será oprimido por líderes de gobierno que se han corrompido y han estafado con negocios turbios. La gente no tendrá que soportar más un sistema educativo como el actual, corrupto y lleno de vanidad. Por el contrario, como hemos visto, Jesucristo establecerá un Reino y tomará decisiones con justicia y equidad, ¡para bien de los humildes de la Tierra!

Las nuevas enseñanzas también abarcarán el tema de las relaciones interétnicas. Dios le ordenó a su pueblo en la antigua Israel que fuera justo y equitativo en su trato con los “extranjeros”. ¡Cuánto más será bajo el nuevo pacto! Dios le dijo a su pueblo Israel: “Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo el Eterno vuestro Dios. No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida” (Levítico 19:33-35). Cuando Jesucristo instituya su Reino en la Tierra, ¡no habrá ningún lugar en el mundo donde las minorías raciales y étnicas sufran opresión bajo el yugo de las mayorías! [MM]