Cuando se trata de la Biblia, algunas personas quieren saberlo todo. Tener un deseo correcto y equilibrado de aprender y crecer en el conocimiento de las Escrituras es bueno. Puede ayudarnos a crecer en nuestra relación con nuestro Creador. Pero este mismo deseo se vuelve desproporcionado cuando se hace hincapié en tratar de comprender temas en los que Dios ha retenido intencionalmente detalles determinantes, o donde la Biblia simplemente guarda silencio. Aunque queremos aprender más acerca de Dios y su camino de vida, necesitamos aprender a usar el conocimiento correctamente.