Si los muros pudieran hablar…

Las ruinas de una antigua muralla construida en el año 122 d. C., en el límite norte de Britania todavía son claramente visibles. El emperador Adriano construyó el muro para el control fronterizo contra los bárbaros en esa parte remota del Imperio Romano. ¿Tuvo éxito en el cumplimiento de su propósito? Solo temporalmente; el imperio finalmente se derrumbó y las tribus del norte saltaron el muro.

La humanidad ha intentado proporcionar "seguridad nacional" desde muy temprano en la historia. La "Gran Muralla China" se originó como una serie de muros construidos entre el 220 y el 206 a. C. El muro de 8.851 km (5500 millas) de largo, reconocido como una maravilla de la ingeniería y la construcción y una de las maravillas del mundo, se construyó durante la dinastía Ming (1368–1644 d.C.). Si bien fue un logro asombroso, ¿realmente brindó la protección que buscaban los chinos? Los métodos cambiantes de guerra hicieron que la Gran Muralla quedara obsoleta en un tiempo relativamente corto.

Este enfoque para proteger las fronteras todavía está de moda en los tiempos modernos. Mientras las potencias aliadas se repartían Europa al final de la Segunda Guerra Mundial, hubo competencia por el poder y el territorio. Rusia, devastada por la guerra, quería las tierras fértiles de Europa del Este y audazmente comenzó una apropiación de tierras. Winston Churchill, en un célebre discurso de 1946, describió las acciones agresivas de Rusia con esta memorable frase: “¡…ha caído la Cortina de Hierro sobre Europa!” Luego, en 1961, la Unión Soviética construyó apresuradamente un muro de hormigón que dividía la ciudad alemana de Berlín por la mitad, formando una sección oriental bajo su control y una parte occidental bajo la protección de las potencias aliadas. El muro, un símbolo odiado de la opresión, finalmente se derrumbó en 1989 con el colapso de la Unión Soviética. El muro de Berlín no duró (y, de hecho, hubo quienes lo predijeron, aunque muchos se burlaron de la idea).

Otro muro famoso se encuentra en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Esta antigua estructura de piedra caliza es un segmento de un muro de contención en la base del Monte del Templo y fue construida en el año 19 a.C. Es conocido como el "Muro de los Lamentos", donde los judíos devotos van a orar y a menudo lloran al recordar la destrucción del Templo en el año 70 d.C. Hay conflictos ocasionales entre los judíos, que controlan la mayor parte de Jerusalén, y los musulmanes, que ahora controlan el Monte del Templo. Es otro ejemplo más de un muro que juega un papel importante pero que entorpece el acceso a un sitio importante.

La Biblia tiene varios relatos de ciudades amuralladas en los tiempos del Antiguo Testamento. Mientras los israelitas se dirigían a la tierra prometida de Canaán, se enfrentaron a un terrible obstáculo. La ciudad amurallada de Jericó que se alzaba ante ellos en la llanura. Jericó, una ciudad muy antigua, estaba fuertemente fortificada con un imponente muro doble de varios pisos de altura. Los israelitas, dirigidos por Josué, siguieron meticulosamente las instrucciones dadas por Dios. En el séptimo día, cuando sonaron las trompetas y el pueblo gritó, el muro de Jericó “se derrumbó” (Josué 6). Es otro ejemplo del fracaso de la humanidad para encontrar seguridad detrás de los muros.

Estos ejemplos bien conocidos revelan un patrón: los planes de la humanidad rara vez funcionan por mucho tiempo. De hecho, el profeta Isaías incluso se refirió a la nación pecadora de Israel como “un muro” a punto de caer cuando escribió: “Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo (Isaías 30:12-14). Entender la conexión del antiguo Israel y las naciones modernas de América y Gran Bretaña revela el significado de muchas profecías bíblicas.

Si estos muros pudieran hablar, probablemente citarían a Isaías diciendo: “No conocieron camino de paz…” (Isaías 59:8). Es claro que los grandes muros se derrumban y caen, pero los planes del Dios Creador se cumplirán cuando Jesucristo regrese para establecer Su Reino en la Tierra. ¡Dios acelere la llegada de ese Día!

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