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El azúcar tiene “mala fama” en muchos círculos, pero existe una sustancia dulce y nutritiva que parece tener buenos elogios en los medios de comunicación y aprobación universal. Proviene de una fuente inusual y se presenta en una amplia variedad de colores y sabores. Las personas preocupadas por su salud la usan regularmente en el café o el té, ya que este líquido pegajoso se considera un valioso alimento. Probablemente usted ya notó que estoy hablando de la miel.
La miel es conocida por su valor alimenticio y también por su larga vida, ya que no se descompone. Producida durante el ciclo de vida de la abeja, la miel se encuentra en estado silvestre, pero la mayoría de las veces la cultivan los apicultores, quienes utilizan equipo y ropa especializados para cuidar enjambres individuales o grupos más grandes de colmenas llamados apiarios. Las abejas son vitales para la producción agrícola debido a su papel en la polinización de los cultivos, ya que recolectan afanosamente el polen y el néctar de las flores, que utilizan para elaborar la miel.
Si bien esta información es ampliamente conocida, lo que la mayoría desconoce es la destacada mención de la miel en la Santa Biblia. Debido a sus características útiles, agradables y saludables, a menudo se usa como metáfora de las bendiciones o beneficios que Dios concede a quienes practican Sus caminos.
Cuando Dios comenzó a obrar con la nación de Israel, hizo un pacto con ellos, descrito varias veces en las Escrituras. Un pasaje conciso dice: «Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis esforzados, y entréis y poseáis la tierra, a la cual pasáis para poseerla; y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, que juró el Eterno a vuestros padres había de dar a ellos y a su simiente, tierra que fluye leche y miel» (Deuteronomio 11:8-9). Esta frase representaba las bendiciones físicas que los israelitas no habían conocido durante siglos como esclavos en Egipto.
El rey David, conocido como el «dulce salmista de Israel» (2 Samuel 23:1 (versión NTV), solía usar la miel para describir las verdades y bendiciones bíblicas. El Salmo 19:9-10 (versión NTV) declara: «Las leyes del Señor son verdaderas; cada una de ellas es imparcial. Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal». En el Salmo 119:103, lo expresó así:
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca».
Salomón, hijo de David, dotado de sabiduría divina al comenzar su reinado sobre Israel, usó la miel para representar la sabiduría, diciendo: «Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, y el panal es dulce a tu paladar. Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; si la hallares tendrás recompensa, y al fin tu esperanza no será cortada» (Proverbios 24:13-14). También compartió esta joya sobre el valor de mantener nuestras palabras dulces: «Las palabras agradables son como un panal de miel, dulzura al alma y salud para los huesos» (Proverbios 16:24). Esto parece particularmente relevante en el ambiente actual de tanto discurso áspero y mordaz.
Estas analogías son para siempre. En el libro de Apocalipsis, que describe el fin de esta era, leemos que un ángel le dio al apóstol Juan un librito y le dijo que lo comiera. «Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes» (Apocalipsis 10:10-11). La palabra de Dios fue dulce para el profeta, pero el mensaje que debía transmitir era amargo.
La Iglesia del Dios Viviente, patrocinadora del programa y la revista El Mundo de Mañana, proclama un mensaje de esperanza y liberación basado en las profecías de la Biblia. Ese mensaje también contiene una severa o amarga advertencia sobre el tiempo de gran angustia que se avecina para este mundo pecador. La Biblia deja claro que quienes se arrepientan, quienes cambien sus caminos pecaminosos y busquen “primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33)— recibirán protección divina (Apocalipsis 3:10).
Ese es un mensaje tan dulce como la miel.
Para más información sobre el mensaje de esperanza de la Biblia para un mundo en caos, ofrecemos guías de estudio gratuitas como Catorce señales que anuncian el regreso de Cristo y El mundo de mañana: ¿Cómo será? También vea el programa de El Mundo de Mañana “Bienvenidos al milenio”, patrocinado por la Iglesia de Dios Viviente.