La herencia de la mujer | El Mundo de Mañana

La herencia de la mujer

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Apocalipsis 17 muestra que una gran iglesia (representada por una mujer) dominará a la bestia del tiempo del fin.

Se refiere a esa iglesia como "la madre de las rameras", una iglesia madre que dio a luz iglesias hijas que también han cometido fornicación espiritual contra Dios. Durante años, muchos estudiosos de las profecías bíblicas han identificado a esa "mujer" con la Iglesia Católica. La historia y las noticias recientes hacen difícil creer que la Iglesia Católica representa a la verdadera Iglesia de Dios.

Un informe irlandés implica a varias órdenes de monjes y monjas en un trato salvaje e indecente sobre niños en orfanatos dirigidos por la Iglesia. El informe habla de constantes casos de humillación, golpes y abusos sexuales perpetrados tanto contra niñas como con niños. Hasta ahora, el gobierno irlandés ha pagado a "12.000 sobrevivientes de esas entidades dirigidas por la Iglesia, un promedio de $90.000 a cada uno; con la condición de que renuncien al derecho de demandar a la Iglesia o al Estado. Unos 2.000 reclamos más están pendientes" (PA, 20 de mayo).

Dios se sirvió de Ezequiel para advertirle a las naciones descendientes de Israel en el fin del siglo, sobre políticos y pastores religiosos irresponsables y egoístas. Dios condena a esos pastores malvados cuando les dice: "no fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma;… sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo…" (Ez. 34:4-5).

Debido al fracaso de los líderes de las principales "iglesias" en las naciones descendientes de Israel, muchas personas incluyendo mujeres y niños se han convertido en alimento para las bestias del campo, acosadas por toda clase de falsos maestros y religiones. La confusión religiosa reina porque los llamados pastores han fracasado en su tarea. ¡Sin embargo, el verdadero Pastor viene, quien a su regreso juntará a sus ovejas perdidas y les enseñará el verdadero camino de paz! (Jer. 31:7-9).