La creciente ola de inmigrantes en Europa está creando tensiones entre los estados miembros de la UE. La exhortación de Alemania a aceptar inmigrantes ha generado reacciones hostiles por parte de sus vecinos del oriente de Europa y ha recibido poco apoyo por parte de Francia. De hecho, "los funcionarios de Alemania y de la UE advierten que sin una gran disminución en las llegadas o un cambio de actitud de los otros estados de la UE… Alemania podría cerrar sus puertas, desatando una crisis mayor para esta primavera" (Reuters, 18 de enero del 2016).