“Sopa de piedra” | El Mundo de Mañana

“Sopa de piedra”

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En una ocasión, las damas de la iglesia decidieron reunirse para una comida, y para hacerlo especial, hice invitaciones y le di un tema divertido a la ocasión. Siempre he trabajado con niños, aún lo hago, y después de criar a mis cuatro hijos, siempre hemos disfrutado de una variedad de libros ilustrados para niños. Uno de mis favoritos es un cuento popular llamado "Sopa de piedra", y ese fue el tema que utilizamos para esta tarde tan especial.

Aunque hay muchas versiones de ese cuento, esta fue la versión que utilizamos:

“Unos viajeros llegan a un pueblo sin llevar nada más que una olla vacía. A su llegada, los aldeanos no están dispuestos a compartir ninguna de sus reservas de alimentos con ellos. Luego, los viajeros idearon un plan; fueron a un arroyo, llenaron la olla con agua, pusieron una piedra grande en ella y luego la pusieron sobre el fuego. Uno de los aldeanos que pasaba siente curiosidad y les pregunta a los viajeros qué están haciendo. Ellos responden que están haciendo una “sopa de piedra” con un sabor maravilloso, aunque todavía le faltaban algunos condimentos para mejorar el sabor. Al aldeano no le importó compartir algunas zanahorias para ayudarlos, y alegremente los viajeros las agregaron a la sopa. Otro aldeano pasó y hace la misma pregunta a los viajeros y ellos vuelven a mencionar su sopa de piedra, y como no ha alcanzado su máximo potencial y el aldeano les da un poco de condimento para ayudarles con su sopa especial. Pasaron muchos aldeanos y cada uno añadió su propio ingrediente. Finalmente, los viajeros fueron capaces de preparar una sopa deliciosa y nutritiva para el disfrute de todos”.

Al igual que los personajes de este cuento, aunque ciertamente sin los ingeniosos pero traviesos viajeros, cada dama de nuestro grupo de la iglesia trajo un ingrediente para mejorar el sabor de la sopa.

Se agregaron alrededor de ocho o nueve ingredientes a la sopa, hierbas y otros condimentos. Nadie sabía qué iban a traer las otras damas, pero el resultado fue una “excelente comida”. La conversación, el compañerismo y las risas que experimentamos esa tarde fueron muy memorables, y realmente trajeron una sensación de unidad al grupo de damas. Esto me recordó la escritura en Romanos 1:12, donde leemos que podemos “ser mutuamente confortados por la fe que nos es común”, y también Proverbios 27:17 (NTV) “Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo” y nos enriquecemos mutuamente. Después de nuestro almuerzo pasamos el resto de la tarde diseñando tarjetas para los hermanos que necesitaban aliento o con mensajes de felicitaciones por diversos motivos de celebración para los miembros de toda la iglesia. Así como los aldeanos agregaron diferentes ingredientes a la sopa, cada dama ese día contribuyó para que tuviéramos una tarde maravillosa e inolvidable disfrutando de la compañía y del ejemplo de las demás.

Necesitamos recordar realizar este tipo de actividades con regularidad, para que cuando los tiempos se pongan difíciles contemos con fuertes conexiones con nuestros hermanos y hermanas en la fe.  Hebreos 10:24-25 nos instruye: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.