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El rapto secreto

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¡Falsa esperanza para el tiempo del fin! Recuerda usted la llegada del año 2000? ¿Cuánto se habló y cuánto se esperó y cuántas conjeturas hubo al respecto? Hito importante en nuestra cuenta del tiempo, el año 2000 vino y se fue, marcando el cierre del siglo veinte y también del segundo milenio desde el nacimiento de Jesucristo de Nazaret.

En realidad, Cristo probablemente nació unos cuatro años antes de la fecha comúnmente aceptada, la cual fue calculada por el monje Dionisio el Exiguo basado en los anales que tenía a su disposición en el siglo sexto.

À medida que se acercaba el año 2000 se vio un auge notable en el interés por su segunda venida, así como por todo el tema de la profecía bíblica. Este tema, que rara vez se tocaba en los púlpitos antes del último cuarto de siglo, se convirtió de pronto en uno de los temas más candentes para quienes hablaban y escribían sobre asuntos religiosos. En 1970 el autor Hal Lindsey escribió un libro de gran acogida titulado La agonía del gran planeta Tierra. En los últimos años, Tim LaHaye ha encabezado la lista de autores religiosos de mayor éxito con una serie de novelas que giran en torno a la gran tribulación y la segunda venida de Jesucristo a la Tierra.

En los escenarios proféticos de Hal Lindsey, Tim LaHaye y otros protestantes evangélicos, ocupa un lugar destacado la enseñanza sobre el rapto secreto de la Iglesia. Junto con el interés por la profecía bíblica también ha adquirido importancia el tema de ese rapto. Incluso, hay quienes fijan en el parachoques de su auto un letrero que dice: "En caso de rapto, ¡este coche quedará sin conductor!"

La mayor parte de los evangélicos que escriben o hablan sobre el tema de la profecía dan por supuesto que el suceso clave para los cristianos en el tiempo del fin será el rapto secreto. ¿Qué es aquel rapto? ¿Qué enseña la Biblia al respecto, y es acaso la única esperanza para los cristianos en el tiempo del fin? Reina la confusión acerca de este y otros muchos aspectos de la profecía en el mundo que profesa el cristianismo. Sin embargo, la verdad sí se puede saber y demostrar cuando analizamos las enseñanzas claras de la Biblia en vez de las ideas y teorías de los hombres.

La doctrina del rapto secreto y su origen

¿Qué es la doctrina del rapto secreto? En palabras sencillas, ¡es la enseñanza de que Jesucristo regresará dos veces! Primero, habría un regreso sigiloso, secreto, sin previo aviso, en el cual El se llevaría súbitamente a todos los cristianos, vivos y muertos, al cielo. Siete años más tarde (o tres y medio, dicen algunos) Cristo regresaría abiertamente con poder y gloria para acabar con los malos y establecer su Reino.

El término "rapto" no aparece en ningún pasaje de la Biblia. Es un término que se ha inventado y aplicado a lo que algunos llaman la "primera fase" de la segunda venida de Cristo. Sin embargo, la Biblia no dice en ninguna parte que la venida de Cristo se vaya a producir por fases.

John Nelson Darby, predicador inglés del siglo 19, fue quien formuló la doctrina del rapto y comenzó a promoverla en el decenio de 1830. Fue el fundador de la Iglesia de los Hermanos de Plymouth y se ideó un modo de interpretar la Biblia basado en distintas "dispensaciones". La idea era que Dios ha tenido diferentes reglas para diferentes grupos humanos en diferentes momentos de la historia. Por ejemplo, para los judíos tenía la ley y ahora para la Iglesia tiene la gracia.

Un abogado y ministro norteamericano de nombre C. I. Scofield (el mismo que publicó la notable Biblia Anotada de Scofield a comienzos del siglo 20), refinó y difundió las enseñanzas de Darby. Fue principalmente mediante el Dr. Scofield que los protestantes evangélicos llegaron en general a aceptar las doctrinas tanto de "las dispensaciones" como del rapto secreto. Estos dos conceptos van de la mano, cegando a muchas personas sinceras e impidiendo que vean el verdadero mensaje de Dios para los cristianos en el tiempo del fin.

Los defensores de la idea del rapto invocan el capítulo de 1 Tesalonicenses 4 como su principal prueba de una "venida secreta". Luego proceden a clasificar todos los pasajes que hablan del regreso de Jesucristo en dos categorías. Primero están los pasajes que tratan de la resurrección de los santos y su reunión con Cristo. Luego están las Escrituras que se refieren a la venganza de Cristo contra la gente y las naciones malas y rebeldes. La idea es que estos sucesos están separados por un período de años. Pero leamos atentamente 1 Tesalonicenses 4 para ver si es así o no.

¿Una fase, o dos?

Pablo había predicado en la ciudad griega de Tesalónica y allí levantó una iglesia alrededor del año 50 d.C. À raíz de la intensa persecución, Pablo tuvo que abandonar la ciudad y pasar a otras regiones de Grecia. Estando en Atenas, envió a su ayudante, Timoteo, de vuelta a Tesalónica con una carta que buscaba consolar y animar a la nueva comunidad cristiana. Dentro de este contexto mencionó a quienes ya habían muerto en la fe. "Puesto que ya han muerto, ¿en qué les beneficiará el regreso del Mesías?" parecen haber pensado algunos en Tesalónica.

"Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tesalonicenses 4:13-17).

Los que enseñan el rapto secreto toman este pasaje como la descripción de una venida secreta de Cristo para llevarse a los cristianos al cielo. Notemos, sin embargo, que el mismo pasaje aclara que antes de esta resurrección sonará la trompeta de Dios. ¿Qué es esta trompeta y cuándo sonará?

El apóstol Pablo agregó más detalles cuando escribió una carta a la iglesia en la ciudad griega vecina de Corinto. "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Corintios 15:51-52). La trompeta sobrenatural específica que sonará antes de la resurrección de los santos se denomina "la última trompeta".

¿Se encuentra en la Biblia alguna referencia a una serie de toques de trompeta sobrenaturales? ¡La respuesta es un sí rotundo! Apocalipsis 8:1-2 describe cómo se abre el séptimo y último de los sellos que cierran el libro del Apocalipsis hasta que Jesucristo los retira uno por uno. Al abrirse el séptimo sello, el apóstol Juan tuvo una visión de siete ángeles de pie ante Dios, cada uno de los cuales recibía una trompeta. Los ángeles procedían a tocar estas trompetas una por una, señalando con ellas una serie de espantosos desastres ecológicos seguidos de guerras terribles.

Ahora veamos Apocalipsis 11:15: "El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos". El versículo 18 conecta esta séptima y última trompeta con el momento de la ira de Dios por una parte, y por otra parte su recompensa para los santos. Es claro, al mirar estas tres secciones de las escrituras, que al sonar la séptima y última trompeta resucitan los santos y Cristo regresa a juzgar a las naciones. Estos acontecimientos suceden en el mismo momento. No se trata de dos fases de la segunda venida, separadas por siete años, como aseguran la mayoría de los escritores evangélicos, sino que la resurrección de los santos a la inmortalidad y el momento en que Dios derrama su ira sobre las naciones comienzan al mismo tiempo y su señal es un mismo suceso: el sonar de la séptima y última trompeta.

Otro pasaje importante dentro de este contexto es Mateo 24:29-31. En el versículo 31 aprendemos que la tribulación y las señales en el cielo ocurren antes del regreso de Jesucristo.

El versículo 30 subraya que su regreso, lejos de ser secreto, será visible para la gente en todas partes y ocasionará lamentaciones y dolor entre los que no se hayan arrepentido. Luego, el versículo 31 declara: "Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro".

En 1 Tesalonicenses 4 aprendimos que al sonar la última trompeta, los santos, tanto vivos como muertos, ascenderán de la Tierra para encontrarse con Jesucristo en las nubes. Mateo 24:31 dice que los ángeles reunirán a los elegidos desde los cuatro vientos, o sea desde un extremo del cielo hasta el otro. La Biblia emplea este mismo término, cielo, para describir tres lugares diferentes. ¿Desde cuál de los cielos vendrán a reunirse los santos?

El primer cielo es el de la atmósfera de la Tierra, donde vuelan las aves y se forman las nubes. La segunda acepción de cielo es lo que llamamos el espacio sideral. Las estrellas, el Sol y la Luna se sitúan en este segundo cielo. La Biblia también se refiere al lugar donde se encuentra el trono de Dios en el Cielo, llamándolo en 2 Corintios 12:2 "el tercer cielo".

El viento sopla en el primer cielo, aquel donde están las nubes, pero no en el espacio sideral ni alrededor del trono de Dios. Los ángeles no tendrían necesidad de reunir a los cristianos si ya estuvieran alrededor del trono de Dios. Lo que vemos claramente en Mateo 24:31 es a los santos resucitando en el momento en que Cristo regresa con gloria. Cuando los santos ascienden, suben directamente hacia arriba. Como nuestro mundo es esférico, las personas que viven en Sudamérica "ascienden" en dirección diferente de las que "ascienden" en Europa o Norteamérica. Lo que se describe es la manera práctica en que Dios va a asegurar que todos los santos resucitados se encuentran con Jesucristo. El simplemente envía a los ángeles por el cielo para reunir a sus elegidos desde todos los puntos cardinales donde están ascendiendo, con el fin de reunirlos en las nubes sobre Jerusalén para recibir a su Salvador que regresa. ¡Cuán sencillo es!

La parousia

La Biblia emplea la palabra griega parousia varias veces para referirse al regreso de Jesucristo. En un contexto secular, el término solía empleare para indicar la venida de un rey.

No lleva en sí ninguna connotación de una venida secreta. La palabra aparece cuatro veces en Mateo 24. En el versículo 3, los discípulos de Jesús le preguntaron cuál sería la "señal" de su parousia (o venida). En el versículo 27, Jesús compara su parousia con la aparición de un relámpago desde oriente a occidente. En los versículos 37 y 39 compara su venida con el período en que vino el juicio de Dios sobre el mundo antediluviano en tiempos de Noé. Ninguno de estos versículos describe una venida secreta.

Mateo 24:31 describe la resurrección de los Santos en el momento en que Cristo regresa con Gloria.

La palabra parousia también se emplea en1 Corintios 15:23 para referirse al suceso que acompañará la resurrección de los santos. En 1 Tesalonicenses 4:15 aparece de nuevo refiriéndose al hecho que acompaña la resurrección de los santos. La segunda carta a los Tesalonicenses 2:8 muestra que Cristo, en su parousia (venida), acabará con al falso profeta, también llamado el hombre de pecado. Es claro que la parousia no será un acontecimiento secreto sino un momento en el cual Dios empezará a ejecutar su juicio sobre los impíos.

En el segundo capítulo de 2 Tesalonicenses el apóstol Pablo explicó que los cristianos verdaderos podrían saber el momento en que se acercaba la parousia de Cristo. Explica que antes de su regreso tenían que producirse ciertos hechos (v. 3). Cristo no iba a venir sencillamente "en cualquier momento". Antes, Pablo había hecho notar a los tesalonicenses que el mundo en general no estaría esperando el regreso del Mesías. Sin embargo, aclaró que los cristianos verdaderos no tenían excusa si el momento los encontraba inadvertidos. Como viven en luz espiritual y no en oscuridad, deben estar atentos a la señales de los tiempos y no dejarse tomar por sorpresa (1 Tesalonicenses 5:1-4).

¿Y la protección divina?

El hecho de que el regreso de Cristo ocurra después de la Tribulación (Mateo 24:29-31), ¿significa que todos los cristianos tendrán que pasar por aquel período de sufrimiento? Jesucristo mandó a sus discípulos que oraran para ser tenidos por dignos de escapar de ese tiempo de perturbaciones (Lucas 21:36). Si no ocurre un rapto secreto antes de la Tribulación, ¿a qué se refería Cristo?

Entendamos la diferencia entre la Tribulación y el Día del Señor. Apocalipsis 6:17 aclara que el día de la ira de Dios vendrá después de las señales celestiales mencionadas en los versículos 12 a 16. Las señales en los cielos corresponden al sexto sello y el Día del Señor corresponde al séptimo. Los sucesos que ocurrieron antes no representan la ira de Dios ¡sino la de Satanás!

El quinto sello, descrito en forma simbólica en Apocalipsis 6:9-11, describe un futuro martirio de los santos. Jesucristo se refirió a ello en Mateo 24, versículos 9 y 21. Una época en la cual sus discípulos sufrirían persecución y aun muerte. Pero notemos que los hechos de la tribulación no se dirigen únicamente contra la Iglesia. En Jeremías 30:7 leemos de un período que se llama "tiempo de angustia para Jacob" y se describe como el peor que haya habido jamás. Daniel 12:1 también describe un "tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces". Esta expresión es casi idéntica a la que empleó Jesús en Mateo 24:21. El mismo hecho no puede ocurrir en varias ocasiones y que cada una de ellas sea la peor. ¡Todos estos versículos describen el mismo acontecimiento!

Ese acontecimiento es el tiempo de la ira de Satanás contra los descendientes actuales de Israel y contra el Israel espiritual, o sea la Iglesia. Esto queda claro en Apocalipsis 12, donde se compara metafóricamente a la Iglesia con una mujer. Fue la Iglesia del Antiguo Testamento la que dio origen al Mesías (v. 5). Después que Cristo fuera arrebatado al cielo para estar con el Padre, la Iglesia (ahora en su fase del Nuevo Testamento) huyó de la persecución al desierto.

En el versículo 13 vemos que después de lanzado Satanás a la tierra nuevamente (cosa que aún está en el futuro), desatará una persecución sin tregua contra la Iglesia. En ese momento, nos dice la Biblia, Dios llevará la Iglesia a un lugar en el desierto donde la alimentará y protegerá por medios sobrenaturales durante el último período de tres años y medio anteriores al regreso de Cristo. Notemos, empero, que no todos los cristianos serán transportados a este lugar de seguridad, pues el versículo 17 dice que Satanás irá a hacer guerra contra "el resto". Esto son cristianos sin duda, pues son "los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo". ¿Por qué hay unos que no estarán protegidos contra la ira de Satanás?

La respuesta se encuentra al estudiar atentamente Apocalipsis 3. En mensajes dirigidos a las iglesias de Filadelfia y Laodicea, las dos últimas entre un total de siete, vemos un contraste entre dos grupos del pueblo de Dios en el tiempo del fin. La iglesia de Filadelfia representa a los que están pasando por la puerta abierta para predicar el evangelio que Cristo ha puesto delante de ellos con empeño y celo. La iglesia de Laodicea se muestra tibia, falta de fervor. Su gente es egocéntrica y vive satisfecha consigo misma. Dios permitirá que sobre este grupo, característico de la última era de la Iglesia de Dios, derrame Satanás su ira. Se trata de un último recurso de parte de Dios, pues esta gente no se ha sentido movida a arrepentirse de su falta de celo por ninguno de los acontecimientos sucedidos hasta el momento.

Cuando Dios se disponga a derramar su ira, los sucesos del Día del Señor, apartará primero a los que se hayan arrepentido durante el tiempo de Tribulación que precedió (Apocalipsis 7:1-3). Este es un hecho que todavía está en el futuro, reservado para proteger a quienes se hayan entregado a Dios en medio de la persecución y la terrible presión que pretende obligarlos a adaptarse al sistema de Satanás. Hay una distinción clara entre la Tribulación (la ira de Satanás) y el Día del Señor, que será el tiempo del juicio divino sobre quienes hayan dado su lealtad al venidero sistema que la Biblia denomina "la Bestia".

¿Un rapto secreto? ¡La Biblia no enseña tal cosa! Sí enseña que Jesucristo va a regresar con poder y gloria para gobernar al mundo y traer la salvación a sus santos. Podemos y debemos estar atentos a los sucesos que van a hundir al mundo en el período más espantoso de su historia.

También Dios nos manda buscarlo fervorosamente en oración y poner el corazón en la obra de predicar el evangelio del reino a todo el mundo. Quienes lo estén haciendo con empeño recibirán la protección divina, y los que no, se verán ante la necesidad de aprender una dura lección.

Busquemos al Señor mientras pueda ser hallado y llamémoslo mientras esté cercano (Isaías 55:6).

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