Hay quienes ven el relato de Adán y Eva en el huerto del Edén como un relato sin ninguna base histórica. Otros, en cambio, lo entienden como historia verídica registrada. ¿Cómo entendió la Iglesia primitiva de Dios el encuentro en el jardín con una serpiente que hablaba, registrado en el tercer capítulo del libro del Génesis? ¿Qué enseñanza, si la hay, debemos obtener de este relato? La respuesta a esta pregunta tiene implicaciones que van mucho más allá de lo que imagina la mayoría, y es a la vez respuesta a otra de las preguntas más inquietantes de la humanidad.