Una vez, durante un viaje al Reino Unido, tuve la oportunidad de visitar la Galería Nacional de Londres. Este imponente complejo de grandes edificios alberga algunos de los mejores ejemplares de arte del Renacimiento y períodos anteriores, junto con obras de arte de épocas más recientes.

El libro de Apocalipsis profetiza que, antes del retorno de Jesucristo, los animales causarán muerte y devastación. Los cuatro sellos proféticos abiertos por Jesucristo, que representan a los famosos “cuatro jinetes del Apocalipsis”, traerán la muerte de una cuarta parte de la humanidad. Esta muerte vendrá por medio de guerras, hambre, enfermedades, y de “las fieras de la tierra” (Apocalipsis 6:1–8). Pero, ¿cómo podrían los animales causar una muerte y destrucción tan generalizada?

Según el Centro Nacional Interagencial de Bomberos, más de un millón de acres (más de 40,000 hectáreas) en Estados Unidos se han quemado en lo que va del 2022, más del doble de lo que se quemó el año pasado para estas fechas.

Como dice el viejo refrán: “si no está roto, no lo arregles”. Algunas personas sienten la necesidad de cambiar las cosas por solo cambiarlas. Su forma de pensar les dicta que, si algo es viejo, debe estar mal, y es su trabajo crear algo nuevo. Por alguna razón creen que, si algo es nuevo, debe ser mejor, y por supuesto no siempre es así. El progreso no siempre es tan simple como eso.

Pero ¿y si algo realmente está roto? ¿Qué hay que hacer?