Los tres mosqueteros vivían bajo el famoso lema: "¡Todos para uno y uno para todos!" Esta filosofía fue la base de sus acciones cotidianas.
¿Cuál es nuestro lema como mujeres cristianas? ¿Cuál es el estándar que guía nuestras vidas? ¿Podemos aplicar “todos para uno, uno para todos”? ¿Alguna de nosotras ha experimentado la sensación de ser la última elegida para el equipo, de no ser incluida constantemente en las actividades, de no ser atendida cuando necesitaba que alguien la escuchara, o tener la sensación de ser excluida?