La "lista para matar" de la Casa Blanca y la ética presidencial | El Mundo de Mañana

La "lista para matar" de la Casa Blanca y la ética presidencial

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En una reciente exposición, periodistas de investigación arrojaron luz sobre una reunión semanal secreta en la que el Presidente de Estados Unidos decide personalmente a qué terroristas eliminar.

Según el artículo: "En entrevistas con el New York Times, tres docenas de sus actuales y anteriores asesores describieron la evolución del señor Obama desde que asumió su posición, sin precedente en la historia presidencial, de supervisar personalmente la sombra de la guerra de al Qaeda. Ellos describen a un líder paradójico que rechaza el acuerdo legislativo necesario para cerrar el centro de detención en la bahía de Guantánamo en Cuba, pero aprueba la acción letal sin retorcer el brazo" (New York Times, 29 de mayo del 2012). Irónica y tristemente, el jefe de Contraterrorismo del Presidente y asesor principal en ordenar estos ataques letales ha sido descrito como un hombre de "rectitud moral genuina… Es como tener un sacerdote con valores morales muy fuertes quien de repente es acusado de dirigir una guerra" (ibídem). Los líderes administrativos actuales y anteriores reconocen que las políticas letales están diseñadas para evitar problemas asociados con la captura y detención de sujetos de gran notoriedad. La perspectiva inicial del Presidente sobre "…la ‘falsa elección entre nuestra seguridad y nuestros ideales’ de la administración de Bush", obviamente ha cambiado durante su administración (ibídem). Hace mucho tiempo, Dios claramente indicó que matar por cualquier razón está mal (Éxodo 20:13) y advirtió de graves consecuencias para aquellos que quebrantan este y otros mandamientos (ver Levítico 26 y Deuteronomio 28). Dios también advirtió sobre un tiempo en el cual las naciones no se avergonzarían cuando cometieran abominaciones (Jeremías 8:12). Cuando los líderes "civilizados" vean el asesinato como una "opción ética necesaria", esto sugiere que la sociedad está llegando al "tiempo del fin… cuando los transgresores lleguen al colmo", del que habló el profeta Daniel (Daniel 8:23). Felizmente, el plan de Dios traerá este tipo de actividad impía a su fin.—Scott Winnail, John Meakin y Paul Kearns