¡Haití continúa sumido en el caos!

La anarquía abunda en la nación caribeña de Haití y el gobierno al mando parece no poder controlarla (Deutsche Welle, 28 de abril de 2023). Los linchamientos públicos están aumentando y el gobierno parece incapaz de detenerlos. Hace aproximadamente dos semanas, más de una decena de presuntos pandilleros fueron sacados de un autobús, apedreados y quemados vivos por una turba, un horrible ejemplo de justicia ejercida por los ciudadanos que ocurrió a plena luz del día en la capital de la nación, Puerto Príncipe.

La violencia generalizada está aumentando, al igual que el nivel de brutalidad. Esto llevó al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a solicitar a otras naciones que enviaran tropas para restaurar el orden en el estado fallido. Los trabajadores humanitarios en Haití están cesando sus operaciones debido al peligro de viajar. Dos hospitales suspendieron los servicios por un tiempo por motivos de seguridad. Las pandillas tienen un control opresivo en la capital de la nación y con el gobierno paralizado, las turbas de ciudadanos están comenzando a tomar la justicia en sus propias manos. Tristemente, el caos de la situación está aumentando, y Guterres ha advertido que las circunstancias en Haití han “alcanzado niveles comparables a los países en conflicto armado”. Algunos comparan el rápido deterioro con el de Somalia.

La situación humanitaria en Haití es preocupante y aterradora. Más de 11 millones de personas creadas a imagen de Dios sufren de enfermedades, falta de alimentos y terror, a medida que se llevan a cabo los caminos del hombre. Lamentablemente, los seres humanos bajo la influencia de Satanás el diablo, actúan en forma natural solo para sí mismos, ignorando las necesidades de los demás, una actitud que no es exclusiva de Haití. Gracias a Dios, un día no muy lejano, Jesucristo regresará a la Tierra como el Príncipe de Paz y, cuando sea necesario, “regirá con vara de hierro” para hacer cumplir esa paz (Apocalipsis 19:15). La paz que traerá consigo será una paz verdadera y duradera, una paz en la que las personas “habitan sin muros” (Ezequiel 38:11) y “en habitaciones seguras” (Isaías 32:18). Para más información sobre este maravilloso futuro, lean “¿Podrá haber paz en la Tierra?"