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Un himno protestante que me gusta mucho afirma: “Este es el mundo de mi Padre”. La canción tiene una hermosa melodía y el sentimiento es tentador. Sin embargo, la realidad del asunto, como lo muestran de manera tan clara los muchos eventos repentinos y destructivos causados por los desastres naturales, es que el mundo de hoy no es el mundo de nuestro Padre.
Cuando hablamos del "fin del mundo" no estamos hablando del fin del planeta. Sino del fin de la civilización, sociedad, economía, instituciones y sistemas de esta era en la que ahora vivimos... ¡Acompáñenos en el Mundo de Mañana al revelar cómo será el fin del mundo!
“Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” (Apocalipsis 1:3) Acompáñenos en el Mundo de Mañana, donde responderemos a la pregunta ¿Por qué usa Dios la profecía?
El mundo está en caos. Lo que una vez fue virtuoso ahora se ridiculiza y se considera fuera de lugar, mientras que lo que se consideraba perverso ahora se elogia y se promueve. Y ese caos tiene sus raíces en la incapacidad de la civilización para responder una simple pregunta: ¿Quién decide el bien y el mal? ¡Acompáñenos!
¿Es Jesús cristiano? Si Jesús estuviera entre nosotros hoy y usted comparara sus creencias, prácticas y vida con las creencias, prácticas y vidas de aquellos que componen el "cristianismo" hoy en día ¿Creería usted que Él era cristiano o llegaría usted a la conclusión de que pertenecía a alguna otra fe, una religión totalmente diferente?