Hace dos semanas el Sínodo de Obispos del Vaticano declaró que el reclamo israelí de que la Tierra Santa y Jerusalén les pertenecen como promesa de Dios no es bíblicamente legítimo.
Monseñor Bustros declaró: "Nosotros los cristianos no podemos hablar de la ‘tierra prometida’ como un derecho exclusivo de un pueblo judío privilegiado… Ya no hay un pueblo escogido". La Liga Antidifamación respondió inmediatamente a los comentarios de Monseñor como "la peor clase de antijudaísmo, casi antisemitismo" (Jerusalem Post online, 27 de octubre).