En los Estados Unidos, durante el cuarto trimestre de cada año, es la temporada del fútbol americano, deporte que apasiona a multitudes, incluso fuera de los Estados Unidos. La gente planifica su vida en torno a los grandes partidos, con rituales como vestir los colores de su equipo, llevar símbolos de la mascota del equipo y hacer fiestas junto a los autos mientras esperan. Todo esto se conjuga de modo que el fútbol americano se convierte para muchos en la religión del sábado.