El miércoles, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, preparó una carta al presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk, informándole formalmente la salida de Gran Bretaña de la UE y desatando el “artículo 50 (2)” del Tratado de la Unión Europea. En su carta de seis páginas, la primera ministra expuso sus esperanzas de una transición de dos años sin problemas, beneficiosa para ambas partes, y una futura “relación especial” positiva (Telegraph, 29 de marzo de 2017). Sin embargo, el sentir en Bruselas y Europa puede no ser tan agradable.