El sistema de salud de Estados Unidos: ¡Hay otra forma de hacerlo!

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Cada vez hay más pruebas de que muchas de las directrices médicas proporcionadas por las principales instituciones médicas de Estados Unidos no se basaron en investigaciones de alta credibilidad, sino principalmente en opiniones o estudios con poco respaldo. Por ejemplo, según un informe de 2019, solo el 8,5 por ciento de todas las recomendaciones médicas de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) se basaron en pruebas científicas sólidas respaldadas por la evidencia de ensayos controlados aleatorios (Federation of American Scientists, 8 de julio de 2025). Esta tendencia no era exclusiva de la AHA. Solo el 9,3 por ciento de las directrices de la Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas y el 6 por ciento de las directrices de la Red Nacional Integral del Cáncer se basaron en investigaciones sólidas y bien realizadas. Como resultado, el sistema de salud de Estados Unidos parece estar gastando miles de millones de dólares en tratamientos que no funcionan. Por ejemplo, se han gastado grandes sumas de dinero en la “fusión espinal para el dolor lumbar crónico”, que no logra “dar un resultado claramente mejor que los modos estructurados de tratamientos conservadores” (The Spine Journal, mayo de 2016). Con los avances de la medicina moderna y líderes altamente capacitados que elaboran las políticas públicas, uno esperaría que los resultados fueran eficaces y completamente probados, pero rara vez lo son.

Lamentablemente, esto es un síntoma del enfoque imperfecto e incompleto de la humanidad para mejorar y mantener la salud humana. Sin embargo, existe un enfoque diferente para el cuidado de la salud que la mayoría de los profesionales de la salud, las instituciones y los gobiernos desconocen. Ese enfoque se encuentra en la Biblia, un libro que ofrece directrices y leyes poderosas que, si se siguen, pueden ayudar a prevenir enfermedades y promover la salud. La Biblia también revela que el Dios que creó el cuerpo humano puede sanar enfermedades (Éxodo 15:26). Para más detalles sobre los principios divinos de una vida saludable, lean Principios bíblicos de la salud.