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Abrazando la perversión

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El 14 de diciembre de 2022, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una legislación histórica, la Ley de Respeto al Matrimonio (RFMA, por sus siglas en inglés), que busca proteger el “matrimonio” entre personas del mismo sexo en los Estados Unidos. En sus comentarios de celebración el presidente dijo: “Esta ley y el amor que defiende asestan un golpe al odio en todas sus formas” (Los Angeles Times, 13 de diciembre de 2022). La firma de la nueva ley estuvo marcada por una celebración en la Casa Blanca. Más del 70 por ciento de los adultos en los Estados Unidos ahora favorecen el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

Estamos siendo testigos de un punto crucial en la historia de la civilización occidental. Hace apenas 26 años, en 1996, el congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA, por sus siglas en inglés) que definió legalmente el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, como lo establece Dios en las Escrituras (Génesis 2:21–25). La Biblia también cataloga la homosexualidad como un pecado grave (Levítico 18:22; 1 Timoteo 1:9–10; 1 Corintios 6:9–10). Sin embargo, la llamada “Ley de Respeto al Matrimonio” le falta el respeto al matrimonio al rechazar estas instrucciones bíblicas que han guiado a las sociedades del mundo occidental durante miles de años.

Pocos en nuestra sociedad secular moderna comprenden el significado profético de este importante punto de inflexión. Jesús dijo que las condiciones al fin de esta era serían como las de la antigua Sodoma (Lucas 17:28–30), una ciudad que Dios destruyó por muchos pecados, incluida la abominación de la homosexualidad (Judas 7; Ezequiel 16:49–50). El apóstol Pablo advirtió que habría una gran rebelión contra Dios, justo antes del retorno de Jesucristo (2 Tesalonicenses 2:3). Moisés advirtió a los pueblos de descendencia israelita que en los “postreros días” se corromperían por completo, llamando a lo bueno malo y a lo malo bueno (Isaías 5:20), y que traerían sobre sí mismos la ira de Dios (Deuteronomio 31:29). Para una mejor comprensión de hacia dónde se dirigen realmente estos acontecimientos, lean Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo.