Los diabólicos cárteles de la droga en México

Los infames cárteles de la droga de México son conocidos en todo el mundo. Eluden la ley, defienden violentamente sus intereses ilegales, controlan a los funcionarios y sobornan al personal encargado de hacer cumplir la ley y, Reclutan a menores para que participen en sus planes (Reuters, 28 de mayo de 2025).

Los expertos en seguridad creen que los carteles mexicanos reclutan intencionalmente a menores, aprovechándose de su deseo de tener amigos, familia, estatus social, e incluso lo más básico, comidas regulares. Como escribe la columnista de Reuters, Lizbeth Díaz, estos menores reclutados “son baratos, brillan intensamente y no viven mucho”. Los líderes de los carteles saben que es fácil reemplazar a los menores cuando mueren en un acto de servicio. Los carteles preparan a algunos de estos menores para que se conviertan en asesinos. Muchos provienen de hogares devastados por la violencia y las drogas, y muchos son adictos a las drogas. Los menores reclutados a menudo saben que algún día morirán sirviendo al cartel, pero les motiva sentirse parte de una familia y el hecho de tener suficiente comida. Aunque muchos reclutas son adolescentes, un informe del gobierno mexicano señaló que algunos tienen tan solo seis años. A los ocho años ya saben manejar un arma, y algunos son reclutados a través de videojuegos violentos de multi jugadores.

Historias como esta son desgarradoras. ¿Qué clase de persona consideraría involucrar a niños inocentes en un trabajo tan ruin? El rey David observó una vez que una persona malvada: “Medita maldad sobre su cama; está en camino no bueno, el mal no aborrece” (Salmos 36:4). El apóstol Pablo también advirtió que en los postreros días: “habrá hombres amadores de sí mismos, avaros… sin afecto natural… crueles, aborrecedores de lo bueno” (2 Timoteo 3:1-5). Inducir a los niños a vivir vidas violentas sin duda encaja con estas descripciones.

Para saber más sobre un futuro en el que los niños estarán seguros y su inocencia protegida, lean Armagedón… y después.