El regreso de Alemania | El Mundo de Mañana

El regreso de Alemania

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Estos sucesos, se produjeron rápidamente, cambiaron la faz del continente y tienen importantes implicaciones para el futuro. Muchos se dan cuenta que Europa está experimentando grandes cambios geopolíticos. No obstante, pocos se dan cuenta de que la profecía bíblica predijo estos sucesos ¡hace miles de años!

La profecía bíblica indica que Alemania, que llevó el mundo a la guerra dos veces en el siglo 20, seguirá su camino de convertirse en la nación más poderosa de Europa. La Biblia muestra que dicha nación hará un intento más por dominar a todo el continente—y al mundo—justo antes que Jesucristo regrese a la Tierra para establecer el Reino de Dios. ¡Ahora mismo se está preparando el escenario para esos extraordinarios sucesos del tiempo del fin!

Tras bastidores

Los europeos, aún sin reponerse de las consecuencias de dos guerras mundiales en el último siglo, quisieron garantizar la paz y la unidad en el futuro renunciando voluntariamente a su soberanía nacional para situarse bajo una autoridad central en Bruselas. La idea moderna de una unión de Europa la concibieron varios pensadores católicos, entre ellos los franceses Jean Monnet y Robert Schuman, el belga Paul-Henri Spaak y el italiano Alcide de Gasperi. Los dirigentes de Inglaterra y Estados Unidos respaldaron la idea de una Europa unificada, pensando que si Alemania quedaba firmemente comprometida en una confederación europea, no podría surgir de nuevo como una potencia peligrosa. (Los Estados Unidos de Europa, Reid). Las autoridades francesas pensaron la unificación europea en términos de la metáfora del "diestro jinete francés que controla y dirige al poderoso caballo alemán" (La incógnita europea, Gowan y Anderson).

Sin embargo, los hechos de los últimos dos decenios no han resultado como muchos esperaban. El caballo alemán ha recobrado sus bríos, se ha sacado de encima a su jinete francés ¡y se encamina a Berlín! Los que planificaron una Europa unificada no lo previeron así y no tienen idea de lo que viene.

Los cimientos de la actual Unión Europea se echaron al finalizar la Segunda Guerra Mundial con la creación de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero. Se trataba de un plan, inspirado por Alemania, de administrar los recursos del carbón y el acero de Francia, Bélgica y Alemania Occidental de manera conjunta. No era este un plan nuevo, pues Alemania ya había establecido una administración unificada semejante en dos ocasiones previas y para su propio beneficio, como resultado de la conquista en dos guerras mundiales (ver Gowan y Anderson, p. 86). La idea moderna de una Europa federal que controla un mercado común también refleja las ideas de Albert Speer, alto planificador económico de los nazis, quien reveló a los europeos "cuán punitiva podía ser la primacía económica alemana" (op. cit., p. 88).

El surgimiento de Alemania como la nación principal de Europa es algo que viene gestándose desde hace algún tiempo. La unificación convirtió a Alemania en la nación más poblada de Europa. La moneda europea, el euro, es en esencia el marco alemán con otro nombre. El Banco Central Europeo se encuentra en Frankfurt. Por ser la tercera economía más grande del mundo, Alemania es el motor económico de Europa, que proyecta su sombra cultural y económica sobre Europa Oriental. (La expansión de la UE hacia el oriente fue en gran parte un proyecto alemán). Alemania ha invertido grandes sumas en el sistema Galileo de navegación satelital, el cual pondrá fin a la dependencia europea de los satélites de navegación controlados por los Estados Unidos. El ejército alemán goza de amplio reconocimiento como "el mejor, el mejor entrenado y el más poderoso de Europa occidental" (Los europeos, Barzini). El año 2001 marcó un hito importante cuando las fuerzas armadas alemanas lucharon fuera de su nación (con las fuerzas de las Naciones Unidas en Serbia) por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Para finales de 2002, Alemania tenía más ‘tropas de paz’ desplegadas por el mundo que cualquier otra nación europea".

El futuro de Alemania

¿Hacia dónde, pues, se encamina Alemania? Los analistas reconocen que una Alemania resurgente "no está dispuesta, eternamente, a seguir siendo un gigante económico y un gusano militar" (Reid, p. 178). Cuando los Estados Unidos se aprestaban para su invasión de Irak en 2003, Alemania marcó otro hito histórico. El canciller Gerhard Schroeder denunció la política norteamericana y se unió a Francia para oponerse a los planes de invasión adelantados por Estados Unidos, manifestando una oposición a los Estados Unidos después de casi 50 años de cooperación estrecha. Luego, Alemania promovió, entre las demás naciones europeas, la idea de adoptar planes para una fuerza de defensa europea que fuese independiente de una OTAN dirigida por los Estados Unidos. Esta tendencia alemana a cambiar repentinamente no es nueva. Este aliado de Estados Unidos en la posguerra se perfila ahora como un rival en potencia. Como ha observado Zbigniew Brzezinski, ex-asesor de seguridad nacional en la presidencia de Jimmy Carter, una "Alemania cada vez más poderosa será más difícil de manejar" (El gran tablero de ajedrez, Brzezinski). Hasta Francia, considerada antes como parte del corazón de Europa, ha comenzado a buscar aliados para contrarrestar la creciente influencia alemana en Europa. Europa también está viendo un surgimiento del nacionalismo aguijoneado por la oleada de inmigrantes provenientes del sur y el oriente y por la actitud de los dirigentes en el gobierno a entregar más y más de la soberanía a la burocracia de la Unión Europea. Si todas estas fuerzas llegaren a despertar al "gigante dormido" del nacionalismo en Alemania, habrá serias consecuencias (ver Gowan y Anderson, pp. 83–84).

La profecía bíblica muestra que Alemania va a desempeñar un papel clave en el escenario mundial inmediatamente antes del regreso de Jesucristo. La Biblia llama a la nación por su nombre antiguo, Asiría (para más información sobre el lugar que ocupa Alemania dentro de la profecía bíblica, por favor solicite nuestro artículo gratuito titulado ¿Un cuarto Reich?). Las Sagradas Escrituras muestran que diez naciones en Europa entregarán sus soberanías a una versión "renacida" del Imperio Romano (Apocalipsis 17:12–18). Esta potencia, o "bestia", contará con la ayuda de una figura religiosa destacada y de una organización relacionada con Roma (Daniel 7:24–25; Apocalipsis 13:11–18). Los líderes de esta potencia o "bestia" revivida (que también se llama "el rey del norte) van a perseguir a los cristianos verdaderos. Este poder va a castigar a las naciones descendientes de Israel que han abandonado los caminos de Dios (Estados Unidos, Gran Bretaña y otros pueblos del noroeste de Europa). Además, iniciará operaciones militares en Oriente Medio y contra potencias al norte y al oriente sobre el continente Eurasiático (Daniel 11:40–45; Oseas 11:1–11). La Biblia identifica claramente a Asiria, la actual Alemania, como la nación que encabezará esa potencia en el tiempo del fin. Y en efecto, Alemania está ocupando un lugar en el escenario mundial que se compagina con lo que la Biblia profetizó hace mucho tiempo.

Ahora bien, esta federación encabezada por Alemania no conservará el poder por mucho tiempo. Las profecías bíblicas indican que después de tres años y medio, Jesucristo al regresar aplastará esta fase final del Imperio Romano revivido (Daniel 2:44–45: Isaías 10:12–17; 14:24–27). Una vez que el Mesías establezca el Reino de Dios en la tierra y que las naciones del mundo empiecen a aprender el camino a la paz, el pueblo alemán utilizará sus muchas aptitudes y habilidades para servir a toda la humanidad, y Alemana llegará a será una de las principales naciones en el Mundo de Mañana (Isaías 19:23–25). ¡Estemos atentos a medida que estas y otras profecías se hacen realidad!

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