La realidad no es el enemigo | El Mundo de Mañana

La realidad no es el enemigo

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Se dice que Abraham Lincoln, conocido por utilizar anécdotas simples para exponer argumentos eficaces, preguntó una vez a un crítico: "¿Cuántas patas tiene un perro si cuentas su cola como una pata?". "Bueno", dijo el hombre, "en ese caso, cinco patas". “No”, respondió Lincoln, “¡Sólo cuatro! Decir que la cola de un perro es una pata no significa que sea una pata”. Esta sabiduría simple pero profunda parece perdida en gran parte de la sociedad actual.

La cultura occidental actual ha abrazado una realidad alternativa. Al hacerlo, lo que es real, se convierte en un adversario. Esto puede involucrar “derechos transgénero”, es decir, el derecho de una persona a elegir ser de un “género” diferente al de su sexo biológico al nacer. Puede ser la afirmación de que la homosexualidad es un rasgo heredado o genético más que una elección moral. Otras “opciones” incluyen la aprobación de una anarquía destructiva o visiones revisionistas de los acontecimientos históricos. Quienes promueven estas ideologías normalmente se niegan a permitir puntos de vista políticos, filosóficos o religiosos opuestos sobre cualquier tema o cuestión social.

La tolerancia y la libertad de expresión han sido eliminadas en gran medida del ojo público por aquellos que están siguiendo la agenda “Woke”, esta palabra es un término del argot que significa ser hipersensible a las injusticias sociales, la discriminación y el racismo que forman parte de la corriente política del progresismo. Los individuos, corporaciones e instituciones “Woke” intentan controlar el diálogo y el tono respecto de comportamientos aberrantes que ahora afectan las vidas de casi todos. Su influencia asfixiante se siente en los medios impresos, las redes sociales, el entretenimiento, la televisión y el contenido de las trasmisiones en directo, lo que a menudo resulta en una comunicación complicada o incluso en una “cancelación”. Las personas o entidades “Woke” a menudo intentan mediante la intimidación y a través de la manipulación de las prácticas administrativas y de mercadeo remover de puestos de responsabilidad y liderazgo a las personas que no están de acuerdo con sus agendas.

Cabría preguntarse ¿A qué se debe esto? La respuesta se encuentra en un libro que la mayoría de la gente conoce, pero que muy pocos leen y practican. Un principio que se encuentra en el Nuevo Testamento de la Biblia lo deja claro; “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Romanos 8:7).

La Biblia contiene una norma de conducta establecida por Dios y aplicable a toda la humanidad desde su creación. Fue codificada como los Diez Mandamientos, mismos que fueron entregados a Israel a través de Moisés cuando los israelitas fueron liberados de siglos de esclavitud en Egipto. Estas leyes se encuentran en el Antiguo Pacto, en Éxodo 20:1–17 y Deuteronomio 5:1–21. Además, Dios dio instrucciones detalladas y específicas sobre la conducta sexual, los roles de los hombres y las mujeres, leyes dietéticas y prácticas comerciales en Levítico 18-20 y Deuteronomio 14. El pecado se define como violación de estas leyes inmutables (1 Juan 3:4).

Jesús dio un resumen sucinto de estas reglas para las relaciones y la conducta humana cuando respondió a la pregunta de un intérprete de la ley, quien preguntó: “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?” Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer y gran mandamiento. Y el segundo es parecido: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos depende toda la Ley y los Profetas” (Mateo 22:36-40). “Pero”, muchos dicen, “Jesús abolió todo eso”. ¡Pero no fue así! Jesús dijo a sus discípulos: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mateo 5:17). También dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). El apóstol Juan escribió algo aún más directo y concreto sobre este tema; “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:3-4).

¿Cómo se relaciona esto con la historia de Lincoln sobre llamarle pata a la cola del perro y tergiversar los hechos sobre el género, prácticas sexuales y promover el mal como bien? Jesús dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Evite la cultura “Woke”, la que considera que la realidad es un adversario. Resista dejarse arrastrar por las presiones sociales y, en cambio, enseñe a sus hijos y nietos la realidad liberadora que se encuentra en las verdades de la Biblia.

Hay otros materiales disponibles que pueden ser de gran valor para resistir la agenda “Woke”, que se basa en ignorar la realidad y aceptar las mentiras pecaminosas de esta sociedad. Asegúrese de ver el programa “La caída de Roma: Lección para nosotros” y de leer el artículo "Guerra contra lo normal", ambos disponibles en El Mundo de Mañana