¿Hay diferencia entre una reunión y una convocación? | El Mundo de Mañana

¿Hay diferencia entre una reunión y una convocación?

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Pregunta: En Mateo 18:20, Jesús les dijo a sus seguidores: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". ¿Significa esto que un cristiano individualmente puede establecer su propio lugar de culto para los días santos anuales y el sábado semanal?

Respuesta: Para entender este versículo, debemos leerlo en contexto. Los versículos 18 y 19 muestran que el tema no es la congregación de los cristianos sino la autoridad de los ministros para tomar decisiones obligatorias en asuntos de conflictos. Incluso la expresión "en mi nombre" da a entender que la reunión es para representar a Cristo. ¿Qué nos dicen las Escrituras acerca de la reunión de cristianos para adorar en el sábado y días santos anuales?

  • Los cristianos no deben dejar de congregarse (Hebreos 10:25). Este es un principio general pero viene muy al caso respecto de los días de adoración.
  • Debemos rendir culto en los días que Dios "santificó" (Levítico 23). Debemos rendir culto en el lugar que Dios ha escogido (Deuteronomio 16:15-16). La manada de un pastor no puede alimentarse sola, sino que el pueblo de Dios debe reunirse en el lugar que Él haya escogido para alimentarlos. Quienes, por algún motivo, no puedan congregarse con otros cristianos, deben por lo menos nutrirse de la Palabra de Dios con el alimento que Él provee.
  • Las asambleas del sábado y los días santos anuales deben ser "convocaciones" (Levítico 23).

Muchos confunden la palabra "convocación" o "convocatoria" pensando que es lo mismo que "reunión". Pero veamos la definición de "convocar" del diccionario Espasa Calpe: "Citar, llamar para una reunión". El mismo diccionario trae los siguientes sinónimos: citar, emplazar, llamar, reclamar, reunir, congregar, requerir, invitar. De aquí se desprende que debe haber quien convoque, o llame, a la reunión. Por tratarse de una convocación santa, ¿quién tiene autoridad para llamar a tal reunión?

La palabra hebrea traducida como "convocación" en Levítico 23 es miqr?. El diccionario Expository Dictionary of Bible Words afirma que "literalmente, la palabra significa ‘convocatoria’ o ‘una reunión citada.’" El diccionario Theological Wordbook of the Old Testament dice lo siguiente acerca de la palabra miqr?: "Su significado más común se reserva para los siete sábados de convocatoria especial… Tales días y los sábados semanales también, comprendían una citación formal al pueblo mediante el sonar de trompetas, para que vinieran a adorar".

El significado se amplía con las siguientes palabras: "Estas son las fiestas solemnes del Eterno, las convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos" (Levítico 23:4). La palabra "convocar" es traducción de la palabra hebrea miqr?, que se puede tomar en el sentido de "proclamar", y ocurre unas 80 veces en las Escrituras con esta acepción.

Dios siempre trabaja por medio de sus ministros, sean los sacerdotes en el Antiguo Testamento o los ministros en el Nuevo Testamento. Nunca fue prerrogativa de los individuos decidir por sí mismos cuándo y dónde se realizaría la asamblea sagrada. Igualmente, hoy los ministros nos llaman a rendir culto y citan al lugar de reunión.

Hay, sin duda, ocasiones en que una persona no puede viajar al lugar de la cita, y Dios lo tiene en cuenta. Por ejemplo, una madre quizá no pueda viajar a la Fiesta de los Tabernáculos porque acaba de dar a luz, y en ese caso Dios dice que por lo menos el padre debe ir (Deuteronomio 16:16). Dios es un Dios de amor y compasión y no pretende que sus hijos viajen cuando estén enfermos o impedidos.

En cuanto al sábado semanal, se aplican los mismos principios. Si alguien vive demasiado lejos de una santa convocación, los ministros pueden tomar medidas para que reciba videos o grabaciones de los sermones o servicios, o quizá la persona pueda conectarse por teléfono o por internet. Es muy importante, sin embargo, recordar el concepto bíblico: Quienes han recibido autorización para determinar el lugar de culto no son los creyentes independientemente, sino los ministros.

 

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