¡Que cada día cuente! | El Mundo de Mañana

¡Que cada día cuente!

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Como muy bien lo saben quienes siguen las noticias, muchos periodistas y analistas están comentando sobre la velocidad con que vienen ocurriendo los sucesos mundiales y los cambios en la sociedad.

Es así porque como lo deben saber los cristianos creyentes en la Biblia, nos acercamos al "final de la era". Los cristianos tenemos instrucciones de "velar y orar" (Lucas 21:36). Debemos estar conscientes de los cambios en todo el mundo, especialmente a la luz de la profecía bíblica.

Aun en nuestro mundo vertiginoso, tenemos solo 24 horas cada día para vivir la vida. Nuestro tiempo es limitado y precioso. Además, la vida de cualquiera se puede truncar repentinamente a causa de un accidente, enfermedad o catástrofe en el mundo; tal como se predice en la Biblia (Mateo 24:6-8). Siendo así, ¿cuánto tiempo de vida tiene usted?

Conviene preguntarse: "¿Estoy aprovechando bien mi energía y mi tiempo en la Tierra para cumplir el verdadero propósito de mi existencia?" La Palabra inspirada de Dios nos dice: "Los días de nuestra edad son setenta años. Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos. ¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría" (Salmos 90:10-12).

Con esto en mente, cada uno debe "contar sus días" y estar seguro de que realmente está "poniendo lo primero, primero" al consumir su tiempo precioso. Un reconocido experto en manejo del tiempo, Peter Drucker, dijo lo siguiente en su importante libro titulado: El ejecutivo eficaz:

"El tiempo es completamente irreemplazable. Dentro de ciertos límites podemos sustituir un elemento por otro: por ejemplo, cobre por aluminio. Podemos reemplazar el capital por el trabajo y usar más conocimientos o más fuerza muscular. Pero no hay ningún sustituto del tiempo. Toda labor requiere tiempo. Este es el único requisito verdaderamente universal. Toda labor se desarrolla en el tiempo y consume tiempo. Empero, la mayor parte de las personas da por supuesto a este único, irreemplazable y necesario recurso. Nada distingue más a un ejecutivo eficiente que su acendrado y solícito amor por el tiempo" (pág. 26).

Aunque usted no sea un alto ejecutivo, su tiempo tiene la misma importancia a los ojos de Dios que el tiempo de los "grandes" del mundo. Todos debemos aprender a hacer buen uso del tiempo precioso que Dios nos ha dado. Jesucristo, como la Palabra que se hizo carne, nos dejó su ejemplo y fue, de hecho, la "luz" del mundo. Una parte de su ejemplo fue madrugar para "buscar a Dios" y poner la mente en las cosas de Dios antes de que hubiera interferencia alguna. Veamos lo que hacía: "Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba" (Marcos 1:35). Igualmente en nuestro caso: si realmente vamos a dar prelación a lo más importante, es vital que busquemos a Dios y que apartemos tiempo suficiente para hacerlo bien y con eficacia, como un hábito diario de la mayor importancia.

Aparte tiempo para estudiar

Junto con la oración, tenemos instrucciones de estudiar la Palabra de Dios. El apóstol Pablo consideraba que los nuevos cristianos en Berea "eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así" (Hechos 17:11). ¿Son importantes las Escrituras? Dirigiéndose a todos los cristiano, Jesucristo dijo: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios" (Lucas 4:4).

En nuestros días de analfabetismo bíblico, ¿cómo puede la gente vivir por toda palabra de Dios si ni siquiera las estudia? Al acercarse el fin de esta era, y al afrontar cada vez más trastornos masivos en el mundo causados por guerras, enfermedades y catástrofes naturales; es imprescindible, para usted y para su propia vida, que se proponga conocer y entender la Palabra inspirada de Dios.

Hacerlo bien es dedicar a ello una porción de nuestro precioso tiempo ¡habitual y periódicamente! Esto parecerá obvio al medio millón de suscriptores de El Mundo de Mañana. Sin embargo, sé que muchos otros no han adquirido este hábito. En los dos primeros decenios de mi vida, estando en la iglesia tradicional donde me crie, yo tampoco tuve el hábito, ni lo tenían mis amistades. Pero lo adquirí después y me ha sostenido por varios decenios, aun en los tiempos difíciles. Permítanme, pues, instarles por experiencia propia, y viendo cómo los hechos profetizados se cumplen de la manera que estamos mostrando en esta revista, a que "despierten" y aprovechen el tiempo mientras aún se pueda. Que realmente pongan lo primero, primero.

El apóstol Pablo nos dijo por inspiración: "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos" (Efesios 5:15-16). "Aprovechando bien el tiempo": para la mayoría de las personas, incluida buena parte de nuestros lectores, el tiempo parece desaparecer sin que sepamos cómo ni cuándo. Y se acaba. Nuestra vida llega a su fin, a menudo antes de lo que esperábamos y quizá de modo imprevisto.

Quienes trabajamos en esta obra del Dios Viviente esperamos y rogamos a Dios que ustedes verifiquen lo que decimos. Sinceramente deseamos que comprueben lo que creen y que sepan por qué lo creen. No crean lo que les digo solamente porque lo digo. Compruébenlo en la Biblia. Como ustedes bien lo saben, la mayor parte de los demás predicadores no piden una confirmación así. Pero nosotros en El Mundo de Mañana hemos llegado a comprender la verdad y por eso estamos dispuestos a instar a nuestros lectores a que sean como los de Berea; estudien las escrituras relativas a los temas que enseñamos, para asegurarse de que estamos enseñándoles a comprender y practicar lo que la Biblia realmente dice.

¡Compruebe la Palabra de Dios y viva por ella!

Si usted desea profundizar más, comprender a fondo y demostrar lo que dice la Palabra de Dios sobre el propósito de nuestra vida, lo invitamos a escribir o llamarnos para inscribirse, sin costo alguno, en el Curso bíblico por correspondencia de El Mundo de Mañana. Tómese el tiempo de hacer esta importante petición ahora mismo, antes que se olvide o que se distraiga con otras cosas. Es una buena manera de aprovechar bien su tiempo.

El Dios Todopoderoso desea que usted aprenda a apreciar la oportunidad que ofrece a los seres humanos de convertirse en hijas e hijos suyos y de resucitar a la vida inmortal, como lo explica el señor Richard Ames en su artículo: Sorbida es la muerte en victoria en la página 13 de esta revista. El Dios de la Biblia desea que usted aprenda a "buscar" su Reino y su justicia (Mateo 6:33). No hay nada, aparte del Reino de Dios, que sirva de solución a los problemas del mundo, como explico en mi artículo: "La solución" en la página 8 de esta revista.

Acercándose al final de su vida, el apóstol Pedro les dijo a los cristianos: "Procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 Pedro 1:10-11).

Realmente, cada uno de nosotros debe aprender a entrar en acción. Como leímos del apóstol Pedro por inspiración: "Haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". Esto no se alcanzará con una simple fe vacía. Exige acción y la voluntad de "buscar a Dios" con todo el corazón, y de aprovechar nuestro tiempo precioso para hacerlo cada día de la vida. ¡Hágalo! ¡No espera más!

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