Concesiones territoriales: una estrategia europea que ha fracasado anteriormente.

En una reciente propuesta, el presidente Donald Trump manifestó su disposición a reconocer todos los territorios ucranianos bajo control de Rusia a cambio de la neutralidad de Ucrania (Politico, 11 de agosto de 2025). Esta recomendación nos trae a la memoria el Acuerdo de Múnich de 1938, en el que el primer ministro del Reino Unido, Neville Chamberlain, presionó a Checoslovaquia para que cediera la región de los Sudetes a Adolf Hitler con la esperanza de “asegurar la paz para nuestro tiempo” (Enciclopedia del Holocausto). Ambas negociaciones excluyeron a la nación afectada: Ucrania estuvo ausente de las recientes cumbres entre Estados Unidos y Rusia en Alaska y Riad, y el gobierno de Checoslovaquia no fue invitado a Múnich, lo que menoscabó el sentido de que el resultado fuera un acuerdo verdaderamente justo. El primer ministro Chamberlain regresó a casa con un acuerdo firmado con Hitler, seguro de haber evitado la guerra. Por supuesto, la Segunda Guerra Mundial demostró que tal confianza era una ilusión, y los anteriores alardes del presidente Trump de que podría poner fin al conflicto en el plazo de un día después de prestar juramento al cargo han demostrado ser igual de ilusorios (ABC News, 17 de enero de 2025).

La historia nos advierte que estas grandes promesas a menudo han envalentonado a los agresores en lugar de frenarlos. El apaciguamiento por parte de Occidente ante la agresión de Hitler en 1938 allanó el camino para la ocupación total, y muchos temen que la retórica expansionista del señor Putin indique que estas recientes cumbres representan un error de cálculo similar. A medida que esta guerra a las puertas de Europa supera los 1.200 días, la posibilidad de un impacto dramático en una medida estratégica de las potencias y alianzas mundiales sigue siendo inminente. Los días previos al retorno de Jesús verán un cambio radical del statu quo, incluyendo el surgimiento de Europa y el declive total del poder de Estados Unidos. Para comprender mejor este giro profetizado de los acontecimientos, lean La bestia del Apocalipsis: ¿mito, metáfora o realidad inminente?