¿Se ha preparado para el regreso de Jesucristo? | El Mundo de Mañana

¿Se ha preparado para el regreso de Jesucristo?

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Cuando el ruido del galope de los cuatro jinetes aún resuene en la mente de la humanidad devastada por la guerra, Jesucristo vendrá en su caballo blanco para salvar a la humanidad moribunda de las consecuencias de su propia locura.¿Estará usted allí? ¿Estará con Él? Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. (Apocalipsis 19:11).

Sabemos que a nuestro mundo le esperan tiempos difíciles. ¡Pero también hay una recompensa gloriosa para quienes confíen en Dios, le obedezcan y perseveren hasta el fin!

Hace casi 2.000 años, los discípulos de Jesús le preguntaron cuál sería la señal de su venida y del fin de la era. ¿Qué señales y tendencias proféticas mencionó en su respuesta? ¡Es importante saber lo que dice la Biblia!

Desde hace siglos, muchos han hecho predicciones y han fijado fechas para el regreso de Jesucristo. Hasta ahora, nadie ha acertado. ¿Será que Cristo no va a regresar? ¡Desde luego que vendrá! Desde los tiempos de Adán y Eva, la gente ha creído en profecías falsas proclamadas por embaucadores e impostores. En cambio, las profecías de la Biblia han demostrado ser válidas ¡una y otra vez!

En el Antiguo Testamento más de cien profecías predijeron la primera venida de Jesucristo. Entre ellas están las de Isaías, según las cuales el Mesías sería descendiente del rey David, hijo de Isaí (Isaías 11:1), el Mesías nacería de una virgen (7:14), viviría en Galilea (9:1-2) y su misión abarcaría a los gentiles (42:1-4) y finalmente moriría entre los impíos (53:9). Otras profecías anunciaron que nacería en Belén (Miqueas 5:2), que sería traicionado por 30 monedas de plata (Zacarías 11:12-13), que llegaría a Jerusalén montado en un asno (9:9) y que sería como un pastor herido (13:7).

Todas esas profecías se cumplieron. Y la misma Biblia que predijo la primera venida de Cristo predice igualmente la segunda. Decenas de pasajes en el Antiguo y el Nuevo Testamentos hablan de la segunda venida de Jesucristo. Veamos lo que Él mismo dijo: "No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:1-3).

Las propias palabras de Jesús

¿Por qué hay tantos que no creen en las palabras de Jesús? Él dijo: "Vendré otra vez". El profeta Zacarías nos dice incluso adónde vendrá: "Se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur" (Zacarías 14:4).

El monte de los Olivos queda al oriente del monte del Templo en Jerusalén. En su ladera suroriental, un viejo camino lleva a la aldea de Betania. Jesús pasó tiempo allí con María, Marta, Lázaro y con sus discípulos. Mi esposa y yo hemos recorrido ese mismo sendero desde Betania hasta el monte de los Olivos. Tardamos solo media hora.

Cuando Jesús regrese al monte de los Olivos, habrá un gran terremoto y el monte se partirá en dos. Veamos cuándo: "He aquí, el día del Eterno viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén" (Zacarías 14:1-2). Los ejércitos del mundo se reunirán en Megido, de donde bajarán a Jerusalén para pelear contra Jesucristo a su venida. Apocalipsis 16:14 se refiere a esta batalla como "la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso". Otro término más conocido es "armagedón".

El libro de los Hechos también confirma el regreso de Jesucristo. En Hechos 1, los discípulos observaron el ascenso de Jesús al Cielo. "Estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al Cielo. Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo" (Hechos 1:10-12).

Hemos visto tres referencias bíblicas claras a la segunda venida de Cristo… y hay muchas más. Recordemos el anuncio de la séptima trompeta: "El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el Cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 11:15).

Veamos también este pasaje de Apocalipsis 19: "Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBODEDIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES" (Apocalipsis 19:13-16).

Jesús predijo que antes de su regreso habría religiones falsas y falsas señales y prodigios que engañarán a muchos. Dijo: "Se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos" (Mateo 24:24). Habrá engaños religiosos poderosos. No serán pocos, sino muchos los embaucados por las religiones falsas, entre ellas un falso cristianismo.

¿Le han engañado a usted?

¿Cómo podemos saber qué es cierto y qué es falso? Usted debe verificar lo que decimos nosotros, y lo que dicen todos los predicadores, comparando con la Biblia. Orando al Padre, Jesús dijo: "Santifícalos en tu verdad; tu Palabra es verdad" (Juan 17:17). La Palabra de Dios, la Biblia, ¡es la verdad! Muchos dan por sentado, sin reflexionar, que su ministro o sacerdote se basa en la Biblia al predicar. Sin embargo, muchas doctrinas que la gente acepta ¡no están en la Biblia! Es importante que usted compruebe lo que dice la Biblia. Recuerde: "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:21).

Usted no tiene que dejarse engañar. El propio Jesús indicó las tendencias proféticas y las señales que ocurrirían antes de su venida. Debemos saber cuáles son. Una de las señales anteriores a su regreso será el apogeo de una poderosa religión falsa con una influencia arrolladora. Vemos ese sistema, llamado "la gran ramera", en Apocalipsis 17. El falso profeta, al cual se refirió el apóstol Pablo, va a encabezarlo. Leemos sobre el "hombre de pecado" en 2 Tesalonicenses 2:3. Para más detalles sobre este tema de importancia profética, le invitamos a comunicarse con la oficina regional más cercana cuya dirección se encuentra en la página 2 de esta revista, donde puede solicitar un ejemplar gratuito de nuestro folleto titulado: Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo. También puede descargarlo desde nuestro sitio en la red: www.elmundodemañana.org.

Otra señal específica indicada por Jesús es la profanación del lugar santo en Jerusalén. Jesús dijo: "Cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes" (Mateo 24:15-16). Notemos que el gran profeta falso, el hombre de pecado, va a profanar el templo de Dios. Esta "abominación desoladora" es una de las señales que, según dijo Jesús, vendría antes de su regreso.

¿Cuáles otras señales veremos? Jesús nos advirtió en Mateo 24:7 que habría "terremotos en diferentes lugares". ¿Cuánto poder encierra un terremoto? El 15 de diciembre de1811, un histórico sismo en el valle del río Misisipi invirtió la corriente de ese río cerca de Nueva Madrid, Misuri. El sismo de Tangshan en China, en julio de 1976, cobró 779.000 vidas. El terremoto de Sumatra, en diciembre del 2004 y el sunami producido por él, dieron muerte a más de 230.000. En enero del 2010, un terremoto de 7,0 grados mató a más de 220.000, lesionó a más de 300.000 y dejó a un millón de haitianos sin techo. Por difícil que sea visualizarlo, las Escrituras revelan que habrá terremotos aun más formidables en el futuro, y que afectarán a regiones que antes no los habían sufrido.

El libro del Apocalipsis menciona varios sismos poderosos. Después de dos años y medio de la gran tribulación mencionada por Jesús en la profecía del monte de los Olivos, las señales celestiales, o sexto sello de Apocalipsis, darán paso al día del Eterno. Observemos lo que ocurre: "Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el Sol se puso negro como tela de cilicio, y la Luna se volvió toda como sangre" (Apocalipsis 6:12).

Este sismo, sumado a los fenómenos astronómicos, da comienzo al día del Eterno: el año anterior a la venida de Cristo. "Las estrellas del cielo cayeron sobre la Tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la Tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?" (Apocalipsis 6:13-17). La Tierra, pues, estará trastornada durante el día del Eterno, que se describe aquí como "el gran día de su ira". Será tiempo cuando el juicio de Dios vendrá sobre las naciones.

Dios nos advierte

Veamos lo que ocurrirá a la Tierra y a los cielos. El redactor de Hebreos nos instruye: "Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la Tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los Cielos. La voz del cual conmovió entonces la Tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la Tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor" (Hebreos 12:25-29).

Nuestro Padre celestial desea lo mejor para cada uno de nosotros. Le está concediendo a la humanidad carnal un lapso de 6.000 años, y a cada individuo el lapso de una vida, para aprender. Si hacemos caso de las advertencias divinas, podremos escapar de los juicios más horrendos que jamás se hayan ejecutado sobre las naciones del mundo.

Otra tendencia sobre la cual nos advierte la Biblia es la sequía. Las temperaturas en el mundo están alterándose notoriamente. Australia salió hace poco de su peor sequía en más de cien años, y algunos especialistas prevén la repetición de sequías en los próximos 20 o 30 años. Según un informe reciente de la Oficina Australiana de Meteorología: "El país podría sufrir el doble de las sequías que sufre ahora, con el doble del área afectada y con mayor severidad en zonas agrícolas importantes".

Ahora mismo, la costa Occidental de los Estados Unidos está viviendo una sequía sin precedentes, y el racionamiento severo del agua convierte los campos californianos, antes tan verdes, en extensiones de color marrón. Partes de Texas, víctimas de una larga y severa sequía, han tenido un problema que suele presentarse allí donde llueve por momentos durante la sequía, la tierra reseca es incapaz de absorber el agua de lluvia y el resultado son graves inundaciones.

Si no nos volvemos a Dios de todo corazón, nuestro mundo verá fenómenos climáticos aún más extremos. El Dios Creador nos dio esta advertencia por medio del profeta Amós: "Os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó. Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice el Eterno" (Amós 4:7-8).

Por increíble que parezca, algunas religiones están enseñando que los "postreros días" mencionados en las Escrituras podrán prolongarse "dos años o dos mil años o dos millones de años". Lo que se da a entender con esto es: "No estudien la profecía bíblica; es solo una distracción". Tales afirmaciones desconocen las instrucciones de nuestro Salvador. Inmediatamente después de referirse a su segunda venida, Jesús dice: "De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas" (Mateo 24:32-33). Jesucristo espera que sus seguidores estén enterados de estas señales.

Guerra y destrucción del mundo

Jesús predijo que antes de su regreso habría "guerras y rumores de guerras" (v. 6). Los escépticos y burlones quizá digan: "¡Siempre ha habido guerras!" Ciertamente, la humanidad rara vez ha tenido paz. En 1968, los historiadores Will y Ariel Durant determinaron en su libro Las lecciones de la historia que "de los últimos 3.421 años de historia escrita, solamente 268 han estado libres de guerras". En los tiempos modernos hay una diferencia: Solamente en los últimos 70 años hemos tenido la tecnología, como las armas nucleares, químicas y biológicas, para destruir toda vida en el planeta Tierra. Cuando leemos las descripciones de la guerra en tiempos del fin en el libro del Apocalipsis, vemos que en esos tiempos las guerras no son problemas regionales sino que abarcan todo el planeta.

Cierto es que siempre ha habido burladores, pero ahora ha llegado el momento de despertarnos y darnos cuenta de lo que está ocurriendo en el mundo. Dios le habló al profeta Ezequiel acerca de los escépticos y burladores: "Hijo de hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, que dice: Se van prolongando los días, y desaparecerá toda visión?" (Ezequiel 12:22). ¿Qué dice sobre el escepticismo del hombre? "Diles, por tanto: Así ha dicho el Eterno el Señor: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este refrán en Israel. Diles, pues: Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda visión" (v. 23).

Se acerca el momento cuando Dios va a intervenir más dramáticamente que nunca. Científicos, estadistas y dirigentes mundiales nos han advertido de los muchos peligros capaces de acabar con la vida en la Tierra. Esas advertencias no han venido del clero, sino de expertos conocedores de las realidades respecto de las armas de destrucción masiva y la historia de la naturaleza humana. Sin embargo, la advertencia más seria viene del Salvador del mundo, Jesucristo, quien dijo: "Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mateo 24:21-22).

Demos gracias a Dios porque aquellos días se acortarán y porque Jesucristo regresará a salvar a la humanidad de la autodestrucción. Dará comienzo al Reino de Dios en la Tierra. Al final, todos aprenderán el camino hacia la paz, la prosperidad y la reconciliación. Jesús nos dice: "Velad, pues, en todo tiempo orando" (Lucas 21:36). Esperemos que todos estemos espiritualmente atentos a las señales de la segunda venida de Jesucristo. Entonces podremos esperar su regreso con confianza, esperanza y fe. Demos gracias a Dios porque su Reino se acerca. ¡Demos gracias a Dios porque Jesucristo vendrá pronto a salvarnos!

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