Destrucción en China y Taiwán

La semana pasada el tifón Nepartak dejó destrucción al pasar por China y Taiwán. Cerca de 200 personas murieron en China, 50.000 casas colapsaron y más de 1,6 millones de personas fueron desplazadas (Telegraph, 7 de julio de 2016).

La tormenta afectó a más de 32 millones de personas en 26 provincias (Bangkok Post, 11 de julio de 2016). En Taiwán, tres personas murieron, 300 resultaron heridas y se estiman millones en daños (China Daily, 9 de julio de 2016). A veces el simple volumen de destrucción oscurece el sufrimiento individual que ocurre en grandes catástrofes. Como cristianos, tenemos que tener la mente de Cristo (Filipenses 2:5) y esforzarnos por desarrollar la preocupación y compasión que refleja el comportamiento del Salvador del mundo (Mateo 23:37; Juan 4:42). Hace mucho tiempo, Jesús advirtió que a medida que nos acercamos al fin de esta era, habría un aumento de los desastres naturales que incluyen el "bramido del mar y de las olas" (Lucas 21:25). A medida que vemos un mayor sufrimiento a nuestro alrededor, tenemos que preocuparnos aún más por las personas de este mundo (Mateo 5:4; Ezequiel 9:4). Para más información sobre los futuros acontecimientos meteorológicos, vean nuestro programa "Quien controla el tiempo".