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El punto crítico

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La economía del mundo está al borde del colapso. ¿Están usted y los suyos preparados? ¿Habrá pasado de un punto sin regreso la economía mundial?

Imagínese a un hombre sentado en una silla de cuatro patas. Luego piense qué ocurriría si empieza a inclinar la silla hacia atrás, levantando las patas delanteras del piso. La silla es estable, pero en cierto punto estará apenas balanceada en las dos patas de atrás. En ese punto, basta un pequeño empujón más para que hombre y silla se desplomen hacia atrás. Ese punto se llama el "el punto crítico".

Las economías de las naciones son como una silla. Cuando los gobiernos gastan más de lo que reciben, suelen financiar la diferencia mediante préstamos. La tasa de interés que deben pagar depende principalmente de la confianza que tengan los inversionistas en cuanto a la amortización y la inflación monetaria en el país deudor.

Cuando un gobierno acumula grandes cantidades de deuda en comparación con el tamaño de su economía, los inversionistas se inquietan. Es posible que la calificación de la solvencia crediticia del país sufra una rebaja, con lo cual aumenta el costo de endeudarse. Los préstamos adicionales limitan aún más la capacidad del país para pagar el servicio de la deuda y esto rebaja de nuevo la calificación de solvencia, lo cual eleva de nuevo el costo de endeudamiento. À medida que se va perdiendo el crédito, el gobierno se ve obligado a aumentar los impuestos y reducir los gastos, a esto lo llaman "austeridad"; pero estas medidas restringen la economía, agravando aún más el problema. Así se puede desencadenar una caída en espiral de la economía y el crédito.

¿No llores por Argentina?

Argentina es un país precioso con 40 millones de habitantes y bendecido con grandes recursos naturales, entre ellos las fértiles llanuras llamadas La Pampa y una región mundialmente famosa por sus vinos, cerca de la majestuosa cordillera de los Andes. En el 2002 la nación incumplió el pago de su deuda soberana. Cuando Argentina incumplió el pago de bonos por unos $100 mil millones de dólares hace once años, su deuda representaba 166 por ciento del producto interno bruto. Los depósitos bancarios se congelaron y devaluaron. La economía se redujo 11 por ciento en un año y millones quedaron sin empleo. Argentina había sufrido hiperinflación, demostraciones callejeras y la caída del gobierno. Después de ese colapso, la economía reaccionó un tiempo, pero la nación perdió su acceso a muchos mercados de capital en el mundo. Tristemente, este hermoso país vive un nuevo período de alta inflación, economía débil y descontento social. Han surgido dudas de nuevo sobre su cumplimiento en el pago de la deuda, por lo menos en parte. ¿Será posible que Estados Unidos caiga pronto en circunstancias parecidas?

La bomba de la deuda en cifras

En el 2004, la deuda soberana total de los Estados Unidos ascendía a $7,3 billones [trillones en los EUA], o aproximadamente $70.000 por contribuyente. Pero tras la crisis financiera del 2008, el gobierno empezó a incurrir en déficits de billones en su intento por estimular la economía. Para el año fiscal en curso, la Oficina de Presupuesto del Congreso proyecta que el increíble ritmo de acumulación de la deuda bajará un poco, a aproximadamente $759 mil millones, o sea aproximadamente el 4 por ciento del PIB. Esto es mucho menos que el déficit de $1,4 billones (10,1 por ciento del PIB) que se alcanzó en el 2009, pero el ritmo sigue siendo insostenible.

Lamentablemente, la reducción proyectada para el 2013 puede ser pasajera, ya que provino en gran parte de entradas recibidas una sola vez de los gigantes hipotecarios, FNMA y FMCC. Un medio de difusión informó que el representante Chris Van Hollen, el principal demócrata en el Comité de Presupuesto de la Cámara, dijo: "Lo bueno es que el déficit a corto plazo está bajando, mas parece estar bajando no por una mejora del crecimiento económico, sino principalmente por ingresos adicionales no repetibles". Maya MacGuineas, presidenta del Comité por un Presupuesto Federal Responsable, añadió: "Las proyecciones a corto plazo, más positivas de lo esperado, no alteran el hecho de que el alza en los costos de salud, el envejecimiento de la población, la insolvencia inminente de la Seguridad Social y los pagos de interés siempre crecientes ampliarán grandemente la deuda nacional".

El faltante de este año equivaldría al 4 por ciento de la economía, mucho menos que el 10,1 por ciento del 2009 cuando el déficit subió al nivel sin precedentes de $1,4 billones. Muchos piensan que China está absorbiendo toda esta deuda soberana de los EUA, pero se equivocan. En julio del 2013, China poseía más de $1,2 billones en bonos del Tesoro estadounidense, y continuaba comprando aun cuando otros inversionistas extranjeros se habían ido convirtiendo en vendedores. En años recientes, China ha comprado deuda nueva de los EUA más o menos al ritmo en que vencen los bonos anteriores. Pero la Reserva Federal de los EUA es, con mucho, el principal comprador de la deuda soberana estadounidense, pues adquiere la mayor parte de las emisiones nuevas. Los Estados Unidos están comprando su propia deuda.

À comienzos del 2013, la deuda soberana total de los EUA, ascendía a $16,8 billones: $148.000 por contribuyente, de los cuales $12 billones (75 por ciento del PIB) pertenece al público y el resto es deuda intragubernamental, como las sumas debidas al Fondo Fiduciario de la Seguridad Social y al Fondo Fiduciario de Seguro Médico. El gobierno gasta pronto todo el dinero recaudado por impuestos de las planillas para estos fondos y los reemplaza por títulos del Tesoro que son invendibles. Estas obligaciones intragubernamentales tendrán que pagarse en el futuro para que los beneficios de los seguros continúen sirviendo tal como se ha prometido al público. En esencia, la deuda se le debe al público. La deuda soberana total de los Estados Unidos es aproximadamente 105 por ciento del PIB. Pero los acreedores exigirán su dinero con intereses.

Tasas de interés en alza

¿Serán las tasas de interés en alza el factor que lleve al punto crítico? Muchos analistas piensan que hay un "punto de no regreso", del cual una economía emprende una caída en espiral de la cual no podrá recuperarse. Recientemente, las tasas de interés sobre la deuda de los EUA han estado en niveles históricamente bajos, pero el rendimiento sobre Bonos del Tesoro a largo plazo ha subido notoriamente en los últimos doce meses. Un regreso a la normalidad en las tasas significará un aumento enorme en los costos del servicio de la deuda. Si las tasas suben abruptamente, el déficit podría aumentar notoriamente, agravando aún más la carga de la deuda nacional. ¡Y las tasas están en alza!

El economista y comentarista Bill Maulino le puso al punto crítico el nombre de "momento ¡Pum!" y advierte que la deuda no es problema hasta que se convierte en problema. Y entonces alcanza un volumen crítico y ocurre lo que llaman el momento ¡Pum!… Con la relación entre deuda y producto interno bruto, todo lo que sabemos por ahora es que el momento ¡Pum! Existe; pero el punto exacto para un país determinado no es algo que podamos calcular. Caiga donde caiga esa línea, una vez cruzada: ¡Pum! Todo cambia.

Otros economistas piensan que sí podemos calcular el punto crítico. En un estudio presentado este año al Foro Monetario de los Estados Unidos en Nueva York, un grupo destacado de economistas dijo lo siguiente: "Los países con alto grado de endeudamiento son vulnerables a un circuito de realimentación adversa, en el cual las dudas de parte de los prestamistas generan tasas de interés más altas sobre la deuda soberana, y estas a su vez agravan los problemas de la deuda. Hemos analizado la experiencia reciente en las economías de avanzada aplicando métodos econométricos y estudios de cada caso y llegamos a la conclusión de que los países con deuda superior al 80 por ciento del PIB y déficits persistentes en cuenta corriente son vulnerables a un deterioro fiscal rápido como resultado de esta dinámica de punto crítico. Tal realimentación adversa queda fuera de las proyecciones presupuestales a largo plazo de los EUA y podría hacer mucho más difícil que el país mantenga un curso presupuestal sostenible. Una posible restricción fiscal también impondría límites fundamentales a lo que se puede lograr mediante políticas monetarias".

¿Balas de fogueo de la Reserva Federal?

Una de las funciones principales de los bancos de la Reserva Federal de los EUA es controlar la moneda en circulación nacional, llamada "M2", que es el total de depósitos en efectivo y a la vista en la economía, como cuentas corrientes y de ahorros. La Reserva Federal viene comprando cantidades enormes de valores en los últimos años en lo que se llama "ajuste cuantitativo". Esto hace bajar las tasas de interés; además, al comprar valores la Reserva inyecta cantidades enormes de dinero en la economía nacional, en un esfuerzo por estimularla. Los economistas a que hicimos referencia están diciendo que en el punto crítico, la política monetaria pierde su eficacia como control de la moneda en circulación y la economía. ¿Hay algún indicio de que este sea el caso?

En los últimos cinco años de intentos de expansión monetaria, se ha observado una disparidad. En el primer trimestre del 2013, la Reserva Federal compró $277.500 millones en valores, inyectando ese monto en la economía, pero la moneda circulante, M2, se redujo en $55.000 millones durante el período. Esto se explica en gran parte porque cuanto más dinero inyecte la Reserva, más se desacelera la llamada velocidad del dinero ("V"), o sea la rapidez con que el dinero circula. La velocidad del dinero se encuentra en su nivel más bajo en más de medio siglo. Como la economía no lo está usando y los niveles de precios no están aumentando mucho, todo ese dinero extra se acumula en los bancos, que lo depositan como excedentes de reservas… ¡en la Reserva Federal! En los últimos cinco años, ¡el saldo de la Reserva Federal ha crecido de unos $89.000 millones a comienzos del 2008 a $3,75 billones a mediados de octubre del 2013! Parece que los encargados de la regulación no solamente están errando el tiro, ¡sino que están disparando balas de fogueo!

¿Inflación o deflación?

Los déficits fiscales grandes y los aumentos en la moneda circulante de un sistema económico frecuentemente son presagio de una espiral inflacionaria. Cuando los precios absorben el exceso de moneda circulante, las expectativas inflacionarias aumentan, y esto genera más aumento de precios. La inflación se puede descontrolar, como ocurrió en Alemania en la década de 1920. En su peor momento, de 1923 a 1924, la hiperinflación alemana alcanzó un billón de marcos por un dólar y los precios se duplicaban cada dos días. Contaba un alemán nacido en Múnich, que para comprar una hogaza de pan tenía que llevar el dinero en carretillo. ¡El dinero no valía nada!

Más recientemente, Argentina soportó una hiperinflación durante su crisis de 1989 a 1992. Es difícil medir los niveles de precios en períodos de hiperinflación, pero los economistas aseguran que en Argentina subieron a un ritmo superior al 10.000 por ciento anual. Un peso en 1992 equivalía a 100.000.000.000 de pesos de la década anterior. Se impuso una recesión profunda, seguida del colapso del gobierno.

En los Estados Unidos la inflación llegó casi a descontrolarse durante la administración Carter, porque subió del 5,2 por ciento cuando asumió la presidencia en 1979 a más del 14 por ciento en 1980. El presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, puso los frenos monetarios de emergencia elevando la tasa de los fondos federales al 20 por ciento, ¡y la tasa de interés preferencial cobrada por los bancos saltó al 21,5 por ciento en 1981! La inflación se redujo y la economía estadounidense volvió a crecer en la década de1980. La economía había llegado a su punto crítico con la inflación, pero el presidente de la Reserva Federal Volcker la detuvo en el último instante.

¿Siempre producirán inflación los grandes déficits del gobierno? ¿Y dónde están las pruebas de una inflación inminente en la economía de hoy? Pueden aparecer en el futuro, porque no son evidentes todavía, al menos no lo son notoriamente. Aun con todos los déficits y ajustes cuantitativos, durante los primeros ocho meses del 2013, la tasa de inflación mensual ha sido solamente 1,6 por ciento en promedio. La deflación, que ocurre cuando los niveles de precios caen, puede ser muy difícil de controlar, y la banca central preferiría manejar una inflación que una deflación. Los gobiernos pueden subir las tasas de interés para combatir la inflación, como hizo Paul Volcker, pero no pueden reducirlos por debajo de cero. El rendimiento sobre letras del Tesoro de los EUA a 13 semanas se ha mantenido ligeramente por encima de cero en los últimos cinco años.

La deflación puede ser persistente. Durante dos decenios Japón ha incurrido el gasto deficitario más extremo de cualquier nación industrializada: su deuda total es más del 230 por ciento del PIB, tomando en cuenta la deuda griega del 175 por ciento del PIB. Sin embargo, Japón ha sufrido lo que se llamó "las décadas perdidas" de 1990 al 2010, tiempo en que la economía ha luchado contra una deflación persistente. Las tasas de interés han estado cerca de cero durante más de un decenio, sin producir inflación. El primer ministro Abe está tomando medidas drásticas para tratar de volver a inflar la economía japonesa. La situación en Estados Unidos es diferente a la de Japón, la deflación obedece a razones disímiles, pero hay muchas semejanzas. EUA. se ve ante presiones deflacionarias como el desempleo alto, los precios bajos de materias básicas y una reducción en la velocidad de la moneda; además su economía y sus niveles de precios reaccionan cada vez menos a la política de ajuste cuantitativo de la Reserva Federal.

El punto crítico para la deflación llega cuando la demanda de bienes y servicios se contrae, reduciendo los precios y esto a su vez frena la economía, lo cual reduce más la demanda. El desempleo alto tiende a ser deflacionario, ya que la competencia por los empleos hace bajar los salarios y esto a su vez reduce más la demanda. Así baja la espiral, y una vez comenzada, es muy difícil para un gobierno invertirla. Esta fue la situación de muchas economías en el mundo durante la Gran Depresión de los años 30.

Un consejo de la antigüedad

Los Estados Unidos han recibido muchas bendiciones de Dios, y en las generaciones del pasado los gobiernos y el pueblo generalmente reconocieron que sus bendiciones vinieron de Él. Dios nos dice que es Él quien hace posible la riqueza, pero respecto de la misma riqueza advierte: "Cuídate de no olvidarte del Eterno tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;y se enorgullezca tu corazón, y te olvides del Eterno tu Dios… y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate del Eterno tu Dios, porque Él te da el poder para hacer las riquezas" (Deuteronomio 8:11-14, 17-18). Entonces, ¿hacia dónde va la economía de los Estados Unidos?

Una nación que recibe bendiciones de Dios en la creación de su riqueza suele ser prestamista de otras naciones. Así lo fueron los Estados Unidos en el pasado. "Te abrirá el Eterno su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá el Eterno por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos del Eterno tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas" (Deuteronomio 28:12-13).

¿Y qué ocurrirá cuando Dios retire su bendición? Deudas, entre otras cosas. "El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo.Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola" (Deuteronomio 28:43-44).

Estas escrituras muestran un lado del punto crítico, el ascenso; y luego del punto crítico, el irreversible descenso.

Algunos tendrán que aprender a las malas que "el que toma prestado es siervo del que presta" (Proverbios 22:7).

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