¡No dé las cosas por hecho! | El Mundo de Mañana

¡No dé las cosas por hecho!

Díganos lo que piensa de este artículo

Uno de los hombres más inteligentes que he conocido me dijo muchas veces: "¡Aprende a no dar las cosas por un hecho!" Señalaba que gran cantidad de suposiciones comunes simplemente no eran verdad.

Sí, mucha gente da por hecho toda una suerte de falsedades que en efecto ¡no son verdades! Tales suposiciones pueden llevar nuestro juicio a errores extremadamente graves y, si no tenemos cuidado, pueden arruinarnos la vida física, mental y espiritualmente.

Recordemos que durante siglos la mayor parte de la gente daba por un hecho que la Tierra era plana. Ahora la gente se burla por lo absurdo de esa suposición. Pero, ¿cuántas de las "suposiciones" actuales pronto también se van a considerar absurdas?

Hará unos cuatro o cinco decenios era muy común que en los establecimientos médicos se les recomendara a las madres no alimentar a los bebés con su propia leche. Los médicos asumieron que algunas fórmulas eran mejores que la propia leche de la madre. Hoy, en los principales círculos científicos y médicos se afirma con toda claridad que la leche materna ha sido "programada" (dicho de esta manera evitando dar crédito a un Creador) para dar la mejor alimentación al bebé. También fue común la suposición en los círculos médicos que la circuncisión masculina era una "barbarie" y totalmente innecesaria. Ahora leemos que muchos médicos y autoridades en la materia han llegado a darse cuenta de que la circuncisión masculina es en muchas maneras extremadamente beneficiosa para la salud.

Otra suposición común es que todas las iglesias que se consideran cristianas realmente son "cristianas". Pero la mayoría de esas iglesias enseñan cantidades de doctrinas y prácticas en completa oposición a lo que la Biblia claramente revela. ¿Acaso deberíamos dar por un hecho que son "cristianos" los ministros cuando sus enseñanzas y prácticas están diametralmente opuestas a lo que la Biblia con claridad meridiana enseña?

No olvidemos que la Biblia nos exhorta a examinar toda idea para estar seguros de que es correcta: "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:21). Los cristianos de Berea fueron muy diligentes "pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así" (Hechos 17:11). Observemos que ellos no necesariamente estaban desaprobando lo que Pablo estaba diciendo. Por el contrario, ponían una auténtica "mente abierta" y luego investigaban por toda la Biblia para ver si lo que Pablo estaba diciendo coincidía con las Escrituras. Eso, mis amigos ¡es una firme advertencia para todos nosotros! ¿Se ha propuesto usted alguna vez verificar sus creencias?

¡Piénselo! ¿De dónde obtuvo usted las doctrinas que cree? ¿De dónde realmente obtuvo su iglesia esas doctrinas? ¿Las obtuvo de la Biblia? ¿Está usted seguro?

Tome en cuenta, por ejemplo, que la mayoría de los ministros de la cristiandad tradicional dicen que Dios ha prometido que la recompensa para los cristianos fieles será la vida eterna en el Cielo. La gente lo da por un hecho. Pero, ¿es eso lo que la Biblia realmente dice? Por muchos años he ofrecido una recompensa de mil dólares a cualquiera que pueda comprobarme con citas bíblicas que Dios promete "ir al Cielo" como recompensa eterna a los cristianos. Y en decenios, nadie ha sido capaz de reclamar los mil dólares.

¿Por qué razón? Porque la Biblia claramente indica, una y otra vez, que la recompensa de los cristianos es reinar sobre la Tierra, ¡no allá arriba en el Cielo! En el sermón del monte Jesús dijo: "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la Tierra por heredad" (Mateo 5:5). Y la Palabra de Dios claramente afirma: "Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo; el Hijo del Hombre, que está en el Cielo" (Juan 3:13).

¿Sabía Jesucristo de lo que estaba hablando? Por supuesto; si vamos a ir al Cielo, entonces Abraham, "el padre de la fe", estaría allí. También estaría allí el profeta David, "varón conforme" al corazón de Dios. Y también Elías, de quien muchos asumen que fue "llevado al Cielo" en un torbellino. ¿Cómo pudo ser posible que Jesús dijera que nadie subió al Cielo excepto Él mismo?

¡Él pudo decirlo porque enseñaba la verdad! La verdad es que la Palabra de Dios muestra claramente que los patriarcas, profetas y los santos verdaderos de Dios van a ayudar a Cristo en el Reino de Dios que Jesucristo va a establecer en la Tierra después de la resurrección de los muertos. La Biblia señala claramente lo que ocurrirá a la final trompeta: "El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el Cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 11:15). De manera que Jesús muy pronto va a gobernar sobre "los reinos del mundo", ¡no arriba en el Cielo!

Antes el libro del Apocalipsis ya se había referido a esto con palabras de reconocimiento a Cristo: "Tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la Tierra" (5:9-10).

El apóstol Pablo atinadamente preguntó: "¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?" (1 Corintios 6:2). Aquí vemos claramente que los santos van a "juzgar al mundo, ¡en vez de ir al Cielo a no hacer nada! Este pasaje muestra que los verdaderos santos de Dios, los miembros de su verdadera Iglesia, están "en capacitación", preparándose ahora como futuros reyes y sacerdotes para ayudar a Jesucristo a gobernar sobre las naciones de esta Tierra en el mundo de mañana.

Refiriéndose a sus santos verdaderos, Jesucristo afirmó: "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre" (Apocalipsis 2:26-27).

Si los fieles vencedores van a gobernar sobre las naciones con "vara de hierro", es evidente que no estarán arriba en el Cielo. ¿Hay acaso naciones en el Cielo que necesiten ser gobernadas con vara de hierro? ¡Por supuesto que no!

¿Cómo es posible que la gente crea esta ocurrencia acerca de "ir al Cielo", cuando la Biblia continuamente afirma lo contrario? La respuesta es obvia. À la mayoría de la gente no le preocupa. Casi automáticamente creen cualquier cosa que les haya enseñado su familia o amigos. Si hubieran crecido en la Alemania nazi, podrían haber dado por un hecho que Hitler era un gran hombre. Si hubieran crecido en un país musulmán, podrían haber dado por un hecho que su profeta Mahoma era aun mayor que Jesucristo.

¿Cuál es la auténtica solución a este dilema?

La solución definitiva vendrá cuando todos los seres humanos comprueben por sí mismos que hay un Dios real, el Creador y Gobernante de todas las naciones. Entonces, también deberán comprobar por sí mismos que la Santa Biblia es, de hecho y en su versión original, la revelación inspirada de Dios. ¡Y entonces por fin estarán dispuestos a creerle a la Biblia y a hacer lo que esta dice!

Esto parece muy sencillo. ¡Pero extremadamente poca gente sobre esta Tierra alguna vez ha comprobado, o ha estado dispuesta a actuar en conformidad, con estas verdades fundamentales! ¿Lo ha hecho usted?

Quien haya tenido el valor de realizar tal esfuerzo, encontrará que la Biblia provee claras explicaciones para los problemas que afronta la humanidad en lo físico y lo mental y, obviamente en lo más importante de todo, en la salud espiritual. Aunque no se trata de un libro técnico en matemáticas o en ciencias, la Biblia revela los principios fundamentales en todos los aspectos del conocimiento y entendimiento humanos. Esta es la verdad, porque ha sido inspirada por el Dios que nos da la vida y el aliento.

Siusted aprende a estudiar la Biblia a profundidad, como "la base del conocimiento", aprenderá muchísimo acerca del verdadero origen de las naciones. Desarrollará el correcto entendimiento de nuestras relaciones terrenales como hombres y mujeres. Reconocerá la forma correcta de gobierno que finalmente se establecerá en la Tierra. Obtendrá una extraordinaria visión sobre cómo tratar al prójimo, cómo mantener la salud mental y física y cómo alcanzar la vida eterna en el venidero Reino de Dios; en la misma Familia de Dios a la que me refiero en mi artículo que presento a continuación en esta revista: ¿Qué SENTIDO tiene su vida? Tendrá una visión clara sobre cómo alcanzar el designio final por el cual Dios lo ha puesto sobre esta Tierra.

¡Nodé las cosas por un hecho! Aprenda a comprobar con diligencia cuál es la verdad; y pida a Dios el valor intelectual y espiritual para actuar conforme a esa verdad. Si lo hace, ¡nunca lo lamentará!

MÁS ARTÍCULOS DE ESTA EDICIÓN

Mostrar todos